AGUA HAY; FALTA VOLUNTAD POLÍTICA

28/09/2011 - 12:00 am

Son las cinco de la tarde, en la delegación Iztapalapa de la Ciudad de México, en la colonia Tenorios, una de las zonas de mayor recarga de agua para los mantos acuíferos de la zona metropolitana, las nubes se colocan bajo el sol, al mismo tiempo que la lluvia comienza a caer.

Los vecinos de esta colonia miran desde sus casas el agua de lluvia que se va hacia las coladeras, mientras adentro, en sus viviendas, el vital líquido que sirve para cubrir todas sus necesidades escasea todos los días.

Lo que antes era batallar para que cada día el agua potable les rindiera más a las familias de la zona de Santa Catarina, ahora se ha convertido en un estilo de vida: para ellos ya es usual no tomar un baño diario, así como trasladarse a casa de algún familiar en otra colonia donde sí abastecen de agua todos los días o al menos con más regularidad, para lavar toda su ropa o asear a sus hijos.

“No tenemos agua suficiente. Sólo cae de la tubería una o dos veces por semana durante la tarde. El agua potable está sucia. No es suficiente. La delegación no nos provee los servicios básicos”, estos son algunos de los apelativos que los colonos mencionan con regularidad cuando en entrevista para SinEmbargo.mx se les cuestionó sobre la calidad y frecuencia con la que reciben agua potable en sus hogares.

Aunque es verdad que su situación es complicada, también es cierto que si recurrieran a ciertos usos y costumbres para recolectar el agua de lluvia este sinuoso panorama podría transformar su entorno. Por ejemplo: cultivar el agua a través del aprovechamiento de agua de lluvia como un sistema alternativo de abastecimiento y de ahorro de agua potable, menciona Juan Santibáñez, investigador del Departamento de Sociología de la UAM-I (Universidad Autónoma Metropolitana).

 

Hay que reducir los daños

Para Santibañez esa podría ser una solución a un problema que se cree irremediable. Ante el panorama desolador de una de las zonas más pobres de la Ciudad de México nació la propuesta de implementar una prueba piloto, que consiste en un sistema de aprovechamiento de agua de lluvia en la Escuela Secundaria Francisco González Bocanegra, ubicada en la Colonia Tenorios, también de Iztapalapa, como una opción para remediar el caos que causa la falta de agua entre los habitantes de las 40 colonias que componen esta demarcación.

Debido a que las campañas de publicidad en cuanto al ahorro y uso eficiente del agua que plantean, tanto autoridades como asociaciones y diferentes empresas, no han tenido resultados positivos en esa zona para remediar la problemática, el uso de agua de lluvia es una nueva propuesta que se suma a otros esfuerzos por proveer y cuidar el vital líquido.

El proyecto “Cultivo de Agua” consiste en una práctica empírica no muy difundida entre los habitantes, especialmente en regiones de alta precipitación, como lo es la zona de la Sierra de Santa Catarina en Iztapalapa, indica el sociólogo.

“En Iztapalapa existen mil 500 primarias y secundarias incorporadas a la Secretaría de Educación Pública (SEP), que son edificios potenciales para implementar un sistema de aprovechamiento de agua de lluvia, ya que este tipo de edificaciones, por sus amplias áreas, permiten la captación de grandes cantidades de aguas lluvias y gran facilidad de instalación de estos sistemas”, precisa.

El especialista explica que los objetivos del programa de captación de agua de lluvia son procurar que en las instalaciones escolares tengan agua para las necesidades básicas que son el aseo de los baños, “en donde en muchos casos no cuentan con agua ni para las descargas de los escusados”, y la limpieza en general de los inmuebles.

Hasta ahora el proyecto ha demostrado que además de disminuir los consumos de agua potable se reducen los gastos económicos, al aprovechar el agua lluvia en las descargas de los sanitarios, el riego de jardines, el lavado de patios y áreas comunes, entre otros usos que no requieren agua potable.

Encubar este proyecto en las escuelas primarias y secundarias fue difícil, pues los directivos de las escuelas no entienden el concepto y argumentan que las autoridades de la Secretaría de Educación Pública impiden la entrada de este plan a sus recintos.

