Enemigo de todos, camino al premio Óscar

12/02/2017 - 12:05 am
Enemigo de todos recibió cuatro nominaciones al Óscar: Mejor Película, Mejor Actor Secundario para Jeff Bridges; Mejor Guión Original para Taylor Sheridan y Mejor Edición para Jake Roberts. Foto: Especial

“Tres veces en Irak pero no hay rescate para personas como nosotros”, se lee en un muro de un pueblo texano al inicio de la película Enemigo de todos (Hell or High Water, 2016), del cineasta de origen escocés David Mackenzie. A menos de 30 segundos de iniciado el filme, se ha revelado una de las razones del desencanto que prevalece en la América profunda, en esa donde adormilados con los vahos del sueño americano, miles de ciudadanos del primer mundo se han visto despojados por el sistema.

Rodeados por un campo árido y seco de oportunidades, dos hermanos: Toby (Chris Pine), divorciado y con dos hijos; y Tanner (Ben Foster), un ex presidiario, han organizado una serie de robos bancarios; las razones van más allá de embolsarse un jugoso botín. No es la vana ambición la que los impulsa sino una mezcla de desesperación y deseos de venganza. ¿Contra qué o quién? Justo esa respuesta es la esencia del noveno largometraje de Mackenzie en el cual permea el drama moral y el sentido del bien y la justicia.

En la cadena de atracos aparece la sombra del oficial Marcus (Jeff Bridges), veterano sabueso siguiendo la pista a su último caso, antes de un brillante y obligado retiro. Su fiel compañero, Alberto (Gil Birmingham), de raíces comanches, será el recordatorio constante de los pueblos amerindios que poblaban Texas y Nuevo México siglos atrás; apuntes sociales con los que el director y guionista apuntala este western crepuscular.

En sus anteriores filmes como El joven Adam (2003), con Tilda Swinton y Ewan McGregor, drama familiar con tintes policiacos con los que arrasó en los premios BAFTA de Escocia en 2004. O con esa singular pieza de ciencia ficción que es Al final de los sentidos (2011), donde repite McGregor, esta vez con Eva Green, se advierte el manejo de la densidad argumental, el atinado pulso para dosificar la tensión y la inclinación del autor para describir los apocalipsis personales.

Enemigo de todos no está ajeno a esa tendencia, las líneas de Toby (Chris Pine) calan hondo en el contexto universal en el cual vivimos, ante la realidad inexcusable de que el 1 por ciento de la población mundial acapara la mitad de la riqueza del planeta. “He sido pobre toda la vida, también mis padres y sus padres. Es como una enfermedad que se transmite de generación en generación. Se vuelve una enfermedad que infecta a las personas que uno conoce”. El llanto silencioso de una sociedad que se ha visto despojada de sus tierras, hogares y medios de subsistencia por la voracidad de los bancos, los intereses impagables y la eternidad de las deudas.

Enemigo de todos recibió cuatro nominaciones al Óscar: Mejor Película, Mejor Actor Secundario para Jeff Bridges; Mejor Guión Original para Taylor Sheridan y Mejor Edición para Jake Roberts. Si bien seguimos sin comprender las razones por las que una realización de altos vuelos como lo es Animales nocturnos (2016), de Tom Ford, quedó fuera de la competencia en la próxima entrega de los premios Óscar -y Amy Adams como una de las omisiones más lamentables-, queda la satisfacción del reconocimiento a filmes como Enemigo de todos que manifiestan, entre líneas y a viva voz, la desilusión y la pobreza que afloran del rostro encubierto del país del norte. Mackenzie nos ha entregado una de las mejores películas del año.

Rosalina Piñera
Periodista egresada de la UNAM. En su pesquisa sobre el cine ha recorrido radio, televisión y publicaciones como El Universal. Fue titular del programa Música de fondo en Código DF Radio y, actualmente, conduce Cine Congreso en el Canal del Congreso.
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