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México importa mariguana de EU y obliga a que Janely, por ejemplo, siembre a escondidas para su hijo

31/05/2018 - 3:57 pm

Según Janely, un extracto de cannabidiol (CBD) -el principal componente de la planta-, de 5 mil miligramos del compuesto diluidos en 250 mililitros de aceite de coco u oliva, importado de Estados Unidos por la empresa HempMeds México, cuesta 6 mil 500 pesos. A ella, cultivar la mariguana en su huerto clandestino le sale por unos 2 mil 500 pesos.

“Ese extracto que le empezamos a dar es el que le despertó. Empezó a balbucear, empezó a reír y las crisis empezaron a disminuir”, asegura la madre de Diego, que no teme ser detenida sólo por cuidar de su hijo.

Por Zoilo Carrillo, con información de Economía Hoy

México, 30 may (EFE).- Janely López apenas lo pensó dos veces cuando decidió cultivar ilegalmente mariguana y preparar las dosis que ahora hacen más llevadera la vida de su hijo Diego, después de que los médicos le dieron por desahuciado.

Esta mujer, quien dice tener fe en “Dios y la planta”, cuenta que el proceso de cultivo es artesanal tanto por el método como “por ser un acto de amor”, desde que sus manos se manchan en la tierra al introducir las semillas hasta verter el líquido bajo la lengua de su hijo, mientras con la otra mano le sostiene la nuca.

Diego, de 6 años, tiene los ojos grandes y esquivos, la tez morena, el pelo muy negro y una risa por momentos contagiosa.

También tiene un diagnóstico base de microcefalia, de la que derivan entre otras dolencias la parálisis cerebral, la espasticidad severa y una epilepsia de difícil manejo.

En el año 2015, los médicos de la clínica de cuidados paliativos a la que acudía le dijeron a Janely que su hijo estaba “desahuciado”.

“Cuando utilizan la palabra desahuciado significa que ya no tenemos ningún medicamento que te podamos dar y en la atención médica estamos saturados. Quédate en tu casa y si ya se murió pues ya lo traes”, explica la mamá en entrevista con Efe.

Fue entonces cuando decidió probar con la mariguana, planta con la que ya había estado ligada durante buena parte de su vida a raíz de su hermano, quien la fumaba para aliviar fuertes dolores en la columna.

A partir de un extracto artesanal que le proporcionó una organización, y desoyendo los consejos del pediatra, con quien pactó darle reportes de su evolución, las mejoras llegaron.

“Ese extracto que le empezamos a dar es el que le despertó. Empezó a balbucear, empezó a reír y las crisis empezaron a disminuir”, asegura mientras observa a su hijo, que se mece mirando al techo en un tapete de colores y animales hecho por su padre.

Después de ese primer contacto, Janely comenzó ella misma a preparar el extracto, cuya dosis adecuada la encontró a base de muchas horas de estudio y lecturas. Nunca un médico le aconsejó cuál era la cantidad que tenía que dar a Diego.

Este esfuerzo, para Janely, representa la fuerza inquebrantable de las madres a la hora de velar por sus hijos.

“Todas las madres que vivimos una situación así, en la que estás viendo que tu hijo se desgasta lentamente, sacamos valor porque sí. Y tienes una resiliencia muy grande, te levantas de caídas muy fuertes”, asegura.

Ella se encuentra en un dilema legal motivado por la necesidad de ayudar a su hijo. Cultivar la mariguana, así sea para casos extremos como este, está prohibido en México; importar el aceite es legal, pero Janely no se lo puede permitir.

“El Gobierno juega a una doble moral, es absurdo que tengamos que importar cuando tenemos las condiciones climatológicas para hacerlo aquí”, critica.

Según Janely, un extracto de cannabidiol (CBD) -el principal componente de la planta-, de 5 mil miligramos del compuesto diluidos en 250 mililitros de aceite de coco u oliva, importado de Estados Unidos por la empresa HempMeds México, cuesta 6 mil 500 pesos (unos 330 dólares al cambio).

A ella, cultivar la mariguana en su huerto clandestino le sale por unos 2 mil 500 pesos (126 dólares al cambio).

“Se le llama artesanal porque todo es meramente casero. Tú cultivas, llevas el proceso de cultivo a la cosecha, haces el proceso de moler la planta, de manipularla, de ponerla a macerar en alcohol, y posteriormente la ponemos en punto de ebullición para retirar el alcohol”, detalla.

El pequeño Diego y su madre Janely López compartiendo un rato de esparcimiento en su casa de Ciudad de México. Foto: EFE

A pesar de que en la legislación mexicana existen penas por cultivo, Janely lo tiene claro: “sabemos que a una mamá no la van a parar”, dice con honestidad y desafío.

