Revista SD | 10 historias de 10 canciones: lo que no te habían contado

25/07/2015 - 12:00 am

Nunca, al menos eso dicen los artistas, se sabe cuándo una canción hará historia. A menudo, esos himnos que se convierten en clásicos y forman parte del soundtrack esencial de varias vidas, comienzan con timidez e incluso sin importancia, como si molestaran, a formar parte del repertorio de un autor.

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Ciudad de México, 25 de julio (SinEmbargo).-  Las canciones dan sorpresas y las anécdotas que se encaraman detrás de su legado suelen ser fascinantes aunque muchas de ellas desconocidas.

Por si lo sabías, aquí van 10 historias primordiales de 10 canciones maravillosas.

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“Sólo le pido a Dios

por León Gieco

Es un himno global, que ha recorrido el mundo y que han interpretado artistas como Mercedes Sosa, David Byrne, Bruce Springsteen, entre tantos otros. ¿Pero cómo nació? El cantautor argentino contó la historia en el canal televisivo Encuentro, donde se llevaron a cabo cuatro programas en su honor con el título Mundo Gieco.

“ ‘Sólo le pido a Dios’ salió en mi cuarto disco en 1978. En esa época hubo un conflicto entre Chile y Argentina por el Canal de Beagle. Me acuerdo que se la canté a mi papá. Era muy intuitivo y me dijo: uy, esa canción puede recorrer el mundo.

Son varias estrofas y hablan de diferentes cosas. Habla de la guerra porque pensaba en esa posibilidad de conflicto armado que había con Chile. Cuando llegó el momento de grabarla, no lo hice, porque era toda igual.

Pero entonces llegó Dino Saluzzi [un famoso bandoneonista argentino] con el que había grabado todas las canciones del disco que llevó el título de Cuarto LP. Dino se lamentaba porque no había nada para grabar y de ese modo se quedaba sin cobrar. Entonces le propuse grabar la canción, que no iba a entrar en el disco, pero que iba a servir para que el pudiera cobrar la jornada de trabajo.

En ese momento llegó Charly (García) y cuando entra Charly se queda como hipnotizado y me dice: -Es maravilloso ese tema, qué bueno con bandoneón. Entonces empecé a tomar el tema más en serio y decidí ponerlo como bonus track.

Así lo mandé a la compañía de discos (Music Hall), donde el presidente –el señor Celasco- lo escuchó de punta a punta y cuando llegó al bonus track lo cortó y lo puso como tema 1 del lado 1. Así empezó todo. Jamás hicimos un videoclip, nunca tuvo promoción y hoy es un fenómeno traducido a varios idiomas”.

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“My generation”

por The Who

Es una de esas canciones por las que el cuarteto británico The Who –Pete Townshend, Roger Daltrey, Keith Moon (+) y John John Entwistle (+)- se hizo inmortal. Formó parte de las 500 mejores canciones de todos los tiempos en la lista de la Rolling Stone.

Se dio a conocer el 29 de octubre de 1965 en el álbum The sings my generation, y su autor, Pete Townshend, se inspiró en el barrio de clase alta donde vivía y en esos vecinos que veía a diario pero con los que no tenía nada en común.

Así lo contó en Who I Am, la biografía editada en español por Malpaso.

“Las mujeres en abrigos de piel me sacaban de la fila, como si yo no existiera. La sensación que comenzó a instalarse en mí no era tanto un resentimiento hacia ese tipo de establecimientos en todo mi piso en Belgravia, como el miedo de que su enfermedad pudiera ser contagiosa. ¿Cuál era esa enfermedad? En realidad era más una cuestión de clase que de edad.

La mayoría de los jóvenes a mi alrededor estaba trabajando para transformarse en la clase dominante, en el establishment del futuro. Sentí que la parafernalia de sus costumbres y de su edad era como una muerte, mientras que yo estaba vivo, no sólo porque yo era joven, sino porque estaba realmente vivo, sin el estorbo de la tradición, la propiedad y la responsabilidad.”, escribió el célebre compositor y guitarrista.

