Salvador Guerrero Chiprés

Esclavitud con rostro digital

"Así como se enseña a cruzar la calle, se debe enseñar a navegar la red. En el Día Internacional para la Abolición de la Esclavitud es necesario recordar que los perpetradores se esconden detrás de nuevas máscaras digitales".

Salvador Guerrero Chiprés

02/12/2025 - 12:02 am

Esclavitud con rostro digital
Las redes sociales pueden facilitar el reclutamiento de menores. Foto: Unicef

Cruda realidad mundial: la esclavitud no desapareció, solo adoptó nuevas formas. La promesa de libertad y la abolición del comercio transatlántico de personas, así como la caída formal de la servidumbre en el siglo XIX, no llegaron del todo al siglo XXI.

Mientras el mundo conmemora el Día Internacional para la Abolición de la Esclavitud —instaurado por la ONU para recordar la aprobación, en 1949, de la Convención para la Represión de la Trata de Personas y la Explotación de la Prostitución Ajena— surgen cadenas nuevas, invisibles y masivas.

No son grilletes ni látigos, sino algoritmos, perfiles falsos, ofertas laborales digitales. La leva en su versión contemporánea de reclutamiento forzoso de menores y jóvenes a través de las redes sociales.

Esta nueva forma de trata de personas exhibe un mecanismo que combina coerción, engaño y explotación presentada como oportunidad. El rostro de la esclavitud aparece cubierto por la fachada de trabajo remoto, ingreso fácil, sentido de pertenencia o afecto digital. De acuerdo con el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, más de dos mil niñas, niños y adolescentes fueron víctimas de trata en la última década.

Las redes sociales operan como la nueva plaza pública donde la leva digital captura. Según datos del Consejo Ciudadano de la CdMx, ocho de cada diez captaciones de menores relacionadas con trata se originan en plataformas digitales. Los reclutadores detectan vulnerabilidad, responden con aparente empatía y enganchan con ofertas de ingreso rápido, independencia inmediata, regalos, pertenencia o incluso narrativas afectivas.

El problema es global. La Organización Internacional del Trabajo calcula que 50 millones de personas viven en condiciones de esclavitud moderna, incluyendo trata, explotación sexual, trabajo forzado y reclutamiento coercitivo. En Myanmar, grupos armados reclutan niños soldados; en África Occidental, redes criminales capturan adolescentes para minería y explotación sexual.

Las respuestas gubernamentales más prometedoras son aquellas que entienden la esclavitud moderna como un problema territorial. En la Ciudad de México, el Gobierno de Clara Brugada construye modelos de intervención que buscan ir al corazón del reclutamiento: los entornos.

Programas como la Aldea Juvenil intentan reconstruir comunidades a través de educación, cultura, deporte, acompañamiento psicoemocional y acceso a empleo.

La tecnología también se ha convertido en un contrapeso. Los tótems del C5, instalados en zonas de riesgo, funcionan como puntos de auxilio inmediato y mecanismos de disuasión. Las líneas 911 y 089 permiten denunciar de forma segura y anónima.

Sin embargo, la protección digital demanda un nuevo paradigma educativo. Así como se enseña a cruzar la calle, se debe enseñar a navegar la red. En el Día Internacional para la Abolición de la Esclavitud es necesario recordar que los perpetradores se esconden detrás de nuevas máscaras digitales.

Salvador Guerrero Chiprés

Salvador Guerrero Chiprés

Salvador Guerrero Chiprés es coordinador general del C5, ex presidente del Consejo Ciudadano para la Seguridad y Justicia de la Ciudad de México. Es doctor en Teoría Política por la Universidad de Essex, Inglaterra; maestro en Comunicación por la Universidad Iberoamericana y licenciado en Derecho y en Comunicación por la UNAM. Fue asesor de la Secretaría de Seguridad Pública del entonces Distrito Federal y de la Comisión Nacional de Seguridad, y Comisionado Ciudadano de Transparencia en el InfoDF.

Lo dice el reportero