Hay momentos donde la pareja deja de ser la prioridad y tenemos que centrarnos en otras cosas. Por ejemplo, cuando llega junio y la época de exámenes.
Para algunos es triste y agobiante. A mí, ¡me encantan las épocas de crisis! Y les voy a explicar por qué.
Hablo de exámenes para solidarizarme con todos aquellos de mi generación que ahora los acaben de empezar, pero bien podríamos hablar de cualquier etapa especialmente estresante cuando tienes que dedicar toda tu atención a un trabajo, un nuevo proyecto, la familia o los estudios. Son momentos difíciles cuando tienes una pareja y peor cuando llevas poco tiempo, o recién acabas de empezar una relación. Todas las cosas en común que tenían hay que apartarlas tristemente por algún tiempo y las horas que pasaban juntos se vuelven minutos robados de un tiempo que pertenece a otras cosas. Sí, las relaciones pueden ser los grandes fracasos y suspensos de una época de estrés.
Bueno, pueden serlo para la mayoría de las personas. A mí me parecen tremendamente útiles.
Al empezar a escribir esta entrada pensaba hacer un mea culpa porque a veces siento que soy muy egoísta en mis relaciones y las aparto al primer problema personal que tengo y, más bien, utilizo los problemas como excusa para ir dejando morir de forma natural una relación que ya no me interesa y no tener que pasar por el mal trago de dejar a alguien sin razón. Ahí les dejo el truco…
Sin embargo, tras pensarlo bien, creo que eso es lo correcto ¿no? Como dice mi padre: "es que no te has enamorado todavía, cuando te enamoras te vuelves loco y lo dejas todo".
Sí. Todos estamos familiarizados con esa expresión y hasta tenemos imágenes mentales: "por amor uno lo deja todo". Trabajos, ciudades... Si estuvieras en una película, podrías estar tranquilamente preparando tu examen de matemáticas y de pronto darte cuenta que no hay nada más importante que estar con la mujer a la que amas. Que probablemente se encuentre en un aeropuerto. Precioso.
Pero la realidad se impone y, afortunadamente, amar ya significa que puedes tener tus propias ambiciones y ¿por qué renunciar a ellas? En cualquier relación todos deberíamos tener derecho a unas dosis de egoísmo e individualidad, entendiéndolo como necesidad de dedicarle tiempo a tus metas y necesidades personales. Ciertamente tienes un tiempo libre limitado y siempre con una hora límite, como para cumplir el plazo. Cariño, hoy tengo para ti dos horas y 17 minutos.
¡Aunque esto puede ser una excelente renovación del amor! Si dedicas las dos horas y 17 minutos a hacer cosas placenteras, relajantes y románticas. Aunque todo el entusiasmo y la pasión inicial pareciera hacer desaparecido o disminuido de la noche a la mañana, el amor y el sexo se conviertan, a la vez, en necesidad y distracción. Y eso es tremendamente sexy.
No veas el tiempo de estar con tu pareja como una obligación, sino como un descanso. Por no hablar del efecto relajante de un buen orgasmo (casi que garantía de 9). Intenta pasar tiempo de calidad con ella, sin discusiones ni historias. Relájate y organízate.
Además, la presión está en los dos lados. Si eres tú el ocupado estás entre la obligación de lo que tienes que hacer y la presión por no pasar suficiente tiempo con tu pareja, pero piensa que en algún momento tú tendrás que hacer lo mismo por él/ella cuando le toque su turno de pasar por un momento de tensión profesional. Hablando de egoísmo...
En ambos casos la clave es: compromiso. Tener una pareja concentrada en otras cosas y que debe sacrificar tiempo contigo también es difícil. Pero no hay que tomárselo como una cuestión de amor propio. En mi opinión, lo peor que se puede hacer es provocar una discusión y hacer exigencias, lo único que hace es subir el nivel de tensión, ¿quieres pasar más tiempo con tu pareja? No lo exijas y organízalo. Quizás no es necesario salir o ir al cine, pero sí preparar una cena en la casa, darse un baño juntos o sentarse con él/ella a leer mientras él/ella estudia o trabaja.
Ahora, la gran pregunta.
¿Qué pasa si les ocurre lo que a mí y después de estar estudiando o trabajando más de 10 horas prefiero ver Juego de Tronos a tener que hacerme la enamorada? Y díganme por favor que también le ha pasado a alguien más…
Bueno, en esos casos – y ahora sí hablo por experiencia – un momento de crisis pone en perfecto relieve qué sientes por tu pareja. Si no lo dejarías todo por perseguirle por un aeropuerto, como dice mi padre, no estás enamorado.




