VANGUARDIA DE SALTILLO

Claudia, una mujer analfabeta con discapacidad a la que autoridades le quitaron la custodia de su hija

14/05/2018 - 1:06 pm

Hace casi dos años Claudia, ahora una mujer que carece de reflejos corporales rápidos y tiene una nivel intelectual menor al promedio, salió corriendo de su casa por una discusión con su esposo. Se resbaló y, aunque quiso evitarlo, aplastó el brazo de su niña entonces de dos años. Una vecina denunció los hechos y pese a tener una situación de vulnerabilidad y posible violencia, las únicas puestas bajo investigación fueron ella y su hija.

La última vez que pidió apoyo a las autoridades, quien terminó sedada y encerrada fue ella, una mujer pobre, cuyo único delito es quizá tener un coeficiente intelectual menor a 50 puntos. Foto: Vanguardia

Por Quetzalí García

Saltillo/Ciudad de México, 14 de mayo (Vanguardia/SinEmbargo).- Deténgase. Antes de empezar este reportaje, imagine por un segundo que no sabe leer. Que las letras que siguen son arañas uniformes, signos confusos que lo rodean, que lo persiguen, que no le dicen nada y sólo otros entienden y que han usado para sacar ventaja de usted, para ayudar o ignorarlo. En su condición de analfabeta apenas sabe escribir su nombre. Y por estar el mundo como está, su única defensa es ya no escribirlo, ya nunca firmar nada porque la última vez que lo hizo, le arrancaron lo único que entendía y que amaba sin necesidad de palabras: su hija.

Claudia se sube a la cama para alcanzar una bolsa amarilla sin polvo. La sacude cada vez que va a la Procuraduría de Niños, Niñas y la Familia (Pronnif) para intentar ver a su nena. Adentro hay una muñeca que está como nueva, porque en diciembre no le permitieron dejársela a su niñita de carne y hueso, la que aprendió a colorear sin ella, la que todavía le gritó “mamá” la última vez que la vio, la que se duerme sin saber que Claudia la espera. Esa chiquilla es la dueña del juguete. En la Casa Cuna, tampoco dejaban que Claudia le llevara plátanos ni jugos. La diferencia es que las frutas se podrían y los yogures podía regalarlos a otros niños de la cuadra. La muñeca vive en la bolsa esperando igual que Claudia a su hija.

Cuando la mamá de Claudia le dejó caer una piedra en la cabeza la condenó a dos cosas: a una discapacidad intelectual moderada y a que la entonces niña se jurara, a su manera, mientras la sangre le resbalaba por la frente, que cuando tuviera hijos ella nunca los maltrataría. Esta promesa le duele más todavía que todas las secuelas que provocó aquel golpe en su vida.

Hace casi dos años Claudia, ahora una mujer que carece de reflejos corporales rápidos y tiene una nivel intelectual menor al promedio, salió corriendo de su casa por una discusión con su esposo. Se resbaló y, aunque quiso evitarlo, aplastó el brazo de su niña entonces de dos años. Una vecina denunció los hechos y pese a tener una situación de vulnerabilidad y posible violencia, las únicas puestas bajo investigación fueron ella y su hija. Fue internada en el Centro de Salud Mental (Cesame) durante 29 días y diagnosticada –sin valor para un peritaje médico legal– con “discapacidad intelectual moderada”.

Después de haber sido insultada, Claudia busca apoyo de la CDHEC. Foto: Vanguardia

Cuando salió ya no tenía hija, sólo una receta de medicamentos que le están acabando a poco el hígado y que debe, le dijeron, seguir tomando de por vida. No ha recibido atención posterior ni a su padecimiento, tampoco ha recibido indicaciones sobre la toma correcta de sus medicinas ni apoyo para superar el shock emocional que le produjo la pérdida de su criatura en manos de la burocracia. Su traslado y posterior abandono por parte de las autoridades sanitarias viola su derecho de acceso a la salud y asistencia social consagrado en el artículo 7°, donde claramente estipula que el Estado tiene la obligación de “fomentar la creación de centros asistenciales, temporales o permanentes, para personas con discapacidad en desamparo, donde sean atendidas en condiciones que respeten su dignidad y sus derechos [personas con discapacidad]”, esto en la Ley de General para la Inclusión de las Personas con Discapacidad .

