La pasión de la política mexicana

30/03/2013 - 12:01 am

La agonía empezó en el huerto del IFE. La política mexicana dio su amor por los demás en la cruz de la corrupción, murió por los indiferentes, los inconformes, los tercos, los ilusos que entre chatarra, telenovelas o arte viven embelesados en el sacrificio de los funcionarios honestos, la transparencia y el bienestar de un país en ruinas.

Pasión, egoísmo, ambición y muerte para salvar a los hombres, morir para defender a los ciudadanos a causa de los pecados sociales y la redención de los yerros humanos, destino  hacia el que se dirigieron los impuestos cubiertos por el pueblo mexicano.

De todos los hombres, un líder de gobierno la traicionó. Los medios y la opinión pública la acusaron y condenaron injustamente. Los discípulos la dejaron sola, como mártir. Enrique la negó tres veces, Salinas se burló de ella con el asesinato de Colosio y la pasión del Fobaproa, López Obrador se lavó las manos y se fue gira por toda la República. La muchedumbre manipulada pidió a gritos su ejecución.

Las autoridades de seguridad y los medios de comunicación la flagelaron, humillaron y crucificaron sin piedad a través de las armas, las redes, los satélites, ondas de sonidos y pixeles que mostraron la verdad que los ciegos videntes perciben, pero ignoran para no sentir los clavos de la corrupción en las palmas o el peso de la cruz burlada por la oligarquía que golpea al país día con día.

Y entre todos los personajes, la presencia insidiosa de la maestra de México, Elba Esther Gordillo, que desde las andanzas priistas estuvo acechando los pasos de la política para ver si cedía, si renunciaba a su misión: intervenir en los asuntos públicos, votar o simplemente tomar la batuta para simular una representación, elegida por una mayoría invisible.

Una presencia dulce y fuerte, acompañaba fiel e inocentemente a la política durante la pasión: la primera dama que cada seis años cambiaba de nombre y cumplía sus misiones como Presidenta del Consejo Consultivo Ciudadano del DIF, aunque desconociera la mecánica o carencias de la institución familiar.

Ella fue azotada, portó una corona de espinas con la avaricia de unos cuantos que son muchos y velan por sus intereses en el viacrucis vivido en las cámaras altas y bajas, en la residencia oficial de los Pinos y en algunas dependencias municipales y estatales. Ella cargó con la cruz de cada uno de los habitantes de esta nación en balas.

Esta doctrina murió en la cruz con el ateísmo democrático que abandonó el beneficio de la duda y optó por el escepticismo bañado en mantas y gritos hartos de la pasión de la política mexicana.

Al tercer día ella resucitó con los resultados preliminares del PREP, la celebración por adelantado del candidato ganador y la derrota de los mexicanos depositada en el Santo Grial de la conciencia colectiva.

@taciturnafeliz 

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