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ENTREVISTA¬ Tenemos muy encumbrada la Literatura; falta un poco de diversión: Carola

27/06/2024 - 12:00 am

La editora y escritora Paola Carola habló con SinEmbargo sobre el regreso de su libro El mar está lleno de medusas, un texto que “demuestra que lo más íntimo es sumamente colectivo: las emociones, el corazón roto, el malestar laboral, el duelo de un mundo que se acababa frente a nosotras, pero, sobre todo, las amigas que te salvan, que con su mirada te permiten volver a mirarte”.

Ciudad de México, 27 de junio (SinEmbargo).– En México “tenemos muy encumbrada la literatura como algo súper sagrado y si vas a publicar un libro tiene que ser sobre los grandes temas y eso afortunadamente está cambiando, pero todavía siento que necesita un poco más de esta de esta diversión, como si vieras de pronto una serie en Netflix y te quedas con un buen sabor de boca, pero que te dice cosas importantes”, planteó en entrevista la editora y escritora Paola Carola.

Paola Carola hace precisamente este ejercicio con El mar está lleno de medusas, un libro que publicó, por primera vez, en 2022 en un formato digital en Bookmate y que en este 2024 regresa de la mano de Grijalbo, de Penguin Random House, con adicional y una portada ilustrada por Daniel Bolívar. En estas páginas, comparte las sensaciones de un corazón roto, del hartazgo laboral, pero sobre todo las implicaciones de tomar las riendas de uno mismo en la adultez.

“Es una historia muy personal en el en el sentido de decir me pasó a mí, pero deja de ser personal cuando te das cuenta de que la mayoría de las mujeres jóvenes, por decirlo de alguna forma, en sus 20, 30, han vivido muchas de estas historias, han vivido muchas violencias”, compartió. “Que ojo aquí: con respecto a la pareja, no nos damos cuenta de cómo empezamos a lastimarnos, el uno al otro, siento que casi siempre cuando contamos nuestras historias, terminamos siendo héroes, heroínas y no estamos determinando que en realidad a veces todas las personas involucradas forman parte de este ciclo, específicamente en la relación de pareja y eso es algo que a mí me gustó trabajar con honestidad, hablar de que no hay ni un bueno ni un malo”.

La autora expuso cómo también existe una falta de referencias que tenemos de pronto como adultos contemporáneos con respecto a otras generaciones. Esto, apuntó, “nos hace de pronto, no saber si estamos haciendo lo correcto o lo incorrecto, entonces, siento que esta honestidad con la que me gusta escribir plantea un poco esto: no busquemos solo ser heroína, sino busquemos los claroscuros de las personas, porque ahí es donde realmente nos identificamos”.

“La falta de referencias y la falta de historias sobre fallar, levantarte, seguir haciendo cosas, nos hace que estemos tropezando todo el tiempo con piedras muy similares”, expresó.

Portada del libro El mar está lleno de medusas. Foto: Grijalbo.

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—¿Cómo fue el desdoblarse a partir de tu personaje? ¿Cómo fue verte en ese espejo?

—Ahí jugó mucho el papel al definir el tono de esta historia, mi carrera como editora. Iba jugando con los tiempos verbales y mientras iba trabajando en esto, en un manuscrito muy sin pulir, yo pensaba: ‘‘no, es que no me puedo confundir entre voces, no puedo tener un pasado y un presente’, y regresé mucho a eso. Aquí el desdoblamiento y la vulnerabilidad tienen un papel muy importante, la primera persona narra desde el dolor, desde la herida porque la voz se va calmando conforme pasa el tiempo en la narración, que es lo que vivimos como personas tenemos como todas estas fases que nos protegen incluso de nosotras mismas.

—¿Cómo fue al asomarte y volver a encontrarte con el texto? ¿Cómo fue esta lectura?

—Fue muy empática conmigo misma, de pronto decía ‘cuánta tristeza puede haber’, o sea, cuánta tristeza, cuántas cosas pasaron que con la distancia, como el meme ‘Ah, caray, soy yo’, como esta parte en la que dices ‘esto no es un personaje sino también fui yo que se convirtió en personaje y que ahora va a permanecer como un personaje’.Entonces, me parece que entre todo esto, está eso, ese reencuentro es como un abrazo, como muchas personas me lo han dicho, ‘este libro se siente como eso, como tomarte el café con una amiga que te está contando o a la que le estás contando algo’, entonces, siento que ese reencuentro es muy empático y muy cariñoso, pero no deja de sorprenderme de pronto la tristeza que puede como escurrirse en algunos capítulos.

—Es un acompañamiento variado en cuestión de emociones y también una crítica muy puntual, mordaz, sobre el entrar a la edad adulta…

—Siento que estos contenidos que te acompañen en este momento en el que estás como creciendo y como siendo ilusa con muchas cosas y sin saber qué hacer con otras, siento que te permiten entender que está bien, que todos los resultados están bien siempre y cuando seas auténtica contigo misma. Esa también es una de las búsquedas principales de la protagonista, como ¿quién soy?, o sea, si mi pareja de 10 años me dice que ya no soy la que yo era, si yo ya me veo en el espejo y digo ‘quién soy en este momento’, si en el trabajo ya me están diciendo que todo lo que fui durante seis años ya no soy competente, entonces ¿quién es? y siento que es esa pregunta, que estamos obligados a hacer de vez en cuando. Esa parte sobre ser adultos no nos la dicen porque tenemos que ponernos este traje y sentirnos chiquitos por dentro, pero por fuera traemos como este traje de detective, es ese juego también sobre que la adultez es un poco una broma que nos dijeron que teníamos que comprarnos y poco a poco vamos como entendiendo el chiste.

Obed Rosas
Es licenciado en Comunicación y Periodismo por la FES Aragón de la UNAM. Estudió, además, Lengua y Literatura Hispánicas en la Facultad de Filosofía y Letras.
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