Jaime García Chávez

Dos talantes reformistas

"Obviamente aquí se advierten dos talantes reformistas: aquel de los setenta, con todas sus limitaciones, era de apertura. Hoy se anuncia una regresión."

Jaime García Chávez

21/07/2025 - 12:02 am

Dos talantes reformistas.
Simulacro Electoral para Personas con Discapacidad para la Elección del Poder Judicial 2025. Foto: INE/Cuartoscuro

Ahora que el oficialismo ha dado a conocer su reforma electoral, que seguramente caminará sin obstáculos por el Congreso de la Unión, consulté la tesis profesional de la que soy coautor, La reforma política en México (septiembre, 1979), y encuentro diverso y contradictorio talante en la tarea de reformar la lucha por el poder de los viejos priistas con los nuevos poderosos instalados en la cima del presidencialismo que encabeza Claudia Sheinbaum.

Mi idea en esta entrega es reproducir algunos párrafos que se contienen en el discurso inaugural de aquel proceso reformador, pronunciado por Jesús Reyes Heroles, entonces Secretario de Gobernación, el primero de abril de 1977 durante el segundo informe del Gobernador de Guerrero, Rubén Figueroa, con fama de abusón y atrabiliario. 

Reyes Heroles fue hablarle en su cara al cacique criminal de esos años en su propio territorio de violencia y germen de muchas insurgencias populares.

Aquí van los párrafos que se plasman en la referida tesis, adelantando desde luego que en ese trabajo académico los jóvenes autores expresábamos un radicalismo de izquierda que no simpatizaba con el sistema democrático, como muchos de la época:

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“Ajenos a cualquier paternalismo populista, sólo en apariencia generoso y en verdad contraproducente a corto plazo, para Guerrero se presenta un camino, que en el esfuerzo, el trabajo y la imaginación, puedo, simultáneamente, convertir en riqueza real la que sólo es potencial y nivelar las posibilidades de los más en el disfrute de un decoroso bienestar. No se ofrece un bienestar ficticio que se anticipa en el goce de una riqueza inexistente, con la quimera de que es posible consumir sin producir e invertir; no se trata de un populismo dadivoso, fundado en ilusiones y engendrador de amargas decepciones; populismo generador y generalizador de pérdidas nacionales, que esteriliza producciones y destruye toda auténtica capacidad de justicia social; populismo que es, en esencia, contrarrevolucionario. Se propone un plan para librar batallas simultáneas en muchos frentes y así lograr un mínimo vital para las grandes mayorías de esta entidad”.

“Partiendo de esta situación difícil, hay quienes pretenden un endurecimiento del Gobierno, que lo conduciría a la rigidez. Tal rigidez impediría la adaptación de nuestro sistema político a nuevas tendencias y a nuevas realidades: supondría ignorarlas y desdeñarlas. El sistema, encerrado en sí mismo, prescindiría de lo que está afuera en el cuadro social y reduciría su ámbito de acción al empleo de medidas coactivas, sin ton ni son, canalizando al fortalecimiento de la autoridad material del Estado recursos que demandan necesidades económicas y sociales. Es la prédica de un autoritarismo sin freno, ni barreras”.

“Endurecernos y caer en la rigidez es exponernos al fácil rompimiento del orden estatal y del orden político nacional. Frente a esta pretensión, el Presidente López Portillo está empeñado en que el Estado ensanche las posibilidades de la representación política, de tal manera que se pueda captar en los órganos de representación el complicado mosaico ideológico nacional de una corriente mayoritaria, y pequeñas corrientes que, difiriendo en mucho de la mayoritaria, forman parte de la Nación”.

“La unidad democrática supone que la mayoría prescinda de medios encaminados a constreñir a las minorías e impedirles que puedan convertirse en mayorías; pero también supone el acatamiento de las minorías a la voluntad mayoritaria y su renuncia a medios violentos, trastocadores del derecho”.

“Algunos, ante enfrentamientos ideológicos, desearían que surgiera la autoridad sin derecho, la que comprime y actúa sin norma que la preceda. Por otro lado, están los que recurriendo a las vías de hecho, violentas o atentatorias de derechos, desearían que en México se diera el triste caso del derecho sin autoridad. En contra de unos y otros, la posición del Gobierno federal es bien clara: ni autoridad sin derecho, ni derecho sin autoridad”.

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Obviamente aquí se advierten dos talantes reformistas: aquel de los setenta, con todas sus limitaciones, era de apertura. Hoy se anuncia una regresión.

Jaime García Chávez

Jaime García Chávez

Político y abogado chihuahuense. Por más de cuarenta años ha dirigido un despacho de abogados que defiende los derechos humanos y laborales. Impulsor del combate a la corrupción política. Fundador y actual presidente de Unión Ciudadana, A.C.

Lo dice el reportero