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Tomás Calvillo Unna

12/07/2023 - 12:04 am

La cascada que escuchamos

“Cada viaje en carretera es una estancia en la mente”.

“La carretera secuestrada”. Pintura: Tomás Calvillo Unna.

Rendija: Tres mujeres, al menos, pueden cambiar el rostro de la política y su mismo corazón; y quien quita hasta el alma. Las tres ya están ahí, esperemos que la sabiduría de la madre tierra interpele por ellas, y sepan ser dignas adversarias al expresar los nuevos tiempos de cambios y profunda reconciliación: Claudia, Xóchitl y Beatriz, políticas mexicanas.

 

I

La cinta de nubes

el cordón de árboles

y la umbilical carretera.

Las ráfagas de luz

en la pizarra de cristal

del parabrisas.

Las coníferas

que apuntan al más allá,

mientras el jolgorio de las palmeras

rodea de baile la plaza,

ahí donde el mercado

negocia la calidad de la existencia.

Cada viaje en carretera

es una estancia en la mente;

el tiempo se despliega

y su conjugación

pasado presente futuro

son puro respiro del paisaje;

kilómetros de horas

en segundos atrapados

se incineran en palabras silenciadas.

Es la suerte

del mago de la conciencia

su capacidad de detener

la rotación del mundo

en cada quien

y permitir la travesía.

Algunos, le llaman el truco de la reflexión,

otros, la intercesión del devenir.

II

Cada viaje

es una llamada de atención,

una suerte

de continuo despertar;

el retorno al nómada

que nos habita;

el entrenamiento

del desprendimiento;

los adioses

que se saben ayeres de ya;

con todo su equipaje

de apegos y olvidos.

Estirar la cuerda

a sabiendas de lo inefable

en esa atención y tensión

el ir y venir que nos nombra

como pasajeros

con boletos de ida

y de quien sabe.

III

La cascada,

se escucha todavía,

ahí,

donde el rio Jordán

nace en el recuerdo;

las diosas del montículo,

el agua helada

que nos circunda.

Ese orden del infinito

tiene su tiempo en nosotros;

retorna desaparece inicia

concreta en las minucias

y emerge sin dejar huellas,

en la cafetería

donde se tejen las amistades

y el mundo se arma y desarma

sin consecuencia alguna,

mientras se mantenga

la cordura de sus mesas,

y cada quien lleve

sus sueños a buen puerto

y extinga sus pesadillas.

IV

Los recuerdos

son la habitación del eco,

la resonancia,

que horada los muros

de la indiferencia

sin cuarteadura alguna.

Ese poder tan extraño que llevamos

de filtrar la materia de los días

y en la oscuridad interior

alumbrar sus pasajes

que delinean el zigzagueante viaje

de cada uno.

V

Afuera es distinto,

quien sabe porque,

Sociología Historia

y hasta algoritmos,

para explicar el menjurje

del que formamos parte.

La glotonería de la información,

se suma

y su adicción desfalca

las reservas de paz

que aún tenemos.

Saber desprenderse,

dejar a la biología el diseño …

¿Para qué entrometerse tanto ?

Al menos…

No adelantar con el pensamiento

la experiencia;

es la fórmula de la libertad,

nos permite portar

la ofrenda

que renueva el pacto

de la vida que nos habita.

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