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Tomás Calvillo Unna

21/06/2023 - 12:04 am

La tinta del pensamiento

“Por instantes se exhibe el continuo dilema”.

“El telón de la naturaleza”. Pintura: Tomás Calvillo Unna.

I

Lo que vendrá y ya está aquí,

no lo comprendemos.

El aparentar saber,

es tan solo

un rutinario mecanismo

de sobrevivencia.

Estrujamos el tiempo;

y la incapacidad ancestral

de dominarlo,

vierte la tinta del pensamiento,

su telúrica angustia.

La ignorancia aprendió pronto,

disfrazada de conocimiento

conduce el extravío.

II

En ese entramado destella el origen

de múltiples distractores;

la ruptura epistemológica,

como un bosque descuartizado,

sin vuelta de hojas;

una amnesia cultural

activada las 24/horas;

el sello del siglo XXI,

su digital huella.

El aturdimiento se codifica

inserta su maquillado ruido

y detona,

la abrumadora sensación,

de un vértigo continuo

que las conversaciones

buscan someter

infructuosamente.

La afamada caja de Pandora

se queda corta.

III

Cada día

cada hora,

cada minuto,

cada segundo:

emergen imágenes y contenidos

sin reparo alguno;

la bruma electrónica se filtra

por los poros de la piel y la mente;

la facultad de mirar se pierde,

la palabra muda y se debilita,

la congestión esculpe su presencia;

los parámetros inhabilitados.

La paradoja de la inmensidad,

su encierro en sí misma,

pareciera un ajuste de cuentas

de la misma naturaleza,

que se resiste a la humillación

de ser objeto y desecho,

una y otra vez;

obligada a ofrecer placer,

en el mejor de los casos

homenajeada en jardines,

galerías y museos.

IV

No obstante,

los signos de la resistencia,

están ahí;

la sabiduría innata

que parece imperecedera

e incluso indiferente,

custodia de los dioses desaparecidos;

se retrae y espera.

El pergamino de la salvación,

borra sus enunciados,

se resguarda.

En la repisa de la montaña

se aprecia aún

la Caligrafía de las aves,

sus graznidos,

esa vibración,

en la metálica campana

de la madrugada;

no callan, incluso resalta

un tono de alarma,

cuando el entuerto crece;

la luna se retira

al sol le toca.

V

Por instantes

se exhibe el continuo dilema:

interpretar

o sólo proyección;

en ese ir y venir

nos damos de marometas.

En la orfandad civilizatoria

despojados de los hados

deambulamos con el planeta

en su órbita finita

anudada de fórmulas.

Ejercitar el volátil sentido

de no estar donde se está,

es el arte mayor hoy en día

y es masivo.

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