La Procuraduría de Niños, Niñas y la Familia (Pronnif) –una dependencia centralizada de la administración pública estatal– le arrebató a su bebé de entonces dos años sin fundamento legal ni aviso previo, según afirman ella y sus familiares. Esto violó sus derechos consagrados en la Convención Sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad en el artículo 5° de igualdad y no discriminación, donde expresa que “los Estados Partes prohibirán toda discriminación por motivos de discapacidad y garantizarán a todas las personas con discapacidad protección legal igual y efectiva contra la discriminación por cualquier motivo”.

Acorralada entre la invisibilidad de ser discapacitada y analfabeta, además del miedo y la costumbre a los desaires de las instituciones que deberían velar por sus derechos, Claudia aceptó que su hija se quedara en la Casa Cuna. La última vez que pidió apoyo a las autoridades, quien terminó sedada y encerrada fue ella, una mujer pobre, cuyo único delito es quizá tener un coeficiente intelectual menor a 50 puntos y no poder explicarle a los policías que fue un accidente.

Desde entonces a Claudia sólo le quedaba llorar a diario y por las noches, callarse como se ha callado todos los días de sus 44 años. Acudir a las citas para alguien con esa discapacidad y con bajos recursos era un reto monumental, de hecho las personas con este diagnóstico son tan vulnerables, que es fácil que caigan en redes de trata de blancas. Pero su amor era más grande que sus limitaciones intelectuales. Así que la mayoría de veces podía cumplir con las visitas.

Desde hace unos meses, cuando una tal “licenciada Ramos” comenzó a impedirle el acceso a los pases de visita a la convivencia con su hija, y también a negarle información y justicia al no proporcionarle el expediente de la niña, Claudia se ha sentido morir. Además, enfrentó un trato discriminatorio en el que devaluaron su integridad y dignidad como mujer, madre y ser humano.

“Tú lárgate, piojosa, loca, tu hija ya está dada en adopción, ya es caso perdido”. Eran algunas de las frases que recibía al buscar el pase de visita que le fue negado periódicamente a ella, su esposo y posteriormente a las familias de apoyo que propuso. Todo sin un juicio de patria potestad ni el respeto mínimo a los derechos humanos de Claudia.

Las funcionarias públicas quizá desconocen lo que estipula la Convención de Belem Do Pará y Ley para el Desarrollo e Inclusión de las Personas con Discapacidad del Estado de Coahuila de Zaragoza, la Ley del Sistema Estatal para la Garantía de los Derechos Humanos de Niños y Niñas del Estado de Coahuila de Zaragoza y en la Ley de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia para el Estado de Coahuila de Zaragoza, donde este tipo de atropellos son inadmisibles para una mujer con discapacidad.

Después de dos años de incertidumbre legal, Claudia y su nueva asesora jurídica, Gisel Ruiz, buscarán justicia por las vejaciones a los derechos humanos en este caso. Foto: Orlando Sifuentes, Marco Medina, Quetzali García, Vanguardia

Cuando Vanguardia pidió la versión de la Pronnif, respecto a la denuncia de Claudia, sólo se informó puntualmente que no podían dar declaraciones sobre el caso, pues el juicio está abierto y se debe privilegiar el derecho de la niña a tener una familia. Además negaron cualquier tipo de omisión a los niños que están bajo su cuidado.

Las irregularidades denunciadas se suman a que en este año en tres ocasiones adolescentes han escapado del albergue varonil Casa de los Niños y Niñas, la primera ocurrió el 14 de marzo cuando tres jóvenes se fugaron; el 6 de mayo al menos 10 adolescentes lograron burlar la seguridad; y este jueves 10 de mayo un adolescente de 15 años huyó para regresar con su familia a Monterrey, Nuevo León.

También el 15 de enero un niño de tres años que estaba bajo el resguardo de la Casa Cuna falleció en el Hospital del Niño. Por medio de un comunicado, autoridades de la Fiscalía y la Pronnif informaron que investigarían este caso.

