Lugares con gran encanto y majestuosos paisajes que enamoran a quien los visita para descansar o surfear en Nayarit.
Ciudad de México, 19 de abril (SinEmbargo).- La Riviera Nayarit cuenta con más de 300 kilómetros de costa virgen, repletas de palmeras y arena dorada; además de 23 microdestinos que van desde pueblos tradicionales a la orilla del mar hasta santuarios naturales, hoteles boutique, All Inclusive y resorts de lujo, entre muchos otros atractivos.
Entre todo lo que tiene la Riviera Nayarit destacan dos rincones secretos por ser auténticas joyas de la naturaleza: las playas Punta Monterrey y La Lanchita, ambas ubicadas en el municipio de Bahía de Banderas.
Punta Monterrey
Punta Monterrey es un rincón prácticamente virgen, un sitio con un encanto sin igual que todos pueden disfrutar. Para llegar es necesario recorrer algunos kilómetros de vía no pavimentada, un pequeño precio que ofrece una gran recompensa por sus majestuosos paisajes.
Este oasis costero está alejado de las grandes concentraciones de turistas, y se caracteriza por brindar un oleaje moderado, perfecto para nadar y surfear sin preocupaciones. Debido a su naturaleza virgen, no se permite acampar en esta playa, ya que los lugareños están muy pendientes del cuidado y respeto al medio ambiente, por ello se aseguran de que todos los visitantes se retiren con su basura para no dañar el ecosistema.
Una opción para pasar la noche es el hotel Punta Monterrey, un refugio con cabañas y bungalows con estilo ecológico. El lugar cuenta con solo 12 habitaciones y capacidad máxima para 35 personas, con servicio de yoga, spa, alberca y salón para eventos; ideal para familias, grupos de amigos y parejas.
Playa la Lancha o la Lanchita
Playa La Lancha es conocida por su tranquilidad y belleza natural. Este rincón nayarita es ubicado por combinar la magia de la naturaleza virgen, que se refleja en la arena dorada rodeada de exuberante vegetación y montañas; con olas consistentes, perfectas para surfistas de todos los niveles.
Además de surcar las corrientes marinas arriba de una tabla, los visitantes pueden nadar y descansar en sus arenas suaves con paisajes serenos que invitan a relajarse bajo el sol, mientras la piel adquiere un agradable tono bronceado. Para los que gustan de compartir, lo mejor es salir en pareja o con amigos a explorar los alrededores, o simplemente armar un picnic familiar frente al mar.
Llegar a este sitio es sencillo, solo hay que partir desde Valle de Banderas y caminar por un sendero a través de la selva, lo que agrega un toque de aventura a la experiencia. Gracias a este “pasaje limitado”, es que este sitio conserva su belleza natural, convirtiéndolo en un refugio ideal para los amantes de la naturaleza.
Es importante tener en cuenta las condiciones de la marea antes de planificar una visita a este destino, ya que algunas áreas de la playa son accesibles únicamente durante la marea baja.