
El silencio de una desaparición es un abismo donde la vida se detiene en suspenso, como si el tiempo se negara a avanzar hasta terminar con la incertidumbre de la ausencia.
La desaparición de un familiar, señaló la Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Clara Brugada, durante la presentación del Centro de Atención Integral para la Búsqueda de Personas (CAIBP), es uno de los momentos más complejos y dolorosos, porque detiene la vida de quienes aman. Su afirmación sintetiza el drama que durante décadas cargaron solas miles de familias.
Ese tiempo, sin embargo, empieza a transformarse. La creación del CAIBP representa un gesto político de reconocimiento a una deuda histórica. Por primera vez, los esfuerzos de la Comisión de Búsqueda, el Grupo de Búsqueda Inmediata de la Secretaría de Seguridad Ciudadana, la Fiscalía capitalina o el C5 se integran bajo un mismo techo. Brugada lo expresó claramente: “La búsqueda no puede estar fragmentada, no puede perderse entre ventanillas ni obstaculizarse por competencias institucionales”.
El edificio que alberga este centro tiene una larga tradición. La Fiscal General de Justicia, Bertha Alcalde, recordó que fue inaugurado en 1970 y durante tres décadas alojó las instalaciones del Servicio Médico Forense. Allí donde antes se concentraba la muerte, ahora se organiza la búsqueda.
Los espacios están pensados para la dignidad: salas privadas para entrevistas, zonas de acompañamiento emocional y una réplica de la sala espejo del C5 que permite revisar grabaciones y trayectorias a través de las cámaras de la ciudad. Tecnología, humanidad y sensibilidad en un mismo proceso.
Frente a una labor encabezada desde hace décadas por la organización incansable de las familias, desde lo institucional hay un modelo centrado en el Gabinete de Búsqueda de Personas Desaparecidas, el doble de presupuesto para la Comisión de Búsqueda encabezada por Luis Gómez Negrete, un Centro de Resguardo Temporal para dignificar los restos de personas no identificadas o el Banco de ADN que ha generado más de 500 perfiles genéticos este año.
Detrás hay voluntad y coordinación. El evento en el CAIBP lo reveló con la presencia de los secretarios de Gobierno y Seguridad Ciudadana, el presidente del Tribunal Superior de Justicia, las titulares de la Comisión Nacional de Búsqueda y de la Comisión de Derechos Humanos capitalina. Y significativamente el acompañamiento de representantes de colectivos de familias buscadoras.
El desafío es enorme. Por eso, el nuevo Centro es el punto de partida de una política capaz de articular prevención, investigación, reparación y memoria.





