El ciclo escolar 2013-2014, que inicia hoy, estará lleno de cifras que muestran una realidad en la que México sigue rezagado, en la que existen millones de niños y jóvenes que aún no pueden acceder a una educación de calidad y mucho menos a una computadora con Internet. El país tiene 7 millones de ninis que no iniciarán clases ni irán a trabajar. Éstas son las cifras de la educación.
Ciudad de México, 19 de agosto (SinEmbargo).- Según cifras de la Secretaría de Educación Pública, 26 millones de alumnos y 1.2 millones de profesores de Educación Básica, de escuelas públicas y privadas del país, inician hoy el Ciclo Escolar 2013-2014.
El nuevo calendario escolar contempla 200 días de clases para los estudiantes, como lo indica el artículo 51 de la Ley General de Educación.
De los 26 millones de alumnos que iniciarán clases, 4.8 millones irán a educación preescolar, 14.4 a primaria y 6.6 cursarán la secundaria.
Este ciclo se reforzará el modelo de Escuelas de Tiempo Completo en 15 mil 349 planteles y se pondrán en marcha los Consejos Técnicos Escolares, que buscan cumplir los objetivos de la educación básica y capacitar a directores y maestros.
De acuerdo con el último informe sobre la situación de la educación en México publicado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) aunque en México la educación básica (primaria y secundaria) ha ampliado el territorio de cobertura, las estadísticas oficiales revelan que un significativo número de jóvenes mayores de 15 años y más -6.9%- no cuentan con la capacidad para leer y escribir, al no asistir a la escuela o carecer de los servicios educativos adecuados.
Por otro lado, la mayor parte del presupuesto para el sector se destina al pago de la burocracia: el país destina el 83.1% de su presupuesto para educación a los sueldos del profesorado y el 93.3% a la remuneración del personal en su conjunto; estos son los porcentajes más altos entre los países de la OCDE, donde la media es entre 62 y 78%.
Alrededor del 87.2% del gasto en educación primaria se asigna a la remuneración de los maestros, el porcentaje más alto entre los países de la OCDE, mientras que el 78.1% del gasto en secundaria y educación media superior se destina a este fin (el segundo porcentaje más alto después de Portugal, que asigna el 82.9% del gasto en secundaria a los sueldos de los maestros).
El gasto por estudiante en el país es mayor conforme avanza el nivel educativo: el gasto anual por estudiante de primaria es del 15% del Producto Interno Bruto (PIB) per cápita, el gasto por estudiante de secundaria y educación media superior es de 17% del PIB per cápita, y por estudiante en educación superior, el gasto anual se dispara hasta un 52%.
El gasto anual promedio por estudiante desde la primaria hasta la educación superior es de 20% del PIB per cápita, inferior a la media de la OCDE que es de 28%.
La inversión en los niveles educativos más altos no necesariamente se traduce en empleo, ya que el país ocupa el tercer mundial con el mayor número de jóvenes entre 15 a 29 años que no estudian ni trabajan, después de Turquía e Israel.
A julio de este año, más de 7 millones de jóvenes entre estas edades, es decir el 24.7%, no estaban ni empleados ni en educación o formación y la cifra aumenta conforme el grupo de edad.
La obesidad infantil es otro de los problemas que se suma al nuevo ciclo escolar.
Según el Departamento de Salud de la Universidad Iberoamericana y directora Ejecutiva del International Rife Sienes Instituto de México, vivimos en el país con más niños obesos en el mundo y el Distrito Federal es la entidad con más sobrepeso del orbe, lo que en el actual momento de transición epidemiológica nos pone en una situación riesgosa.
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición realizada en el 2012, alrededor de 5 millones 664 mil 870 niños en edad escolar tienen sobrepeso y obesidad en México, lo que implica la necesidad de fomentar la actividad física y la nutrición de los menores; entre los adolescentes la cifra es similar, 35% de los estudiantes de secundaria y preparatoria padecen uno de estos dos males.
La otra cara de la moneda son el 10% de los niños en edad escolar que enfrenta desnutrición.