“Al volver de Suecia grabamos la versión final. Kit (Lambert, manager y productor) había escuchado mi primera maqueta, una versión que estaba notablemente inspirada por el ‘Young Man’s Blues’, de Mose Allison, canción que luego introdujimos en nuestro repertorio. Con los Who sentía que tenía la posibilidad de crear una música que se convirtiera en parte de la vida de los demás. Más que el modo en que nos vestíamos nuestra música daría voz a todo lo que necesitábamos expresar como grupo, como pandilla, como hermandad, como sociedad secreta, como subversivos”, agregó.

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“Pictures of Lily”

por The Who

Como dato curioso ha de saberse que fue una canción importante para el adolescente Roberto Bolaño (1953-2003), quien la cantaba a grito pelado en el pequeño departamento que la familia rentaba en la colonia Guadalupe Tepeyac, Ciudad de México.

“Esta canción es como mi retrato, su letra, su historia que cuenta. Fíjate que se trata de un muchacho que se pasa casi toda la noche sin poder dormir, y en un momento le dice a su padre: Papá, no puedo dormirme. El papá se acuerda de una vieja fotografía guardada en su escritorio. Busca la fotografía y se la pasa. La fotografía representa la imagen porno de una mujer desnuda. El muchacho mira varias veces la sugerente fotografía. Se excita. Se masturba. Y luego se duerme felicísimo. Al día siguiente le dice al papá: Papá preséntame a la muchacha esa de la fotografía. Y el papá le responde: ¡Fíjate que se murió hace como cuarenta años! Y ahí termina la historia de este rock. ¡Bonita historia de canción, y verdadera!”, decía Roberto.

Su autor, Pete Townshend se inspiró en el cuarto de una novia de juventud, según cuenta en sus memorias.

“En la pared del dormitorio de Karen había tres postales victorianas en blanco y negro donde aparecían tres actrices escasamente vestidas. Una de ellas era la tristemente célebre Lily Langtry, amante del príncipe Eduardo, más tarde rey Eduardo VII. Una tarde soleada en que Karen estaba en el trabajo garabateé una letra inspirada en aquellas imágenes e hice una maqueta de Pictures of Lily”, contó el líder de The Who.

“Mi canción pretendía ser un comentario irónico sobre la frivolidad sexual en el mundo del espectáculo, especialmente en la música pop, un mundo de imágenes de postal para alimentar las fantasías de chicos y chicas. ‘Pictures of Lily’ acabó siendo, como es bien sabido, acerca de un chico rescatado de su creciente frustración sexual por medio de unas postales subidas de tono que le entrega su padre para que pueda masturbarse”, dijo Townshend.

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“Under the bridge”

por Red Hot Chili Peppers

Forma parte del que acaso sea uno de los mejores discos de la banda californiana (Blood Sugar Sex Magik, de 1991) y la historia de cómo nació una canción tan emblemática la contó su autor, Anthony Kiedis, en la autobiografía titulada Scar Tissue.

“Un día llegué a ensayar, y Flea y John (Frusciante) estaban ciegos de marihuana y en un estado demente de ‘ignoremos a Anthony’; sentí entonces ese melancólico sentido de pérdida, como que John ya no estaba en mi mundo. Podía notar de la forma en que me miraba que  ya no éramos verdaderos amigos, sólo compañeros de agrupación. Salí del ensayo a mi casa ese día por la autopista y mi estado de ánimo me llevó a recordar a una muchacha de nombre Ione, un ángel dispuesto a darme todo su amor en momentos en que yo prefería drogarme con unos vagos de mierda debajo de un puente”, cuenta Anthony.

“Sentí que había desperdiciado mi vida y al mismo tiempo experimentaba una unión inexplicable con mi ciudad. Había pasado tanto tiempo paseando por las calles de Los Ángeles y escalando las colinas de Hollywood que sentía que había una entidad no-humana, quizás el espíritu de las colinas y la ciudad, que me tenía en sus vistas y me cuidaba. Aun si era un antisocial en mi propia banda, al menos todavía sentía la presencia de la ciudad en la que vivía.

“Empecé a improvisar algo de poesía en mi auto y poniéndole las palabras a una melodía y la canté por todo el camino en la autopista. Cuando llegué a mi casa, saqué mi libro de notas y lo escribí todo en la estructura de una canción, aunque iba a ser un poema para tratar con mi propia angustia”, confesó Kiedis.

