La venta de indígenas en SLP no parece coincidir con una disminución en las violaciones, como dice la CNDH

17/07/2014 - 12:00 am
Las mujeres en las comunidades, además de seguir siendo víctimas de violencia física y psicológica, aún se mantiene la costumbre de venderlas. Foto: Pulso
Una mujer indígena denuncia caso de venta ante el Ministerio Público de San Luis Potosí. Foto: Pulso, especial para SinEmbargo

Ciudad de México, 17 de julio (SinEmbargo).– Hace unos días, la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) informó que habían disminuido las violaciones a los derechos de la población indígena, pero que durante el primer semestre de 2014 habían recibido 73 quejas.

La Comisión precisó que la población indígena del país es uno de los sectores más vulnerados y abandonados de la sociedad; que padece discriminación y rechazo por su origen, color de piel, creencias, manifestaciones, lengua y forma de vestir.

Sin embargo, las agresiones contra este sector no sólo se realizan por personas ajenas a la comunidad, apenas ayer el Departamento de Atención a Víctimas de la Subprocuraduría del estado de San Luis Potosí dio a conocer que mujeres indígenas de la Huasteca potosina eran vendidas por sus padres o esposos a cambio de alcohol y bicicletas.

La encargada del área, Lilia Leticia Torres Galván, detalló que este tipo de violencia es “asunto histórico” y que pese a  que los roles han cambiado, siguen siendo víctimas de agresiones físicas y psicológicas.

De acuerdo con la CNDH, hasta el 2013 en México había 8.1 millones de mujeres indígenas que vivían en condiciones de violencia intrafamiliar, abusos, agresiones físicas y morales o que no contaban con acceso a servicios de salud y educación.

En San Luis Potosí, el 41.6 por ciento de las mujeres ha sido sometida, al menos una vez en su relación, a insultos, amenazas, humillaciones, intimidación y otras ofensas de tipo psicológico.

Pero las mujeres no son las únicas agredidas en México. El diario Pulso de San Luis Potosí dio informó recientemente  sobre el caso de varios jornaleros indígenas procedentes de Guerrero, que tras sufrir un accidente automovilístico, se descubrió que eran explotados.

El pasado 3 de julio, un grupo de indígenas mixtecos procedentes de Tlapa, Guerrero regresaba a sus viviendas tras una jornada en el rancho tomatero Santa Cruz, ubicado en el municipio de Villa de Guadalupe, cuando se volcó.

El percance dejó un reguero de cuerpos en la carretera que terminó por exponer las duras condiciones de explotación que enfrentan los jornaleros en ranchos agrícolas de San Luis.

Posteriormente, al menos 16 personas, principalmente mujeres y menores de edad, se hacinaron en casas de adobe, con piso de tierra y techo de hule, mientras se recuperaban de las heridas.

Las instancias laborales anunciaron revisiones en el rancho, ante las denuncias de que además de las condiciones indignas de trabajo, en el lugar se empleaban a menores de edad.

Aunque las dependencias estatales no señalaron la presencia de niños, sí corroboraron las condiciones indignas en las que se encontraban los trabajadores indígenas.

Sin embargo una investigación de la asociación Cáritas de Estados Unidos, realizada en 2013, afirmó que “el trabajo infantil es omnipresente en todos los ranchos, cuando ya tienen edad, cinco o seis años, [los menores] empiezan a trabajar, cuando comienzan a caminar ya están cortando chile, tomate o todo eso”.

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Además de ser explotados en el campo, los niños fueron abandonados por las autoridades tras un accidente que dejó cuatro muertos. Foto: Teodoro Blanco / Pulso, especial para SinEmbargo

DISCRIMINACIÓN

En junio pasado, una encuesta telefónica  realizada por el Gabinete y Comunicación Estratégica (GCE) , dio a conocer que el 90 por ciento de los mexicanos reconoció que discriminar es una práctica cotidiana de los mexicanos, y destacó que  uno de los grupos sociales más afectados por esta exclusión fue el de las personas indígenas.

La encuesta se aplicó a 800 personas en el país y detalló que una de  las principales causas que pueden ser motivo de exclusión es la de raza o color de piel que registró un  14.4 por ciento.

Respecto a los sectores de la población que padecen más actos discriminatorio, el informe especificó que 28 por ciento señaló a indígenas y 20 por ciento a personas homosexuales.

La empresa encuestadora precisó que la discriminación consiste en dar un trato desfavorable o de desprecio inmerecido a determinada persona o grupo, que a veces no se percibe, pero que en algún momento se puede ser víctima.

El trabajo del Gabinete de Comunicación Estratégica especificó que 28 por ciento de las entrevistas realizadas señaló a indígenas y 20 por ciento a homosexuales, como los más afectados por la discriminación.

De acuerdo con el trabajo del GCE detalló que el 64 por ciento de los entrevistados opinó que existe un racismo muy marcado en el país.

LA DESIGUALDAD EN MÉXICO

Las mujeres indígenas que viven bajo el régimen de usos y costumbres son más vulnerables.  Foto: Cuartoscuro
La desigualdad en el país aún es comparable con el promedio de los países que integran la OCDE. Foto: Cuartoscuro

Por otra parte, la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) informó ayer que tras la crisis de 2008, la desigualdad de ingresos se elevó en las naciones integrantes, pero que México fue la excepción.

La directora del organismo en México para América Latina, Eugenia Garduño Whitson, expuso que a pesar del avance de los últimos años, la desigualdad en el país aún es comparable con el promedio de los países que integran la OCDE.

“La desigualdad de ingresos se ha incrementado en los países de la OCDE a raíz de la crisis de 2008, sin embargo, México es la excepción a esa tendencia, dado que en los últimos años se ha logrado reducir esta enorme desigualdad”, sostuvo.

No obstante, sigue siendo un problema que “no es menor”, pues datos de la OCDE indican que el ingreso promedio de 10 por ciento de la población más rica fue 27 veces de lo que reportó el 10 por ciento más pobre en 2007, refirió el subsecretario de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu), Alejandro Nieto Enríquez.

Asimismo, refirió que en 2011, el 10 por ciento más pobre de los mexicanos captó 1.2 por ciento del ingreso total del país; mientras que 10 por ciento más rico recibió 36.7 por ciento; además que a lo largo del territorio nacional se pueden ver dos o tres mexicanos diferentes.

De ahí que el gobierno federal estableció Planes de Desarrollo Regional para las tres regiones del país (centro, norte y sur-sureste), las cuales hacen una lectura del territorio que parte del sistema urbano rural, con redes que crean sinergias que las hagan más competitivas.

El director de la Sede Subregional en México de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), Hugo Beteta, comentó que se debe trabajar para “desterrar el título de ser la región más desigual de la tierra”.

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