
En seguridad, el tiempo marca prioridades, define rutas de acción institucional y determina el alcance de una respuesta. Cuando un incidente ocurre, la secuencia de minutos posteriores puede traducirse en eficacia o rezago.
Por ello, la Ciudad de México transita hacia modelos donde el tiempo es un componente estratégico, un recurso que puede administrarse mejor a partir de la coordinación, uso inteligente de la tecnología y articulación entre instituciones.
Esta visión se expresa en dos convenios clave del C5, uno con la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México y otro con la Comisión de Búsqueda de Personas local. Ambos parten de una premisa fundamental: la seguridad no depende solamente de la reacción, sino de la sincronía. La ciudad, bajo la estrategia impulsada por la Jefa de Gobierno, Clara Brugada, asume la necesidad de fortalecer la manera como se comparte información, acelera procesos internos y hace del videomonitoreo una herramienta con capacidad operativa inmediata.
La criminología ambiental enfatiza en ventanas temporales concretas donde suelen ocurrir los delitos, e intervenciones bien coordinadas pueden ser determinantes. En el caso del robo de vehículos, por ejemplo, la pronta activación de protocolos aumenta la probabilidad de recuperación.
El acercamiento entre el C5 y la Fiscalía, concretado con la asertividad de la Fiscal Bertha Alcalde Luján, ayuda a fortalecer esas capacidades a partir de un seguimiento puntual de las cámaras de videovigilancia y el uso de arcos detectores de placas. Esto permite reconstruir trayectorias, identificar patrones y generar información útil para la investigación sin tiempos muertos ni duplicidad de esfuerzos.
La coordinación también redefine el proceso de búsqueda de personas. Las familias suelen enfrentar incertidumbre en las primeras horas, en las cuales es importante la actuación coordinada entre instituciones. Las “golden hours” señalan la conveniencia de actuar con prontitud. El convenio entre el C5 y la Comisión de Búsqueda fortalece justamente esa prontitud institucional: activa de manera más rápida el análisis de cámaras, genera líneas de investigación coordinadas y permite que la tecnología contribuya a disminuir tiempos de espera para las familias.
Una evolución organizativa evidenciada desde la Ciudad de México. Un proceso donde cada institución conserva su autonomía, pero incrementa su capacidad de trabajar de manera complementaria. La tecnología deja de ser un agregado y se integra en el flujo natural de la procuración de justicia y la búsqueda humanitaria.
El fortalecimiento del combate al robo de autos y la mejora en los procesos de búsqueda de personas son parte de una mejor administración de la información y articulación de las capacidades.