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(I Can’t Get No)- “Satisfaction”

por The Rolling Stones

“De haber dependido de mí, ‘Satisfaction’ nunca se habría publicado. Era demasiado básica y el fuzz con la guitarra me parecía un truco barato. Cuando me dijeron que la iban a sacar como single, me levanté furioso y dije: ¡Ni hablar!”, contó Keith Richards en su biografía Life.

Afortunadamente no le hicieron caso, porque “(I Can’t Get No)- Satisfaction” es una canción clásica de la banda británica y sin duda una de las más bailadas, cantadas e imitadas de la historia de la música.

El riff que Richards detesta se le ocurrió mientras dormía en una habitación de hotel en Miami. Medio entre sueños grabó el riff y lo dejó eternizado en un cassette. Al día siguiente, Jagger se encargó de la letra.

“Satisfaction” se lanzó como single el 6 de junio de 1965 en los Estados Unidos. Al mes siguiente formó parte del álbum Out of Our Heads.

Se trata de la canción que encumbró a las piedras rodantes  y es el tema con que cierran cada uno de sus conciertos.

Con el tiempo, Richards fue cambiando de opinión y ahora, septuagenario, asegura que los Rollings es un grupo de una sola canción y el resto variantes de la misma.

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“Gimme tha power”

por Molotov

A menudo se dice que la banda mexicana Molotov es revolucionaria, política, de protesta, sin que sus integrantes se den cuenta.

Es decir, las poderosas canciones con que se dieron a conocer tal vez no reflejen tanto la ideología de la agrupación, cuyos miembros jamás se propusieron transformar la realidad en forma radical.

Sin embargo, mucho se debe a Miki, Paco, Tito y Randy, quienes se hicieron eco de toda una transformación social que vivía México a principios de este siglo, cuando la nación se disponía a dejar atrás a la dictadura.

“Gimme tha Power” es una canción incluida en el disco ¿Dónde jugarán las niñas?, el primer álbum de estudio de la banda, producido por Gustavo Santaolalla y Aníbal Kerpel en 1997.

Apenas si se pasaba en las radios mexicanas, no obstante lo cual se convirtió más temprano que tarde en un emblema de libertad para el pueblo mexicano y el de todo el continente.

La hicieron Micky y Tito durante un viaje arriba desde La Ceiba. Tenían los coros y la estructura y a la altura de Tulancingo, Hidalgo, salió la segunda parte de la letra.

“Ni siquiera la planeamos, salió espontáneamente, era lo que vivíamos en esa época. La gente que la lee o que la escucha se hará su historia en la cabeza”, contó Tito en una entrevista radial.

El propio cantante desmitificó el hondo sentido político que tomó la letra con el correr del tiempo (Olallo Rubio dice en ese sentido que el público hizo político a Molotov y no al revés).

“La verdad es que me había salido de mi casa, no tenía lana, peleaba por mi supervivencia y eso es lo que quise reflejar en Gimme tha Power”, reveló el vocalista.

Hoy podría funcionar como un himno de respuesta a Donald Trump y sus insultos racistas. En 2012, el locutor Olallo Rubio dirigió un documental que cuenta la historia de la banda y que llevó por título Gimme tha power.

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“Rolling in the deep”

por Adele

Son tiempos en los que se extraña a Adele, quien luego de llevarse todos los premios con su álbum debut, abandonó el mundo de la música adonde amenaza con regresar todos los años, mientras sus managers y productores se mesan los cabellos en señal de desesperación.

“Desearás no haberme conocido nunca”, dice una línea de la canción que lanzó a la fama mundial a la cantante británica y es lo menos que dice en un triste tema de desamor que es apunte autobiográfico, como bien se sabe.

Cuenta la historia de un romance trunco de Adele con el fotógrafo Alex Turrock, quien al parecer vivía en la intimidad un estado de enamoramiento total con la intérprete, pero lo negaba públicamente.

Alex y Adele rompieron en abril del 2009 y al tiempo que se terminaba el amor iniciaba la canción que convertiría a la artista inglesa en una mega estrella de la música contemporánea.

“Rolling in the deep” se dio a conocer en noviembre del 2010, ganó luego tres premios Grammy y se alzó con todos los galardones del año en el Reino Unido.

