La epidemia de cólera en Tanzania comienza a estar bajo control, según la ONU

26/05/2015 - 6:06 am

Ginebra, 26 may (EFE).- La epidemia de cólera entre los burundeses refugiados en Tanzania, que ha afectado a 4.408 personas de las cuales 31 han muerto, parece haber entrado en la fase de control y crece a un ritmo de 100 casos por día, informó hoy la ONU.

“El número de casos diarios ha bajado hasta cien desde el pico de 915 el pasado 18 de mayo. Y no ha habido muertos desde el pasado jueves (21)”, dijo en rueda de prensa Adrien Edwards, portavoz del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).

“La reducción en el número de casos se debe en gran medida a las acciones llevadas a cabo en los últimos días por las diferentes agencias y las ONG como Médicos Sin Fronteras para contener el contagio y mejorar las medidas de higiene”, agregó.

A ello ha contribuido considerablemente el hecho de que Kagunga, un pequeño pueblo de pescadores junto al lago Tanganica, que separa ambos países, ha sido casi completamente vaciado de refugiados.

En el último mes, Kagunga vio incrementada su población original, de 11 mil 382 personas a más de 90 mil.

El cólera se transmite a través del agua y la comida contaminada, y los brotes ocurren de forma habitual en situaciones de hacinamiento, como la que se vivió en Kagunga.

La mayoría de los refugiados han sido trasladados al campo de refugiados de Nyagurusu, en Kasulu, y al estadio Tanganica de Kigoma.

En esos dos lugares, a parte de las campañas de sensibilización para evitar el cólera, se han llevado a cabo campañas de vacunación de niños y de protección contra la malaria, aunque dado que aún no cuentan con las mosquiteras impregnadas de insecticidas suficientes, el paludismo sigue siendo una preocupación importante de los humanitarios.

Este extremo fue confirmado por el representante de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en Tanzania, Rufaro Chatura.

Por otra parte, el ACNUR revisó los datos de refugiados en la región y los ha reducido a 90 mil, 47 mil  de ellos en Tanzania, 28.000 en Ruanda, 10.000 en la República Democrática del Congo y 5 mil en Uganda.

Estos burundeses han abandonado su país en las últimas semanas por las tensiones políticas y la violencia desencadenada por la decisión del presidente de Burundi, Pierre Nkurunziza, de aspirar a un tercer mandato, excediendo los plazos previstos en la Constitución.

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