Anticoagulantes pueden subir 50% la supervivencia en pacientes hospitalizados de COVID: estudio

26/08/2020 - 3:52 pm

El nuevo estudio analizó seis pautas de anticoagulantes, de las cuales la heparina de bajo peso molecular terapéutica y profiláctica y el apixaban terapéutico lograban los mejores resultados, señala el CNIC.

Madrid, 26 de agosto (EFE).- El uso de anticoagulantes puede mejorar la supervivencia en pacientes ingresados por COVID-19, según un estudio, que indica que los enfermos tratados con estos fármacos tuvieron casi un 50 por ciento más de posibilidades de supervivencia y, aproximadamente, un 30 por ciento menos de posibilidades de intubación.

Coordinado por el director del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC), en Madrid, y del Instituto Cardiovascular Monte Sinaí de Nueva York (Estados Unidos), Valentín Fuster, el estudio observacional ha sido publicado por Journal of the American College of Cardiology (JACC).

Por otra parte, los investigadores observaron los resultados de la autopsia de 26 pacientes con COVID-19 y encontraron que 11 de ellos (42 por ciento) tenían trombos (pulmonares, cerebrales y/o cardíacos) que nunca se había sospechado en el entorno clínico.

Este estudio es una extensión de otro realizado en mayo, que mostró que el tratamiento con anticoagulantes se asociaba con mejores resultados tanto dentro como fuera de la unidad de cuidados intensivos, y que se basaba en que muchos pacientes hospitalizados con COVID-19 desarrollaron trombos sanguíneos potencialmente mortales.

El nuevo estudio analizó seis pautas de anticoagulantes, de las cuales la heparina de bajo peso molecular terapéutica y profiláctica y el apixaban terapéutico lograban los mejores resultados, señala el CNIC.

Los pacientes que recibieron tanto una dosis “terapéutica” (completa), como “profiláctica” (más baja de anticoagulantes) “tuvieron cerca de un 50 por ciento más de posibilidades de supervivencia y, aproximadamente, un 30 por ciento menos de posibilidades de intubación que los que no tomaban anticoagulantes”.

“Este estudio observacional proporciona nueva información sobre el papel de la anticoagulación en el manejo de pacientes ingresados con COVID-19 que confirmaremos con el estudio aleatorizado que hemos comenzado”, afirma Fuster en un comunicado del CNIC.

Además, los datos han servido para diseñar un ensayo clínico aleatorizado internacional a gran escala, coordinado por este equipo, que se centra en esos tres regímenes antitrombóticos: heparina oral y subcutánea, y apixaban.

El equipo evaluó los registros médicos electrónicos de 4 mil 389 pacientes positivos para COVID-19 ingresados en cinco hospitales entre el 1 de marzo y el 30 de abril de 2020.

Además, analizó las tasas de supervivencia y mortalidad de los pacientes que recibieron dosis terapéuticas y profilácticas de anticoagulantes (antitrombóticos orales, heparina de bajo peso molecular subcutánea y heparina intravenosa) en comparación con los que no recibieron estas terapias.

Para estimar el riesgo de muerte se contemplaron otros aspectos, como la edad, el origen étnico, las enfermedades previas y si el paciente estaba tomando anticoagulantes.

De los individuos analizados, 900 (20.5 por ciento) recibieron una dosis de tratamiento completo de anticoagulantes; mil 959 (44.6 por ciento) una dosis profiláctica más baja de anticoagulantes, y mil 530 (34.5 por ciento) no tomaron.

Los datos mostraron “una fuerte asociación entre los anticoagulantes y la reducción de la probabilidad de muerte intrahospitalaria”. Las dosis terapéuticas y profilácticas de anticoagulantes “redujeron la mortalidad en aproximadamente un 50 por ciento” en comparación con los pacientes que no los tomaron.

En general, 467 pacientes (10.6 por ciento) requirieron intubación y ventilación mecánica durante su hospitalización, pero el estudio apunta que los que tomaban anticoagulantes terapéuticos tenían un 31 por ciento menos de intubaciones que los que no recibían estos fármacos.

Los que fueron tratados con anticoagulantes profilácticos tenían un 28 por ciento menos de probabilidad de ser intubados. La diferencia entre los dos grupos de anticoagulantes no fue estadísticamente significativa.

Las tasas de hemorragia, una complicación de los anticoagulantes, fueron “sorprendentemente bajas” entre todos los pacientes (tres por ciento de media), pero ligeramente más altas en el grupo terapéutico en comparación con los grupos profilácticos y sin anticoagulantes.

Estos hallazgos, señala la nota, sugieren que los médicos “deben evaluar a los pacientes de forma individual dada la relación beneficio-riesgo”.

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