El 9 de mayo el Procurador de Sinaloa, Marco Antonio Higuera Gómez, declaró al juez que Yesenia Armenta Graciano era culpable del asesinato de su esposo, ocurrido en julio del 2012. La única prueba de su acusación es un documento que ella firmó vendada de los ojos después de haber sido golpeada, asfixiada y violada dentro de una bodega. Hoy, desde varias partes de España, Amnistía Internacional (AI) demandó a la justicia mexicana su liberación. La última decisión recaerá sobre el juez del caso.
Ciudad de México, 14 de mayo (SinEmbargo).– Activistas de Amnistía Internacional demandaron este sábado, desde varios puntos en España, la liberación de la mexicana Yesenia Armenta Graciano, quien fue torturada por policías de Sinaloa el 10 de julio de 2012 para que, con los ojos vendados, firmara un documento donde “confesaba” haber ordenado el asesinato de su esposo.
Mediante un acto simbólico, se realizó una “guerra de almohadas” para “despertar” al Procurador de Justicia de Sinaloa, Marco Antonio Higuera Gómez, quien lleva casi cuatro años “dormido” sin escuchar las peticiones de justicia para la mujer.
La escenificación tuvo eco en las redes sociales con el hashtag #LibertadXaYecenia.
En el municipio Santa Cruz de la Palma, un grupo de activistas rodearon a un individuo caracterizado como el Procurador, sentado en un escritorio, para exigirle que Yesenia sea liberada y sus torturadores reciban castigo.
“Estamos intentando que toda España sepa lo que está pasando en México”, declaró a la agencia Europa Press Francisco Palacios, de Amnistía Internacional.
El 9 de mayo pasado, Higuera Gómez declaró al juez del caso conclusiones acusatorias. A pesar de que diversos peritos independientes han acreditado que Yesenia fue víctima de tortura y violación, la justicia estatal insiste en negarlo.
La última decisión recae en el juez, quien en un plazo no definido determinará si la mujer será liberada o condenada por el delito de homicidio agravado.
“La Procuraduría de Justicia de Sinaloa está jugando el papel de juez y parte, es decir, son los torturadores de Yesenia y también los que llevan la acusación en su contra. Eso es un grave atentado a la justicia”, aseguró Madeleine Penman, investigadora de Amnistía Internacional.
Esta tarde también colocaron un pizarrón con información sobre la tortura en México para incitar a la reflexión y difusión sobre el tema.
TORTURA DOCUMENTADA
De 2008 a 2014 se tiene el registro de 103 quejas por tortura en Sinaloa, revelan cifras de la Comisión Estatal de Derechos Humanos. Pero de acuerdo con el Consejo de la Judicatura Federal (CJF) no ha habido ninguna sentencia.
A nivel federal, la Procuraduría General de la República (PGR) documentó que el número de denuncias de tortura presentadas aumentó más del doble entre 2013 y 2014 de mil 165 a 2 mil 403 casos, de acuerdo con el informe de Amnistía Internacional “La epidemia de la tortura en México continúa”. De los 2 mil 403 casos, mil 622 se encontraban bajo investigación.
En Madrid, la protesta se llevó a cabo en la explanada del auditorio Miguel Ríos. “¿Qué espera, Sr. Higuera? Creemos que ya es hora”, han reclamado.
Miembros de Amnistía Internacional, portando una máscara del Procurador Marco Antonio Higuera, también se han manifestado en Alcalá de Henares.
“El mundo puede cambiar, pero no va a cambiar solo”, expusieron en un cartel amarillo, color característico de la organización internacional. “Libertad para Yesenia”, exigieron.
En el municipio de Bilbao, al norte de España, también denunciaron el caso de Yesenia.
“Con esta iniciativa Amnistía Internacional pretende condenar la práctica de la tortura en cualquier parte del mundo, a la vez que visibilizar la denuncia de este caso concreto”, expusieron en la invitación al evento.
LA HISTORIA DE YESENIA
Yesenia Armenta Graciano conducía su automóvil el 10 de julio de 2012 cuando fue detenida y trasladada por policías vestidos de civil a una bodega. Ahí fue golpeada, asfixiada, violada y torturada. Ella creía que estaba secuestrada. Con los ojos vendados y las manos esposadas hacia atrás, colgaba boca abajo atada de los tobillos. Escuchaba amenazas. Creía que no saldría viva.
Después de horas de tortura, la obligaron a firmar una confesión que no pudo leer. A raíz de esa evidencia, lleva casi cuatro años encarcelada en el penal de Aguaruto, en Culiacán, Sinaloa, acusada de haber asesinado a su esposo. No existe otra prueba.
Jesús Alfredo Cuén Ojeda, médico en la Dirección de Deportes de la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS), fue asesinado a disparos al salir de un restaurante la mañana del 2 de julio de 2012, un día después del proceso electoral en el que su hermano Héctor Melesio participó como candidato al Senado por el Partido Nueva Alianza (Panal).
El cuerpo quedó boca arriba cerca de la camioneta en la que se subiría. Los peritos ubicaron a su alrededor nueve casquillos de arma de fuego calibre nueve milímetros. El Procurador de Justicia estatal, Marco Antonio Higuera Gómez, declaró que las primeras investigaciones revelaron “que fue un solo sujeto” quien lo asesinó, reportó la prensa local. El sospechoso, agregó, viajaba en un vehículo color blanco.
Luego que Yesenia, bajo tortura, firmó un documento que nunca leyó, la versión se amplió.
La PGJ de Sinaloa informó, de acuerdo con una nota del 12 de julio de 2012 del diario Noroeste, que Yesenia “confesó haber pagado 85 mil pesos a una célula delictiva para que asesinara a su esposo, y fue la encargada de ‘ponerlo’ el día del crimen”.
También fue detenido Luis Enrique Hernández Maldonado, quien vigiló si había policías en las cercanías donde ocurrió el homicidio.
El Procurador Higuera Gómez añadió que Yesenia declaró quiénes colaboraron con ella, quién fue el contacto con las personas que cometieron el asesinato y también que ella corroboró que la víctima se encontraba en el restaurante.
Según la confesión, la pareja estaba en trámites de divorcio y ella, “víctima de maltrato”, buscaba cobrar un seguro de vida. El Procurador descartó que el móvil del homicidio tuviera relación con el ex candidato al Senado.
En febrero de 2013, la Comisión Estatal de los Derechos Humanos (CEDH) de Sinaloa determinó el uso de la tortura en contra de Yesenia y lo notificó a la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE).
La PGJE no aceptó la recomendación por no estar acreditada la existencia de una “situación de coacción” contra la mujer.
Dos años después, en enero de 2015, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) pidió al Gobernador de Sinaloa, Mario López Valdez, acatar las disposiciones emitidas por la CEDH por la tortura a Yesenia Armenta. Coincidió en que se violaron los derechos humanos a la integridad y seguridad personal, así como al trato digno, y demandó a López Valdez que se repare el daño.
Después de esto, el estado de Sinaloa abrió una averiguación previa. Amnistía Internacional ha estado en contacto con la Procuraduría estatal, “pero no hemos visto resultados completos”, contó Madeleine Penman.
