El galardón reconoce la trayectoria del Museo Nacional de Antropología como referente mundial, con más de tres millones de visitantes en 2024 y una colección de 250 mil piezas.
OVIEDO, 4 Jun. (EUROPA PRESS).- El Museo Nacional de Antropología de México fue galardonado con el Premio Princesa de Asturias de la Concordia 2025. El jurado leyó el fallo este miércoles a las 12:00 horas en el salón Covadonga del Eurostars Hotel de La Reconquista de Oviedo, España.
Este premio, al que optaban 32 candidaturas de 23 nacionalidades, fue el sexto de los ocho galardones internacionales que convocó este año la Fundación Princesa de Asturias, en la que se celebró su XLV edición.
El Museo Nacional de Antropología (MNA) de México fue creado en 1940 gracias al traslado de parte del acervo del entonces Museo Nacional de Arqueología, Historia y Etnografía al Castillo de Chapultepec. Su denominación actual provino de aquella primera sede, en la que se expusieron únicamente los fondos de la época prehispánica y etnográficos.
En 1960, el Gobierno mexicano aprobó la construcción de un nuevo espacio, el edificio actual, en el Bosque de Chapultepec, que, inaugurado en 1964, captó la atención internacional como símbolo de desarrollo, modernidad y vanguardia. Su misión fue investigar, conservar, exhibir y difundir las colecciones arqueológicas y etnográficas más importantes de México. Formó parte de la red de museos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) de ese país, que nombró a Antonio Saborit como director en 2013.
Contó con un patronato que apoyó sus actividades, en particular los proyectos de restauración y conservación, recaudando fondos a través de donantes privados y empresas nacionales e internacionales, membresías, la Tienda MNA y eventos. En 2024, el MNA alcanzó su mayor cifra de visitantes: más de tres millones de personas recorrieron sus instalaciones. Concebido como espacio de reflexión sobre la herencia indígena de la Nación mexicana, el MNA fue considerado uno de los museos más importantes de Latinoamérica y un referente global en el estudio de la humanidad, debido a su compromiso con la divulgación, la investigación y la preservación del patrimonio cultural.
Además, mantuvo una relación estrecha con España y la cultura española, ya que en sus salas se encontraron también objetos del periodo virreinal que reflejaron la fusión de las culturas indígena y española, y la relación bidireccional que históricamente se estableció entre éstas, nutriéndose y enriqueciéndose mutuamente. Con más de veinte salas y más de 45 mil metros cuadrados de construcción, 30 mil de exposición, el MNA fue el museo más grande del país. En sus cerca de seis décadas de existencia, sus colecciones alcanzaron las 250 mil piezas de todo México, de las que se expusieron alrededor de ocho mil.
A partir de 1972, con la Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicas, Artísticas e Históricas, sus colecciones se nutrieron exclusivamente de piezas de proyectos arqueológicos del INAH y de la repatriación de otras desde el extranjero. Su colección de arqueología tuvo sus orígenes a finales del siglo XVIII, con los trabajos de la mejora urbanística realizada por el virrey y conde de Revillagigedo.
Entre las decenas de esculturas mexicanas que se encontraron entonces, destacaron tres importantes monolitos: la escultura de la diosa Coatlicue, la Piedra del Sol y la Piedra de Tízoc. Entre sus piezas emblemáticas figuraron Xochipilli o el Señor de las Flores, de la cultura mexica, la lápida, el ajuar y la máscara de jade de la tumba del emperador maya Pakal, y la máscara del dios Murciélago, que perteneció al arte zapoteco.
En julio de 2017, el MNA recibió, para su resguardo y correcta preservación, el esqueleto prehistórico femenino con datación directa más antigua y genéticamente intacto de América, "Naia", descubierto en 2007 y cuya antigüedad se estimó en 13 mil años. Algunas de las piezas del MNA recorrieron el mundo como préstamo del museo a otras exposiciones, en países como Holanda, Rusia o Australia.
Además de la muestra permanente, el centro organizó exhibiciones temporales y llevó a cabo también otras itinerantes tanto nacional como internacionalmente. Dispuso de un departamento de comunicación educativa que diseñó e instrumentó estrategias pedagógicas para estudiantes, profesores y público familiar.
Entre las distinciones que recibió el MNA, se encontraron la Medalla 1808 del Gobierno del Distrito Federal y el Premio Fundación México Unido a la excelencia de lo nuestro (2010). El edificio del museo —proyecto de Pedro Ramírez— albergó también la Biblioteca Nacional de Antropología e Historia, una de las más importantes del país, y fue declarado Monumento Artístico por el Gobierno de México.