Un día como hoy, pero de 1966, murió Gabriel Siria Levario, mejor conocido como Javier Solís, luego de una corta estancia en la Clínica Santelena de la Ciudad de México. El cantautor nació en el barrio de Tacubaya, en el Distrito Federal, el 1 de septiembre de 1931, y desde adolescente abandonó sus estudios para trabajar y apoyar a su familia.

Fue carnicero y, debido a su afición y práctica del box, pensó en algún momento convertirse en boxeador profesional, “pero ya estaba de Dios que pegara con la cantada”, dijo en una entrevista.

El intérprete y compositor falleció a los 35 años de edad envuelto en el misterio sobre las verdaderas causas de su repentino deceso. Detrás suyo dejó cinco matrimonios y nueve hijos, además de la consolidación de un ritmo relativamente nuevo en la época que le tocó vivir: el bolero ranchero.

Con un legado de más de 20 discos y más de 300 canciones en poco más de 10 años de carrera, Solís se ganó a pulso el título de “Rey del bolero ranchero”, al cantar temas de su autoría así como de otros grandes compositores mexicanos, como José Alfredo Jiménez y Agustín Lara. Sin embargo, cuando apenas se quitaba por méritos propios la sombra de Pedro Infante, de quien se le consideraba imitador, murió tras someterse a una operación de vesícula.

Antes de su fallecimiento, Javier Solís dijo: “Que rieguen con mucha agua mi tumba, sé que me voy a morir, esto no tiene remedio”.

Este jueves, SinEmbargo.mx lo recuerda con 10 de las canciones que, en su voz, se convirtieron en clásicos.

Nadie me quiere:

Llorarás, llorarás:
[youtube ciDp2WaiY3M]

Payaso:

Sombras:

Esclavo y amo:

Cuando calienta el sol:

Cenizas:

Escándalo:

Luz y sombra:

Cuatro cirios: