Las encuestas ubican a Scioli en primer lugar con una intención de voto de 25 a 30 por ciento, y Macri registra de 20 a 25 por ciento, aunque las tendencias definitivas se conocerán el 9 de agosto, fecha de las elecciones Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO).

Las PASO serán una especie de ensayo rumbo a los comicios generales del 25 de octubre, en los que se elegirá presidente, diputados, senadores y algunos gobernadores.

En las PASO están convocados a participar los más de 30 millones de argentinos que conforman el padrón electoral, por lo que su resultado perfilará al ganador de una contienda en la que ya no podrá participar Cristina Fernández, quien ya fue electa en 2007 y 2011.

Scioli es un político de 58 años que en las últimas dos décadas logró mutar de deportista a gobernador de Buenos Aires, la provincia más grande y más importante del país por número de electores.

En la campaña, le ha sumado votos la permanente presencia mediática de su esposa, la modelo y empresaria Karina Rabolini.

El respaldo decisivo que espera es el de la presidenta, ya que Scioli pretender competir al amparo de las siglas del oficialista Frente para la Victoria, la fuerza política creada por el fallecido expresidente Néstor Kirchner, y su esposa y sucesora.

En esta pelea, el gobernador se enfrenta a Florencio Randazzo, el ministro del Interior y Transporte que en las últimas semanas recibió más señales de apoyo por parte de la presidenta Fernández, además de que es mejor visto por la militancia oficialista.

Macri, por su parte, carece de contrincante dentro del partido Propuesta Republicana (PRO), la organización que creó y de la cuál es el único líder y precandidato presidencial.

Las PASO sólo servirán para confirmar la postulación del ingeniero de 56 años que transitó de dirigente del club de futbol más famoso del país, Boca Juniors, al gobierno capitalino, en donde logró construir un sólido poder electoral, ya que no hay partido que haya podido vencer al PRO en los últimos ocho años.