Harlem Shake Revolution

13/04/2013 - 12:01 am

Lo que el mundo necesita es una Harlem Shake Revolution que ponga de cabeza la rotación de las ideas y la tentación de más guerras sin sentido. Realidades virales que tumben la pesadilla sobre la que duermen millones de puntos en forma de  macho y hembra.

Con los terroristas al unísono corporal se pondrán en combate los maniquíes humanos. Primero, la estática hará acto de presencia en las oficinas, mientras un audaz comenzará a sacudir sus extremidades y el congelamiento de las pieles decida morir y unirse al ritual de música electrónica que luchará por las causas sociales, lanzando todos los oficios, lanzando las plumas, apuntando los botes de basura hacia la boca para tragarse todos los pendientes por venir.

Bits resonarán y volverán estatua a las ciudades con un simple contagio visual. Los semáforos flotarán como si un huracán fuera la música. A media calle los transeúntes se detendrán a sacudirse y sacar ese alter ego que esconden en la almohada. Spiderman, osos de peluche, ex presidentes, wonder woman y más se dispondrán a enfrentarse en un duelo de caderas y brazos dispuestos a menearse por las carencias y la soledad que envuelve a los ciudadanos.

La música sonará desde el satélite y llegará hasta el espacio más oculto como un soundtrack hegemónico que se apoderará de los demonios y deslizará las plumas dispuestas a firmar acuerdos por la paz o el reparto cuasi equitativo de los recursos al pueblo, al ritmo de una coreografía abstracta que pondrá the end  a los apáticos que jugarán al muerto al mismo tiempo que otros reúnen valor y dan paso a la resucitación del tercer día.

Como sangre en las venas correrá la orden de bailar hasta que se pierda la identidad. Las máscaras serán el estandarte del alma. Nuestro afamadísimo presidente no usará gel ese día y el único error que podrá cometer es no formar parte del movimiento, aquí no requerirá de mencionar las capitales de un estado o deletrear las iniciales de un banco, solo dejarse fluir con la sudadera de los ositos cariñositos como banda presidencial.

El vaticano estará de fiesta al convocar a los feligreses a una misa de eucaristía revolucionaria que acabe con todos los filtros de maldad internacional con el Harlem shake. No más pedofilia, hurtos, secretos ni doble moralidad. Los estiramientos de la ciudad corporal serán una liberación de represiones, todas las restricciones circularán por los vientos de Europa hasta cruzar todos los continentes.

Sin excepción, las escuelas no se quedarán atrás, reunirán a los pupilos para armar el Frente Revolucionario del Harlem Shake y en la hora del receso protestarán bailoteando como trompos, lloverán botellas de agua como patrocinios de la causa. Se acabarán las autoridades. Los profesores gritarán: ¡Libros y libertad! Y los alumnos: ¡dieces y libertad!

Toda esta parafernalia creará una plaza cívica imaginaria —con los terroristas– para acabar con las diferencias de clases sociales. El trabajador bailará con su jefe cual si fuera su mujer o una persona muy querida, nadie poseerá más que otro, pues la revolución realizará su cometido con violencia dancística. Después de todo, ¿no dicen que el arte cura?

@taciturnafeliz

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