Ciudad de México, 13 de junio (SinEmbargo).– El Fondo Monetario Internacional (FMI) alertó en un informe que la violencia en México relacionada con el tráfico de drogas del crimen organizado ha impactado negativamente en la economía de los estados.
De acuerdo con un estudio de investigadores del organismo, que abarca el periodo de 1993 al 2012, los grupos criminales han puesto en riesgo a los negocios. Al registrarse extorsión o secuestros, los locales deciden migrar o deben cerrar.
“La asignación de capital humano se distorsiona por la infiltración de las organizaciones criminales en el sistema económico formal y la delincuencia aumenta el riesgo, y la incertidumbre del ambiente de negocios, lo que a su vez reduce la tasa de crecimiento de largo plazo de la economía”, dice el reporte titulado Crimen y la economía en estados mexicanos.
Sin embargo, si bien el sector de servicios, comercio y agricultura se han afectado, el petrolero y minero han incrementado porque el crimen ha invertido en ellos.
En cuanto a los asesinatos, el reporte precisa que por cada aumento de 1.5 por ciento en el índice de homicidios en los estados del país disminuye en medio punto porcentual el PIB per cápita de esa entidad (el poder económico de las familias).
“En particular, el periodo 2007-2012 ilustra un importante incremento en el índice de homicidio a nivel nacional. Muestra también que algunos estados registraron más homicidios que la media nacional”, dice el estudio.
Si el índice de los homicidios disminuye en alguna entidad, alerta, la riqueza por habitante tarda dos años en recuperarse.
No obstante, el informe cita un estudio global de la Oficina de Naciones Unidas sobre Drogas y Crimen (UNODC, por sus siglas en inglés), el cual documenta que Honduras, El Salvador, Venezuela y Colombia presentan índices de homicidio más altos que México.
Ante ello, los investigadores concluyen que sería interesante ver si la Reforma Judicial aprobada en el 2008, podrá mitigar las consecuencias del crimen organizado en las actividades económicas.
El reporte agrega que el impacto negativo por la delincuencia se reduce cuando la percepción de seguridad es alta en una población, en cuanto a la confianza en la calidad de las instituciones.
Finalmente expone que el problema del crimen ha sido fuente de preocupación para organizaciones internacionales y población en general.
