
Crítica del ecologismo político
Las ideas hasta aquí expuestas demuestran que la actividad económica dominada por el crecimiento y el aumento constante del consumo están socavando la existencia de la humanidad y destruyendo al planeta; para el sistema, sin embargo, quien ponga en evidencia al capitalismo global y denuncie la avidez de crecimiento económico es un peligro; no obstante, es necesario invitar a la gente a dudar de lo que el sistema dice de sí mismo; los hechos que describe y las soluciones que ofrece hay que sopesarlas rigurosamente, y exigirle pruebas y evidencias suficientes con el fin de integrar una posición congruente con la realidad, y no someternos sin resistencia que como analizaremos obedece a interese privados y empresariales más a las problemáticas comunes de un mundo globalizado. Por principio, esta es la intención de estos artículos, despertar en los lectores el deseo personal de conocimiento, de acopiar saberes sobre el tema, modificar actitudes y trabajar sobre el asunto a discusión. El sistema con su verdad construye una realidad a modo, de la que debemos hacer tabla rasa y abordar el problema con auténtica razón crítica. Las ideas que sustentan las verosimilitudes del sistema se apoyan en el ecologismo político y obedecen por entero a su esfuerzo por mantener la esencia y permanencia del orden actual, pero ¿Puede afirmarse, como dice el ecologismo, que no hay manera de detener el cambio climático sin ayuda de la ciencia y la tecnología? según esta tesis, sólo la tecnología puede retrasar el proceso destructor y revertir el proceso, cualquier otra medida que evada ese ámbito o contradiga esta concepción bajo la forma de resistencia, oposición o rebeldía implica un peligro que hay que eliminar a tiempo. Esta afirmación merece evaluarse con juicio severo y de manera negativa, pues, en el fondo, intentan ocultar la insuficiencia e incapacidad del capitalismo para comprender como funciona en profundidad el objeto que analizan, al mismo tiempo que ocultan algo más grave.
Heidegger puso en uso el verbo desocultar para significar la revelación de lo esencial y verdadero, y hacer visible la ilusión que vela la verdadera naturaleza de la realidad. Ahora bien, el concepto es importante en este momento porque nuestra percepción del mundo está obnubilada por una barrera que nos impide alcanzar la verdad. Es el momento, pues, de hacer visible lo que se quiere ocultar para pensar y comunicar la existencia misma; la verdad no es solamente la adecuación de la palabra a la cosa, sino un proceso dinámico de desocultamiento que permita crear nuevas ideas, tantear, ensayar y decir todo lo que tenga que decirse manejando los argumentos con seriedad.
Las mentiras, como ya explicamos, se sustentan en falacias, sofismas y el uso retórico de la argumentación; las barreras que el sistema opone para conocer la realidad sobre el cambio climático están basadas en estos artilugios gramaticales; saben que están mintiendo y quieren hacernos creer que el mundo puede seguir creciendo indefinidamente de forma exponencial sin que el capitalismo supere sus contradicciones. Esbocemos la siguiente pregunta ¿Cuáles son las actividades humanas que más contaminan? La producción de energía y la actividad industrial que producen el 73 por ciento de los gases de invernadero, principalmente por el uso de combustibles fósiles, mientras la población que vive en los países pobres que produce el dos por ciento de los contaminantes sufre diez veces más las consecuencias de esa polución. A la actividad industrial, en especial las fundidoras de hierro que utilizan el carbono como combustible y grandes volúmenes de agua, hay que sumar el transporte y la producción agrícola. Sólo como información, los combustibles fósiles contaminan el ambiente con Co2 y óxidos de nitrógeno que impactan la calidad del aire, intoxican y su uso envenena grandes extensiones territoriales, mares y ríos por derrames, y otras substancias peligrosas ¿Dónde principalmente? En los países del Sur Global, aquí, el capitalismo ha transferido e invisibilizado sus problemas, ha agotado los suelos, envenenado ríos, lagunas, el agua subterránea, talado bosques y selvas tropicales, etc., etc.; en todo el mundo el transporte aéreo, que emite el por ciento de gases de efecto invernadero (Co2), contamina la atmósfera, la cifra puede parecernos baja, pero en la relación pasajero-kilómetro recorrido, es el segundo contaminante más peligroso; si a esto sumamos el transporte terrestre (tracto camiones, camiones, automóviles) y marítimo, juntos son culpables del 25 por ciento de los gases de efecto invernadero, con un añadido, para el caso del transporte marítimo, que el uso diésel combinado con gasóleo y otros combustible de baja calidad que se conoce como combustible “basura”, produce tal cantidad de Co2 y azufre que han acidificado los océanos destruyendo ecosistemas marinos y arrecifes de coral. Sumemos a esto contaminación de la tierra por actividades agrícolas que utilizan agroquímicos (fertilizantes, insecticidas, etc.). Aquí el problema es mucho más complejo, pues no se trata solo del agotamiento de los suelos por excesos en el uso de agroquímicos, como es el caso del Sur Global; aquí, la agricultura del saqueo que implantó el colonialismo echó profundas raíces en un intercambio desigual entre centro y periferia (Inmanuel Wallerstein).