Una de las familiares de Claudia, quien manifestó ante Pronnif querer hacerse cargo de la niña desde hace meses, fue entrevistada por este medio y solicitó el anonimato para evitar represalias. Esta persona refrendó lo dicho por Claudia: que fue tratada con despotismo y que le dijeron no considerarla apta; y tras algunas faltas de respeto, ella prefirió dejar de acudir a las terapias para poder adoptar a la pequeña.

Alma Rosa Aguirre, psicóloga. Foto: Vanguardia

“SI FUE CAPAZ DE DARLE SUS PRIMEROS DOS AÑOS DE VIDA, ES CAPAZ DE TODO”

Alma Rosa Aguirre, psicóloga, licenciada en Educación Especial y maestra de todos los niveles educativos durante 40 años, hizo un pronunciamiento respecto a la situación de Claudia:

-¿Qué opina del caso de Claudia tras darle los pormenores?

“No le quieren entregar a su criatura. Ella lucha, está angustiada y yo le doy la razón. Hago un llamado para que le hagan caso y se entienda que no es deficiente mental profunda. Se puede valer por ella misma. Puede atender y cuidar a su hija, como muchas ‘madres normales’ que a veces no lo hacemos. Que atienda a su hija como corresponda, si se comprueban los abusos por parte del padre, que alejen a ese mal sujeto que eligió como padre. Ella es un excelente ser humano y merece ser feliz. Los problemas de discapacidad intelectual requieren de muchos estudios. Escúchenme: si fue capaz de gestar, de parir, de formar a su criatura, de darle sus primeros dos años de vida, es capaz de todo. Ya demostró que es capaz de dar la vida, permitámosle que viva feliz”.

-Respecto a la huida de los jóvenes de un albergue a cargo de la Pronnif:

“No voy a hablar mal de la institución, pero les diría a mis colegas: les falta amor para tratar a esas criaturas que no tienen ninguna culpa de la situación por la que están pasando. Vi los procesos que se siguen y que no son los estudios más aptos para dar en adopción. Muchas veces no hay conciencia plena de a dónde van a dar esas criaturas.

-¿Qué opina de las denuncia que hace Claudia respecto a las faltas de respeto que sufrió en las instalaciones de la Pronnif?

“Yo invito a las personas que están colaborando en la Pronnif a que tengan algo de humanidad. La mayoría son mujeres, a lo mejor son madres, y les recuerdo que no tenemos ningún derecho de sobajar a ningún ser humano, no vamos a hacer lo que no nos gustaría que nos hiciesen. ¿Cómo le dicen ‘Piojosa, vete de aquí. Ya tu hija no te corresponde’? ¿Qué calidad humana es la que tienen ustedes para actuar contra esta mujer que pese a su discapacidad intelectual está luchando para ver a su criatura? Son servidores de Gobierno como lo fui yo durante 40 años. Y nuestra meta es servir”.

-¿Qué mensaje daría a las autoridades?

“Estoy molesta de enterarme de casos como este. Autoridades, escúchenos, atiendan este caso. No den el carpetazo. No con darla en adopción ya están tomando la opción más idónea. Las madres damos la vida por nuestros hijos. Déjenla que viva feliz. Si quiera que el día de mañana (10 de mayo) que tenga ese regalo de recibir a su hija. Para un hijo, el mayor tesoro que existe es su madre”.

2 años tiene la hija de Claudia en una Casa Cuna. Foto: Vanguardia

El nuevo cuarto de color rosa que ya estaba preparado quedó en pausa; y la niña, en la Casa Cuna. Sola. Pues a esta persona también empezaron a reducirle la convivencia después de denegar su solicitud. “Yo sé que todos necesitamos terapia, tenemos días buenos y malos, pero la niña es parte de mi familia, yo no quiero dejarla sola”, manifestó vía telefónica cuando se le preguntó sobre la situación. Tras la investigación y solicitud de informes de VANGUARDIA a Pronnif para solicitar su versión del caso, la institución decidió días más tarde reestablecer comunicación con una de las familias de apoyo de la pequeña.

