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Salvador Guerrero Chiprés

08/08/2023 - 12:03 am

El caudillo y los libros de texto

“Formar juventudes críticas, como lo fue el Ateneo, es esencial para evitar que se propaguen temores infundados y se garantice el desarrollo intelectual”.

“Formar juventudes críticas, como lo fue el Ateneo, es esencial para evitar que se propaguen temores infundados y se garantice el desarrollo intelectual”. Foto: Wikimedia Commons.

Conformaron un movimiento intelectual excepcional de jóvenes escritores y artistas visuales, detonador de un movimiento cultural antecesor de la revolución armada de 1910.

Este grupo, conocido como el Ateneo de la Juventud, deseaba transformar la educación, llevarla a toda la población y erradicar injusticias.

Jóvenes como Martín Luis Guzmán, Diego Rivera, Isidro Fabela, Manuel M. Ponce, arropados por Pedro Henríquez Ureña, Antonio Caso, José Vasconcelos y Alfonso Reyes, proponían nuevos valores ante la decadente dictadura de Porfirio Díaz.

Educación y juventud, elementos centrales —entonces y ahora— que confluyeron para encabezar el cambio. Pensamiento liberal, combativo por convicción y con prosa de calidad difícil de superar, así fue Martín Luis Guzmán Franco, representante fiel de esa generación.

En el marco del Día Mundial de la Juventud, a conmemorarse el 12 de agosto, su figura cobra relevancia en la formación de jóvenes críticos y participativos de las necesidades de su comunidad.

Antes de la caída del porfiriato, el joven Guzmán Franco ya había estudiado en la escuela laica y gratuita de Francisco Javier Clavijero; a los 14 años editaba su periódico La Juventud. Junto con integrantes del Ateneo exigió la renuncia de Díaz. En el periódico El Honor Nacional narró el asesinato de Francisco I. Madero y finalmente se integró a las filas de Francisco Villa, en las cuales llegó a ser coronel.

En el exilio, tras el triunfo de Victoriano Huerta, escribió El águila y la serpiente y La sombra del caudillo. En la primera, un joven deja las aulas para ir a la Revolución, descubrir las grandes tragedias y traiciones y salir del país. En la segunda, un presidente a punto de ceder la silla y ante el principio de la no reelección quiere elegir candidato y no se avergüenza de sus intenciones.

La sombra del caudillo enfrentó la censura del general Plutarco Elías Calles y todavía 31 años después (1960), la película de Julio Bracho fue prohibida por Adolfo López Mateos, hasta que en 1990 fue estrenada comercialmente.

Las promesas originadas en la Revolución encontraron forma en 1959, cuando se fundó la Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuitos, presidida por Martín Luis Guzmán. Después de enarbolar la bandera liberal puso en marcha el proyecto que desde el inicio tuvo un apetito por la comunidad y lo social, primordial en la coyuntura actual.

La información recibida en las aulas genera un pensamiento crítico desde la infancia, por lo que la discusión sobre los textos no encuentra sentido en la áspera descalificación desde grupos de oposición con evidente influencia de la ultraderecha en un tono de censura similar al enfrentado por La sombra del caudillo.

Formar juventudes críticas, como lo fue el Ateneo, es esencial para evitar que se propaguen temores infundados y se garantice el desarrollo intelectual.

Así, ningún libro tendrá un caudillo censor.

Salvador Guerrero Chiprés
Salvador Guerrero Chiprés es presidente del Consejo Ciudadano para la Seguridad y Justicia de la Ciudad de México. Es doctor en Teoría Política por la Universidad de Essex, Inglaterra; maestro en Comunicación por la Universidad Iberoamericana y licenciado en Derecho y en Comunicación por la UNAM. Fue asesor de la Secretaría de Seguridad Pública del entonces Distrito Federal y de la Comisión Nacional de Seguridad, y Comisionado Ciudadano de Transparencia en el InfoDF.

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