Con la intención de profundizar más en el tema es necesario subrayar que en la búsqueda de ganancias, el capitalismo explotó intensamente el Sur del continente americano con métodos agrícolas que nunca permitieron la recuperación de los suelos para no sacrificar sus beneficios inmediatos y que Occidente no enfrentara crisis alimentarias; práctica que agotó, y continúa haciéndolo, enormes territorios; descartó, para citar sólo un evento, los abonos naturales para substituirlos por fertilizantes químicos; el guano o excremento de la aves que fue desplazado por amoniaco industrial que diseminó nitrógeno y urea que dañaron irreversiblemente el medio ambiente, y los mares costeños produciendo mareas rojas que extinguieron peces, moluscos y devastó arrecifes de coral; otro problema de infecciones a gran escala es la extracción en nuestros territorios de madera, combustibles fósiles y metales, oro plata, cobre, hierro, etc., etc. con efectos criminales. Situaciones como estas no están a la vista de la gente común, la mayoría de estas tragedias permanecen invisibilizadas, excepto para quienes padecen sus consecuencias. Echemos más leña al horno, no es fácil ver que la demanda de aguacate en los países ricos reclama constantemente nuevos territorios y grandes cantidades de agua que obliga a los campesinos a no cultivar, verbigracia, maíz para consumo propio y de la población, condición que los lleva a cambiar sus hábitos nutricionales y obliga a consumir alimentos procesados; esta situación tiene como respuesta el éxodo rural, el abandono de sus tierras agotadas y secas despoblando el campo, y obligándolos a convertirse en migrantes ambientales.
Estos son problemas reales que no tienen soluciones fáciles ni las van a encontrar en la economía del crecimiento, ni con el aumento a la estratósfera del PIB nacional, mucho menos va a detenerse el proceso con las propuestas de los ambientalistas, que ven como acciones inmediatas la implementación de energías verdes o renovables, la promoción de la educación ambiental, el cambio de comportamientos y hábitos de consumo, adopción de políticas de reciclaje, limitar el uso de plásticos, cuidado del agua, reforestación, fomentar la movilidad sostenible, el uso de energías renovables y otras ¿Creen acaso que no tirar basura ni colillas de cigarro, plásticos (botellas y bolsas), cerrar grifos cuando nos aseamos, no utilizar aerosoles, no arrojar toallas desechables al inodoro, reducir el uso de transportes convencionales, comprar coche eléctricos, no consumir de alimentos empacados y otros, pueden salvar al planeta? ¿Por qué no tocan a los verdaderos culpables? ¿Por qué, desde su punto de vista, somos los seres humanos comunes quienes irresponsablemente contaminamos y destruimos el planeta al no practicar los comportamientos correctivos por ellos recomendados? Ahorrar energía, generar menos basura, separar residuos orgánicos de plásticos y otros pequeños etcéteras que de ninguna manera son decisivos para revertir el cambio climático.
En toda sociedad, quienes detentan la riqueza y monopolizan el poder buscan, en su propio beneficio: obligan a sus ciudadanos, a través del miedo, a obedecer sus lineamientos, castigan la desobediencia, implantan dispositivos de control y, a través de la información controlan la subjetividad individual; la mejor sociedad será aquella que no exima a las personas de su capacidad de pensar por sí mismas y saber lo que es conveniente para todos. Quien nos impongan el deber de obedecer los lineamientos del Estado y sea el sistema el que rija nuestras acciones debe tener como respuesta la resistencia popular y su rechazo. Esto no es un consejo, es la única manera de ser consecuentes, la micropolítica, la suma de pequeñas fuerzas pueden metamorfosearse finalmente en una potencia formidable; con mayor razón cuando el sistema y sus aparatos ideológicos de Estado se encargan de transformar a los individuos ontológicamente en homo consumericus, es decir, en personas cuya naturaleza, existencia y realidad encuentran la felicidad en el tener, adquirir bienes, riquezas de manera excesiva, y encuentra placer en el lujo y la diversión, pero que carece de pensamiento libre y vital para enfrentar su propia realidad y prefiere no tocar las fibras sensibles del poder y evitar comprometerse en situaciones peligrosas fingiendo acedia, apatía, para aceptar la opresión social, política, étnica, cultural, de género, etc., sin hacer gestos.
Para oponerse y destruir estos simulacros, y oponer una potencia igual debida a la hegemonía del capitalismo, hay que aprender a vivir como se piensa, a vivir conforme a los seres humanos que no odian la vida, que no soportan a los tiranos, a los jueces venales y a los fascistas disfrazados de demócratas y no se avergüenzan de ellos mismos. No oponer resistencia es una traición al mundo y a la humanidad (continuará).