Si esta iniciativa prospera y las autoridades escolares entienden la necesidad, como derecho fundamental de que los niños tengan agua, se estima que en las 10 mil escuelas en todo el Distrito Federal aportarán un terreno de 20 mil metros cuadrados como área de captación.

 

Mayor población y menor captación de agua

Mediar el abasto de agua entre la población que carece del vital líquido es un asunto que afecta a todos. El estudio “La problemática del recurso de agua en grandes ciudades, como lo es la zona metropolitana del Valle de México”, de Agustín F. Breña Puyol y José A. Breña Naranjo, investigadores del Departamento de Ingeniería de Procesos e Hidráulica UAM, publicado en octubre 2009, precisa que las inundaciones periódicas en el área urbana y por el manejo inadecuado del recurso agua, se están agotando en forma paulatina.

Además, este recurso natural se acaba, por lo que no puede suministrarse a toda la población; otra de las manifestaciones negativas son los hundimientos que ocurren en el subsuelo por la sobreexplotación de agua subterránea, en diferentes puntos de la ciudad.

Y además, precisa el texto: “Los grandes niveles de contaminación a los que esta expuesta el agua. Ocurren por las descargas de aguas residuales, asentamientos humanos que dañan la calidad de la disponibilidad del agua superficial y subterránea de las cuencas hidrológicas por donde se desplazan las descargas residuales”.

Ante esa situación el cultivo del agua en el Distrito Federal es recomendable para todos, ya que en las zonas donde el abastecimiento con agua potable es adecuado. No es habitual captar las aguas de lluvias para usos domésticos, educativos o institucionales, pero implementar esta práctica además de evitar que se siga sustrayendo agua del subsuelo, disminuiría sus gastos.

“En la Cuenca del Valle de México se genera un escurrimiento superficial virgen de 23.7 metros cúbicos por segundo (m3/s), no obstante solamente se aprovecha a través de ríos y manantiales un gasto de 2.9 m3/s, equivalente a 12% del escurrimiento superficial. Tal situación obedece a que originalmente los escurrimientos se almacenaban en los lagos que conformaban el Sistema Lacustre, y actualmente 80% de su superficie está ocupada por la mancha urbana de la Zona Metropolitana del Valle de México (ZMVM), y los escurrimientos generados por las lluvias en estas superficies impermeables deben ser desalojados rápidamente para evitar inundaciones”, plantea el estudio.

Juan Santibáñez opina que, además, en la cuenca hay una sobreexplotación de agua subterránea equivalente a 31.5 metros cúbicos por segundo, ya que se extrae de los acuíferos un volumen de 59.5 m3/s, mientras que la recarga natural proveniente de la lluvia es de 28 m3/s. Por lo que la Cuenca del Valle de México no tiene capacidad hídrica para satisfacer las demandas de agua de los usuarios, ya que se requiere de un volumen anual de 81.9 metros cúbicos por segundo.

“No hay un equilibrio en la disponibilidad de agua superficial y subterránea, debido a que se recurre a la sobreexplotación de los acuíferos y a la importación de agua de las cuencas de los ríos Lerma y Cutzamala. Ambos volúmenes ascienden a un valor de 51.0 m3/s, magnitud que da una idea de la problemática grave que existe en la ZMVM para el abastecimiento de agua potable”, añade.

 

Volver sobre nuestros pasos

Recolectar el agua de lluvia en las zonas habitacionales de la Ciudad de México o adaptar los mecanismos necesarios para captarla en recipientes o cisternas, pareciera quizás un método rudimentario que en la actualidad se lleva acabo en regiones áridas o semiáridas, donde su función principal es para usos agrícolas y domésticos. Sin embargo, en la actualidad hay una práctica que promete ofrecer mejores alternativas de vida: la sustentabilidad, que significa no desperdiciar.

De acuerdo con el investigador de la UAM es una acción que debe implementarse para que el agua no escasee. Tomando en cuenta que en la ZMVM, no hay fuentes alternas para abastecer agua potable, y que se puedan utilizar para cubrir eventos extraordinarios, tales como la escasez, o bien para cualquier otro tipo de suceso relacionado con la falla de la infraestructura hidráulica o un desastre natural que ocasione fallas en las redes de abastecimiento.

