Tomás Calvillo Unna
“Es tal la brevedad de la conciencia que lanzamos nuestro anzuelo de esperanza”.
“Algo ya está decidido en otro lugar y va a suceder aquí en medio de nosotros”.
“Las montañas son un buen signo su prestigio está a la vista de todos”.
“Demasiados filtros electrónicos han atrofiado la mirada, en medio del mundanal ruido”.
“Hay un estremecimiento: uno de los árboles fundadores está resquebrajado”.
“Debajo de la careta de lo ordinario, surge lo extraordinario que nos ampara y acompaña”.
“Esa caligrafía del viento, la tinta blanca dispersa y algunos cúmulos en la pizarra nocturna”.
“La pérdida de lo sagrado, incluso en la imaginación; orfandad pura bien ganada”.
“El viento escucha, este parlamento de la naturaleza”.
“Su no tiempo nombrada hermosura, tan contundente en su caminar, entre laderas y naranjos”.
“Qué dicen las palabras que vienen llegando, y esperan su turno”.
“Hay una suerte de fuga permanente, una
sobrevivencia equivocada, por ignorancia, temor u olvido”.
“Qué es lo que se aproxima, Qué es lo que está detrás. Las conversaciones continúan”.
“El mediodía, su turquesa espalda .El ascenso y descenso de anhelos, sueños, convicciones”.
“Somos profecías, a veces inauditas; reconocer los siglos que llevamos nos cuesta entenderlo”.
La distancia y la cercanía qué nos dicen, de los propósitos asumidos, qué significan.