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“Englishman in New York”

por Sting

“No bebo café, tomo té querida / Me gusta mi pan tostado por un lado / Y puedes escucharlo en mi acento cuando hablo / Soy un inglés en Nueva York”: las primeras líneas de una canción que el compositor británico incluyó en su disco Nothing Like the Sun (1987).

Se trata de un clásico en el aclamado repertorio del ex líder de The Police y el video respectivo es una joya en blanco y negro a cargo del hoy famoso cineasta David Fincher.

Lleno de melancolía, lluvia, paraguas y pasos cortos en calles desoladas, el clip está protagonizado por Quentin Crisp, escritor, modelo artístico y actor  inglés convertido en ícono gay en los ‘70 y a quien va dirigida la canción.

Imposible olvidar el saxo de Brunford Marsalis –quien también aparece en el video- para dibujar la parsimonia británica con la que Crisp (1908-1999) transita las siempre agitadas acercas neoyorquinas y sobre todo la superposición de oficios por medio de la cual Sting cuenta la historia de un contador de historias.

Sting escribió la canción luego de visitar a Quentin en su flamante departamento de Manhattan, en 1986.

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“The Lonesome Death of Hattie Carroll”

por Bob Dylan

A menudo Bob Dylan es llamado el gran poeta del rock y hay justicia en dicho criterio. Sus versos han trascendido el mundo de la canción popular para construir otra de alto contenido literario. Y no son sólo metáforas hondas, existenciales, filosofía de un hombre que se ha dedicado a pensar con ahínco sobre sí y sus prójimos.

Hay también en las letras del cantautor estadounidense una motivación social que ha expandido la influencia de su música en canciones humanistas como “The Lonesome Death of Hattie Carroll”, que narra la historia de una camarera negra cruelmente asesinada por un parroquiano blanco rico y en estado de ebriedad.

Los hechos acontecieron el 9 de febrero de 1963 en el Hotel Emerson de Baltimore, cuando William Zantzinger, de 24 años, golpeó con su bastón a Hattie Carroll, de 51 años y madre de 10 hijos, porque había demorado en traerle su café. Los golpes causaron primero una apoplejía y luego la muerte a la mujer.

La canción, perteneciente al álbum The Times They Are A-Changin (1964).  Zantzinger fue condenado a seis meses de cárcel (que eludió) y a una multa de 500 dólares por homicidio, ya que la defensa arguyó que ella había muerto debido a una enfermedad previa y no exclusivamente por el golpe.

“Escribí Hattie Carroll en una pequeña libreta en un restaurante de la 7ª Avenida. Había un lugar donde almorzábamos donde solíamos estar todo el tiempo… un grupo de cantantes solía entrar allí. Podías permanecer todo el día, y estaba abierto toda la noche. Pasabas mucho tiempo en los restaurantes”, contó Bob.

“De cualquier forma, yo tenía la información de antemano y la gente hablaba sobre ello… Sentí que tenía mucho en común con esta situación y fui capaz de manifestar mis sentimientos.”, agregó.

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“I don’t like Mondays”

por Boomtown Rats

Se trata de la legendaria canción dedicada a la adolescente Brenda Ann Spencer, quien había disparado con una escopeta en el patio de la escuela elemental de Grover Cleveland en San Diego, California, el 29 de enero de 1979, matando a dos adultos e hiriendo a ocho niños sólo porque no le gustaban los lunes.

Lo curioso es que como regalo de cumpleaños, Brenda había pedido una radiocassette, pero su padre decidió regalarle un arma de fuego.

El irlandés Bob Geldof, al frente de los Boomtown Rats y autor del tema, se encontraba en un programa de radio cuando vio el teletipo con la noticia, y letra y música le salieron de un tirón.

Muchos años más tarde, el protagonista de la legendaria The Wall viviría su propio lunes negro cuando su hija Peaches fuera encontrada muerta a causa de una sobredosis de heroína en un día como los que no le gustaban a la adolescente estadounidense.

Mónica Maristain
Es editora, periodista y escritora. Nació en Argentina y desde el 2000 reside en México. Ha escrito para distintos medios nacionales e internacionales, entre ellos la revista Playboy, de la que fue editora en jefe para Latinoamérica. Actualmente es editora de Cultura y Espectáculos en SinEmbargo.mx. Tiene 12 libros publicados.
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