Hace un año Rocío, una niña de seis años, fue asesinada por su mamá adoptiva. Según la necropsia de ley, su cuerpo presentaba signos de agresión sexual que después fueron adjudicados a un familiar adoptivo. Tras conocerse el deceso, Laura Patricia Calamaco, madre biológica de Rocío, denunció que la Pronnif entregó a la menor en medio de irregularidades. Aquella ocasión no atendieron recomendaciones por parte de jueces ni por la misma Comisión de Derechos Humanos del Estado de Coahuila.

FEMINISTAS DE BARRIO

En la colonia Rincón de Guadalupe parece que acaban de invadir los “Transformers”. Entran y salen camiones de personal repletos para trabajar en los veinte turnos de las fábricas de la ciudad. De las entrañas de ésta y otras colonias aledañas se alimentan las líneas humanas de las maquiladoras. Los buses y sus máquinas furiosas sólo se llevan a los que les sirven. Claro. A los que no, los atemorizan con rugidos y vueltas cerradas en calles. Contradicen con su velocidad varias leyes de la física, para que sepan quién manda.

Los invisibles son quienes por su edad y condiciones no pueden cumplir con la exigencia de una industria, otros, por rebeldes, deciden estudiar o aprender otro oficio. A esta hora de la mañana, cuando por unos momentos no hay a quien trasladar, el silencio se vuelve norma por las avenidas. Y entonces es seguro tomar el fresco.

“Que te quiten un hijo es como una patada en el alma. Y no importa cuánto tiempo pase, duele como si hubiera sido hoy. El mío me lo quitó Dios, pero con Claudia todavía podemos hacerle la lucha”, dice con esperanza doña Cuca. Hay varias tinas con agua llenas de nopales. Ella y otras vecinas están sentadas alrededor. Si no fuera por esta feminista de 80 años, la historia de Claudia se hubiera quedado como una más de las mujeres con discapacidad que pierden a sus hijos en procesos de adopciones rápidas. Por su edad avanzada y problemas de salud, no puede trasladarse para decirle al gobernador “Que ponga un hasta aquí y le devuelvan a su hija a Claudia. ¿A ver qué sentiría él (el mandatario estatal) si la Pronnif le quita a sus hijos?”.

Sus limitaciones no superan a esta mujer incansable que desde un teléfono fijo que compró en los noventas ha hecho cientos de llamadas al Gobierno del Estado, Municipio, Comisión Ejecutiva Estatal de Atención a Víctimas, Derechos Humanos, Judicatura Federal, Pronnif y un largo etcétera. Y en todas la atienden, le toman la llamada y le dicen que mande un oficio a una dirección de correo electrónico. La cosa es que doña Cuca no sabe encender una computadora, no tiene personalidad virtual, y sus familiares que podrían ayudarla le dicen que mejor no se meta en problemas. Otras veces en las oficinas donde llama le dicen que ahora sí llegará alguien.

Por eso cuando me aparecí en su puerta, pensó que le traía razón legal de la causa de su vecina. Pero no, no señora, vengo a investigar. “¿Y luego tú qué? ¿Por qué no la ayudas? Nadie nos hace caso”. Me suelta en la cara esta defensora de una causa “que ya está perdida”. Eso lo dijeron a Claudia y a una prima en la Pronnif un día antes, cuando no quisieron mostrarles el expediente de la chiquilla que ya lleva dos años en un hospicio, alejada de sus padres y todo lo que conocía. A la prima le pedían mínimo un acta de nacimiento, pese a que sus apellidos coinciden, para darle información. “Yo le hubiera dicho que si no quería también las escrituras de mi casa”, dice doña Cuca cuando me narran lo que sucedió.

Orlando Sifuentes, fotorreportero, y quien esto escribe recorremos la colonia buscando testimonios sobre la maternidad de Claudia.

“Ella la crío, la arreglaba, siempre la traía limpia. Siempre le tuvo comida. No le faltó nada. Claudia no está loca, ella está bien. Le ayuda a otras vecinas a barrer, trapear y recoger. A mí me saca el bote del agua. Me lava mi ropa”, dice doña Cuca.

