La huelga general es la primera contra el gobierno de Temer desde que el presidente asumió en forma definitiva el cargo en agosto pasado, tras la destitución de la ex presidenta Dilma Rousseff. La principal causa del descontento es una polémica reforma de las leyes que rigen el sistema de jubilación, la cual propone aumentar la edad para acceder a ese beneficio, pero el malestar también ha sido alimentado por otras medidas impulsadas por el mandatario brasileño.

Por Mauricio Savarese y Sarah DiLorenzo
Brasil, 28 de abril (AP/Xihua).-  Una huelga general estalló el viernes en Brasil en protesta por cambios propuestos a las leyes laborales, dejando paralizados a los sistemas de trenes y metros de gran parte del país. En tanto que en los principales aeropuertos de Sao Paulo y Río de Janeiro se presentan hay múltiples vuelos retrasados o cancelados.

El gobierno del Presidente Michel Temer dice que la flexibilización de las leyes laborales reactivará una economía moribunda y advierte que sin los cambios quebrará el sistema jubilatorio. Los sindicatos y otras organizaciones convocaron a la huelga, señalando que las nuevas leyes despojan a los trabajadores de muchos de sus derechos.

Trabajadores de al menos 92 categorías gremiales anunciaron ayer jueves que este viernes cruzarían los brazos en todos los estados brasileños, inclusive en sectores clave como salud, seguridad urbana, empleados del sistema penitenciario y policía de tránsito.

En Sao Paulo, la ciudad más grande del país, funcionaba una sola de las seis líneas del metro en la hora pico y ninguna de las de buses. Más tarde, otras dos empezaron a funcionar parcialmente. En Río de Janeiro, todas las líneas de buses mantenían servicios parciales.

Se levantaron barricadas para cortar las calles en ambas ciudades. La policía lanzó gases lacrimógenos para dispersar a los manifestantes que bloqueaban la ruta al aeropuerto de Congonhas, el menor de los dos de la ciudad. Indigentes y activistas bloquearon la ruta al aeropuerto de Guarulhos, pero ambas aeroestaciones funcionaban con normalidad.

“Hubo un bloqueo durante una hora, pero lo levantaron”, dijo la socióloga Barbara Castro, que partía de Guarulhos hacia Lima por la mañana.

En el aeropuerto Santos Dumont de Río de Janeiro, los manifestantes generaron confusión al correr por las terminales y derribar los divisores de colas en los check-in. En Río hubo un enfrentamiento entre manifestantes que bloqueaban una arteria principal y la policía.

Y aunque las terminales aéreas están en condiciones de funcionamiento, muchos vuelos están retrasados y cancelados.

Trabajadores aeroportuarios ocuparon el principal acceso al aeropuerto de Congonhas en el sur de la ciudad de Sao Paulo, así como el vestíbulo de la terminal.

La cancelación de vuelos se debe en parte a que algunas empresas decidieron volver a programar algunos en sus itinerarios debido a la noticia de la huelga general.

En el Aeropuerto Internacional de Guarulhos, en el interior de Sao Paulo, no hubo cancelaciones pero sí varios retrasos, mientras que el aeropuerto Santos Dumont en Río de Janeiro está abierto, pero las protestas obstaculizan la llegada de pasajeros.

Por su parte, en el aeropuerto internacional Tom Jobim (Galeão) no se han registrado protestas hasta el momento.

Inicialmente, todas las categorías de trabajadores en el sector de aviación civil iban a plegarse a la medida de fuerza convocada por las grandes centrales sindicales.

El sindicato de pilotos y comisarios de a bordo anunció sin embargo ayer jueves por la noche que levantaba su adhesión al paro, después de que fueran contempladas sus reivindicaciones en el proyecto de ley de la reforma laboral.

En tanto, trabajadores aeroportuarios mantuvieron su adhesión a la huelga, por lo que sus actividades son realizadas en forma parcial por este gremio responsable de los servicios de confirmación, despacho de aeronaves y limpieza.

Las empresas aéreas informaron a sus clientes que no serán cobradas tasas por remarcación de vuelos para quienes viajaban el día de hoy y decidan modificar la fecha de embarque.

La Central Unica de Trabajadores (CUT) de Brasil y la Fuerza Sindical, las dos mayores organizaciones sindicales del país sudamericano, se unieron en la convocatoria contra las reformas impulsadas por el gobierno.

La economía brasileña está sumida en la recesión y muchos están furiosos con el gobierno. Temer sostiene que las reformas propuestas traerán beneficios en el largo plazo. Pero habiendo tanto desempleo, muchos piensan que no pueden aceptar los recortes a sus beneficios sociales.

La agencia estadística IBGE informó el viernes que el desempleo había aumentado del 12 al 13.7 por ciento en el primer trimestre.

“Aquí en Brasil (los políticos) roban los derechos de los trabajadores con estas reformas jubilatorias y laborales”, dijo el dirigente sindical Reginal de Souza. “Venimos a decir basta, que nos oponemos a estas cosas insensatas que hace el gobierno… a los trabajadores y todo el pueblo brasileño”.