“Las mamás tenemos ese poder de enfrentar cosas mayores. Sabemos también que las autoridades se meterían en un problema muy grande a nivel social si llegaran a detener a una mamá que lo que está haciendo es ayudar a vivir a su hijo”, asegura.

Por ello, la madre continuará haciendo cosas por la vida de su hijo, quien desde que empezó a tomar esta suerte de elixir “ya no necesita tantos cuidados y casi no toma otros medicamentos”.

La complicidad entre ambos es de una confianza extrema. La madre lo carga en brazos y juega con él. Él le da pequeños mordiscos cariñosos. Incluso se permiten bromear. Entre los dos hay un “humor negro muy especial”.

Diego, a quien hace poco su terapeuta puso a caminar, requiere estirar su cuerpo con una gigantesca pelota medicinal roja sobre la que su madre lo posa y el pequeño, boca arriba, observa el mundo a de forma especial.

El sol llega fuerte a la casa en la que viven ambos junto a su padre. Mientras, en algún lugar, unas plantas crecen y atraviesan la tierra, por el momento de manera ilícita, con el tesón de una madre y la fuerza con la que se rompen los tabúes.

LA INDUSTRIA DE LA MARIGUANA EN MÉXICO

El cannabis es un planta que ha generado demasiada controversia en el mundo. Desde hace siglos, su uso medicinal y recreativo ha hecho un ruido excesivo en la sociedad y actualmente, centros de investigación en países como Canadá, Israel, Estados Unidos, Uruguay y Reino Unido se han puesto en marcha para encontrar un desarrollo óptimo de la planta en la rama medicinal.

En este sentido, Andrés Galofre, vicepresidente de Khiron, una de las firmas canadienses que tiene un enfoque desarrollador de medicamentos con el cannabis, comentó que actualmente su empresa registra un valor de 40 millones de dólares en la bolsa de Canadá.

En cuanto a Colombia, que es otro de los países en los que el tema de la marihuana empieza a tomar fuerza, Galofre aseguró que ve un potencial económico de inicio de 20 millones de dólares con inversión privada. Además, el país latinoamericano es un blanco de interés para 100 compañías con licencia del uso medicinal de la planta.

En 2016, la firma médica Hemp Meds concluyó que en México, la industria podría tener un valor de entre 10 mil y 12 mil millones de dólares anuales en un lapso de 20 años. El país representa un mercado significativo de 11.7 millones de pacientes que puedan utilizar la planta como cuidados paliativos para enfermedades.

El cannabis es un planta que ha generado demasiada controversia en el mundo. Foto: Diego Simón Sánchez, Cuartoscuro

APRENDER DE LOS ERRORES

La doctora María Fernanda Arboleda, investigadora en temas de cannabis medicinal de la Clínica McGill University de Montreal, comentó que este tema empieza a abrir puertas de aceptación en países como México y Colombia, aseguró que todavía no hay un argumento sólido para asegurar que la planta ancestral sea una solución efectiva para todos los pacientes o enfermedades en las que se han realizado pruebas y que además no se le debe de ver como una salvación sino como una alternativa.

Riesgos como la dependencia de la marihuana, alteración psicológica y efectos secundarios en la presión arterial, boca reseca, aletargamiento son algunos impactos que la planta puede tener dentro de los pacientes que la consumen, por ello es importante que los estudios sobre el cannabis se sigan realizando.

Fernanda Arboleda, puso muy en claro que la única manera de poder hacer uso del cannabis en Montreal es a través de los proyectos de investigación, ya que la ley que rige a ese estado canadiense así lo indica.

El tema de la legalización de la marihuana en Canadá se puso sobre la mesa desde el 2001 y después de 17 años el gobierno legalizará su uso médico y recreativo el próximo 1 de julio a nivel federal, lo cual lo convierte en el segundo país del continente americano en permitir su uso personal.

Arboleda enfatizó en que los demás países deberán de aprender del modelo de legalización de otros países “como Uruguay que en un principio el 80% de la sociedad estaba en contra y cuatro años después el 60% de los uruguayos ven con buenos ojos la legalización, por eso esta experiencia debe de servir para los demás y crear su propio modelo en el uso de la marihuana”.

De acuerdo con Galofre, actualmente en América Latina ya existen las prácticas de manufactura, experiencia científica internacional, ventajas agrícolas y desarrollo de productos para abordar las necesidades médicas de 68 millones de pacientes.

– Con información de Emiliano Villalobos de EconomíaHoy

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