“Es un caso muy triste, está desesperada por su hija, si yo estuviera en su lugar no aguantaría, me volvería loca. La trataba muy bien, le tenía mucha paciencia. Andaba pidiendo cosas para su hija, para vestirla y juguetes más que todo. Eso sí, siempre muy limpiecita. No tiene ningún vicio. Siempre de con doña Cuca a su casa”, afirma doña María.

“Después de todo lo que ha pasado, Claudia sufrió mucho, pero la tenía bien a la niña”, comenta María Alberta.

“No se me hace justo que por ser pobre se la quiten. Juguetes sería lo único que le faltaría, porque cariño y amor de sus padres siempre lo tuvo. Está mejor criada la niña de ella que mi nieta. La traía para todas partes. Nunca vi que la abandonara”, dice doña Juana.

UN 10 DE MAYO SIN HIJA

La mamá sin hija aprieta un botón que tiene en donde debería estar el corazón de la muñeca y mientras suena música infantil, Claudia sonríe y llora, sólo ella sabe qué recuerdos le trae la melodía. La muñeca le tapa la ausencia de los brazos, pero no de sus ojos. Ojos que no saben leer, pero saben decir: te extraño.

APOYO INSTITUCIONAL

Tras recibir negativas para ver a su niña, Claudia fue, acompañada por su prima, a interponer una queja a la Comisión Estatal de Derechos Humanos. Fue notificada este viernes con el oficio número PV-569-2018, relativo a admisión de instancia.

SOLICITUDES JURÍDICAS

Las solicitudes de Claudia a las instituciones estatales fueron las siguientes:

1. Recibir atención psicosocial adecuada para su persona a fin de garantizar sus derechos humanos fundamentales consagrados en la Carta Magna.

2. Que se le designe un asesor jurídico que defienda sus derechos humanos y le dé acceso a la justicia con la Pronnif.

3. Que le regresen a su hija a fin de que su familia se restaure y sus derechos de familia se hagan valer.

Finalmente y tras la redacción de una carta con la narración de los sucesos, Claudia, acompañada por reporteros de esta casa editora, interpuso sus solicitudes ante la Comisión Ejecutiva Estatal de Atención a Víctimas (CEAV).

Gabriela Noguez Sandoval, directora de la CEAV, atendió de manera personal a Claudia. Inició con el protocolo de atención inmediata a las personas que acuden a buscar ayuda a esta institución. El primer paso fue establecer una mesa interdisciplinar compuesta por: Elizabeth Alfaro, directora de Atención Inmediata, Marcela Lombell, subdirectora de Fondo, y Gisel Ruiz Ovalle, asesora jurídica.

LO QUE SE HA OBTENIDO HASTA EL CIERRE DE EDICIÓN

Después de analizar el caso se obtuvo en cuestión de horas lo siguiente:

Asesoría jurídica y representación legal.

Nombramiento de la asesora jurídica: Lic. Gisel Ruiz.

Acompañamiento con una psicóloga ante el Cesame.

Revisión de todo su expediente.

Acceso a Fondo Estatal de Ayuda y de Asistencia y Reparación Integral, en caso de necesidad para medicamento, transporte, alimentación.

Renovación del seguro popular.

Segunda opinión por expertos, de las familias de apoyo, respecto a los dictámenes que aparezcan en el expediente para saber si son o no aptos.

Rastreo de antecedentes de violencia familiar en Centro de Empoderamiento.

Copia de expediente de Cesame.

Nueva valoración de la condición psicóloga.

Una solicitud de revalorización del estado mental de Claudia para que pueda acceder a la atención que necesita.

Acceso al expediente de la Pronnif.

Esto en cumplimiento a la Ley de Víctimas para el Estado de Coahuila, medidas de ayuda inmediata, contempladas en el capítulo 5.

Independientemente del proceso de custodia y patria potestad, se buscará esclarecer la violación a los derechos humanos de Claudia. Y se canalizaría a las instituciones correspondientes.

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