 

Mientra ellos esperan…

Los vecinos de la Colonia Tenorios reciben agua potable en sus casas dos veces por semana; mientras, ellos esperan a que su representante ciudadano ante la Cámara de Diputados y su delegada Clara Brugada resuelva este problema de escasez.

Otros funcionarios encargados de la distribución y administración del agua en la Cuidad de México, como José Luis Luege Tamargo, director de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), asegura que hay suficiente agua para abastecer a un millón 800 mil habitantes, pero el problema es que urge que el gobierno del Distrito Federal abata el rezago en materia de inversión en infraestructura hidráulica.

El funcionario federal, ante iztapalapenses, garantizó un consumo de 250 litros por persona diario pero, en contraste, los ciudadanos de la zona limítrofe entre Iztapalapa y Tláhuac se las ingenian para cubrir sus necesidades con el mínimo del vital líquido que les llega.

Víctor Varela, presidente de la Comisión Integral del Agua de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal, mencionó que el director de Conagua “vive en una realidad virtual”, porque existen muchas colonias dentro del Distrito Federal que siguen sin abasto de agua.

A su vez, Juan Santibáñez opina que a las autoridades les es más fácil meter miedo a la población de que no hay agua en el mundo, cuando “existe la misma cantidad del agua, sólo cambia el ciclo de recolección del líquido, por eso es urgente su humanización”.

También concuerda con el funcionario federal y dice que efectivamente sí hay agua; sin embargo, lo que no hay es voluntad política de los gobiernos federal y local para implementar proyectos contra la escasez.

Varela comenta que entre los proyectos que se desarrollan en la Ciudad de México existen varios para mejorar la sustentabilidad del agua. Por ejemplo, en Miravalle y en San Miguel Teotongo, donde se lleva a cabo el recurso de cultivo de agua.

“En Miravalle existe una granja ecológica que tiene una cosecha de hortalizas y recolectan una cantidad importante de agua para el sistema de riego”, dice en entrevista el asambleísta.

El diputado reconoció que “la fracción del PRD en la Asamblea no propuesto una iniciativa sobre el tema; no obstante, lo que sí hacen es defender las iniciativas ciudadanas de la Comisión de Recursos Naturales (Corena), manejada por la Secretaría del Medio Ambiente del DF, a cargo de Martha Delgado”.

Respecto a los proyectos de recolección de agua pluvial expresa que “no se apoyan las propuestas, porque niegan permisos con el argumento de que es área natural protegida, cuando que la recolecta es precisamente lo que hace: cuidar los recursos”.

Si a las disputas que enfrentan los diferentes sectores políticos, sumamos que los habitantes de la demarcación más grande de la Ciudad de México no paga los recibos de suministro de agua, entonces el problema se agrava.

El investigador de la UAM explica que 50 % de los recibos emitidos en Iztapalapa no son pagados por los contribuyentes, quienes –algunas veces con razón– muestran que poca intención en acudir a la tesorería del GDF a pagar por un servicio que no les llega.

El urbanista explica que está dinámica genera un círculo viciosos entre gobierno y la población, pues se llega al punto del “no pago porque no tengo agua”, por un lado, y “no te llevo agua porque no pagas”, por el otro.

El gobierno popular, como lo definió la delegada Clara Brugada al tomar las riendas de la administración de Iztapalapa, ha peleado con el Sistemas de Aguas del DF y con la Conagua porque no les recorten o les bajen el suministro del vital líquido a sus gobernados.

Pero los estragos continúan en las colonias con severa escasez y los habitantes de la sierra de Santa Catarina esperan el tandeo de agua, aunque sea color “tamarindo”. Por eso implementar mecanismos que contribuyan al ahorro y abasto de agua potable es una acción que beneficiaría su entorno y contribuiría a su bienestar.

Por Silvia Tonanzi Granados R. y Jorge de Luna Zamora
en Sinembargo al Aire

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