
El sino del escorpión escuchó que la camisola de un beisbolista japonés de los Dodgers se vendía en 150 mil dólares y la sola idea le pareció demencial: una prueba envenenada de que la locura colectiva del dinero domina el deporte profesional. Luego se descubrieron los casos de apuestas ilegales en las ligas estadounidenses de beisbol (MLB) basquetbol (NBA) y en las peleas de artes marciales (UFC), lo que ratifica que dinero y apuestas rigen la actividad deportiva en buena parte del mundo. El alacrán recordó entonces el FIFA-Gate y pensó en el manejo por unos cuantos potentados del futbol profesional en México. La conclusión es que una estructura global de apuestas ilícitas, intereses económicos y corrupción está en el corazón del deporte mundial.
Dos lanzadores de los Cleveland Guardians fueron acusados hace unos días por la Fiscalía de Nueva York de participar en un esquema para manipular lanzamientos en partidos profesionales de beisbol. Las apuestas son tan sofisticadas que se pueden jugar miles de dólares a cada lanzamiento que hará un pitcher: curva, recta, bola o strike. Estos jugadores proveían avisos anticipados sobre qué tipo de lanzamientos harían, un fraude de cientos de miles de dólares en ganancias para los apostadores y para ellos.
También la asociación de basquetbol profesional (NBA) ha vivido episodios que cuestionan su integridad deportiva. A mediados de 2025 se hicieron públicos dos grandes operativos federales contra una red de apuestas ilegales que, según las autoridades, combinaba fraude deportivo, crimen organizado y partidos amañados. Más de treinta personas fueron acusadas y varias figuras de la NBA aparecieron en el centro del caso.
La trama involucró enormes cantidades de dinero y estructuras organizadas que trascendían al típico apostador individual. La red operó en varios frentes: corredores que conectaban a apostadores con información privilegiada, presuntos intentos de manipular resultados o acciones puntuales en partidos, y el uso de las comunicaciones privadas de entrenadores y jugadores para coordinar apuestas. Estos eventos muestran cómo la expansión de las apuestas deportivas y la sofisticación de las redes ilícitas pueden penetrar estructuras en apariencia sólidas y profesionales.
A su vez, la Ultimate Fighting Championship (UFC), la promotora de artes marciales mixtas más grande del mundo, al organizar eventos profesionales, administrar contratos de peleadores y comercializar derechos de transmisión y patrocinios, resulta altamente vulnerable a las apuestas ilegales. Apenas este mes de noviembre, un enfrentamiento en una arena de Las Vegas desató una investigación federal por sospechas de amaño y movimiento inusual de cuotas en mercados de apuestas. La pelea Dulgarian vs el Valle registró cambios drásticos en la línea de apuestas poco antes del combate, lo que alentó una investigación del FBI.
Los reportes periodísticos advierten tres señales de alarma recurrentes: movimientos abruptos en las cuotas minutos u horas antes de un combate; patrones de apuestas concentradas en mercados poco visibles o específicos (por método de victoria o por rounds); y posibles vínculos entre corredores, apostadores y actores del entorno del peleador (esquina, entrenadores, managers). Esta confluencia muestra una tendencia global a la expansión de apuestas digitales dudosas y la sofisticación de redes ilícitas. Todo mientras en México cerca de una docena de Casinos y casa de apuesta online han sido detectados como presuntos lavadores de dinero y se han bloqueado sus actividades y cuentas bancarias.
El venenoso recuerda entonces al FIFA-Gate, caso que reveló una red sistémica de sobornos, fraude y lavado de dinero con la participación de altos dirigentes, confederaciones continentales y empresas vinculadas al negocio del futbol mundial. El caso fue destapado por investigaciones en 2015 y expuso cómo decisiones clave, desde concesiones comerciales hasta la asignación de mundiales, pudieron haber sido compradas por intereses privados.
El proceso mostró que la gobernanza del fútbol mundial es vulnerable a incentivos económicos opacos y a cadenas de clientelismo que trascienden fronteras. La magnitud del escándalo obligó a la FIFA a iniciar reformas superficiales y a abrir procesos disciplinarios, pero también dejó la impresión de que la autorregulación, por sí sola, no basta para restaurar la credibilidad perdida. ¿Listos para el Mundial 2027 con un aluvión de plataformas de apuesta online?
El escorpión no puede dejar de lado el caso de la Federación Mexicana de Futbol y su variados conflictos de interés. La estructura del fútbol mexicano ha mostrado por décadas una peligrosa mezcla de intereses económicos concentrados, reglas laxas sobre propiedad y una relación simbiótica con grandes medios de comunicación que erosiona la credibilidad del deporte, al subordinar las decisiones deportivas, comerciales y de gobernanza a lógicas empresariales que priorizan rentabilidad y control sobre competencia y transparencia.
La práctica de que un mismo grupo o empresario posea varios clubes es una pieza clave de este control. La Liga MX ha tolerado modelos de multipropiedad que en otras ligas quedarían vetados, lo que provoca tensión con los estándares internacionales. La multipropiedad distorsiona rivalidades, decisiones deportivas y mercados de transferencia, a la vez que facilita prácticas opacas en adjudicación de contratos y manejo comercial.
Otra problemática central radica en que por décadas Televisa y sus socios han sido determinantes en la economía del futbol mexicano: derechos de transmisión, promoción mediática y relaciones con patrocinadores confluyeron en una posición de influencia difícil de separar del poder federativo y de clubes. Esto reduce el espacio de fiscalización independiente y posibilita acuerdos discretos que no siempre se rigen por criterios de competencia o transparencia.
En esta dinámica ominosa en ruta a un nuevo Mundial de Futbol en México, hay que destacar también que el negocio de las apuestas reales y virtuales avanza vorazmente en México, y que uno de los dueños de un equipo de futbol y dirigente de la FMF posee el sistema de casinos y apuestas más grande del país, el Grupo Caliente.
El deporte profesional vive hoy niveles históricos de popularidad y peso económico al mismo tiempo que su integridad está cada vez más expuesta a intereses privados, operadores de apuestas ilegales, estructuras diseñadas para el lavado de dinero y redes de influencia que operan en la sombra, concluye el alacrán mientras revisa los momios de su trifecta en el Hipódromo...





