La importancia de las elecciones

25/04/2015 - 12:00 am

Cuando se anunció el Pacto “por” México pensé que era una alianza “a favor de” México. El desastre económico que hoy nos ahoga me hace rectificar la interpretación: creo que la intención oculta era “para quedarnos con” México.

El Obispo de Saltillo, Raúl Vera, declaró en entrevista con LaJornada Semanal que el Tribunal Permanente de los Pueblos “tiene pruebas fehacientes de la usurpación que hace el Estado mexicano contra la población.” Aquí algunos ejemplos de cómo conduce nuestro país “un equipo de gobierno deshonesto, que no está cumpliendo con sus obligaciones sino, al contrario, destaza la Constitución con sus reformas estructurales para que vengan a saquearnos.”

Las leyes mexicanas otorgaron a Monsanto la propiedad intelectual y la patente del maíz criollo de México, ese que domesticaron los pueblos originales de México y que ha sustentado su vida y su cultura desde hace siglos. A partir de esta decisión, Monsanto podrá cobrar regalías o interponer demandas contra los indígenas que cultiven esta variedad. Así de absurda es la invasión comercial que sufre el país del maíz.

Los laboratorios y farmacias se desbocaron subiendo precios de los medicamentos, incluso en genéricos: hasta el triple en menos de seis meses. A esto se agrega un truco: al abrir la caja encontramos que cada tira en la que vienen las pastillas presenta, por ejemplo, dos espacios vacíos; adivinó usted: faltan dos pastillas. La promesa comercial clásica se invirtió: ahora es “Más (dinero) por menos (producto)”. No hay escape.

El lunes pasado la gasolina en México costaba 93 centavos de dólar por litro: 14.35 pesos al tipo de cambio de ayer. En Venezuela –el país más atacado por el capitalismo– era de 2 centavos de dólar: 0.31 pesos mexicanos. O sea que en México cuesta 46.5 veces más que en Venezuela. ¡Con razón nos están invadiendo los gigantes petroleros del mundo! La corrupción pública se debe en gran medida a la corrupción privada… y viceversa.

Cuando un negocio pierde o despide a un empleado, contrata a quien le sustituya pero con menos prestaciones y menos sueldo que los recibidos por el anterior ocupante de la plaza. La falta de trabajo permite a las empresas tener este ahorro creciente, con cargo a los trabajadores y abono al desempleo.

Hay cientos de ejemplos más de abusos cometidos contra la economía de los mexicanos, en especial de los más necesitados. Estos atropellos existen al amparo de leyes que a veces poco a poco, a veces en montón, se reforman para hacerlos “legales”. Quienes las promueven y aprueban son los diputados, esos que -por utópica definición- son los representantes de los intereses del pueblo. Las excepciones son mínimas, no alcanzan a influir en las decisiones de las cámaras.

Las próximas elecciones para diputados federales encierran una enorme trascendencia, pues a los ciudadanos de a pie se nos presenta la posibilidad de impedir que lleguen a las curules quienes está demostrado que saquean y oprimen al pueblo; la posibilidad real de impedir que se siga legislando para solapar la corrupción y penalizar la protesta. En estas votaciones elegiremos si estamos de acuerdo en que la voluntad de unos acabe con el país, o detenemos su rapiña.

La disyuntiva es sencilla: seguir avanzando hacia el derrumbe de la economía de México y de los mexicanos, o cambiar la Constitución para recuperar nuestro destino, como propone el Obispo Vera –aunque es una de las personas que más admiro, no coincido con su invitación a anular la boleta, porque esos votos sólo llegan a las mantas afuera de las casillas y ya; no cuentan. Anular el voto o no votar es darles carta blanca a los corruptos, pues todos los que están hoy en el poder, y sus cómplices, sí que votarán.

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