Óscar de la Borbolla
“¿Habrá alguna forma al terminar esta vida para volver a estar aquí?”
“No son muchas las personas que viven de acuerdo con una vocación; la mayoría vive como puede: hilvanando modos de ganarse la vida sin que ninguna de esas formas realmente lo enamore”.
“Estamos tan acostumbrados a vivir con fe, confiados, que aunque la razón nos permite calcular los riesgos y nos muestra el altísimo grado de incertidumbre en que se envuelve todo, la verdad, la vida parece transcurrir poniendo entre paréntesis la razón”.
“Cada quien es distinto, me refiero a lo diverso que es para cada uno de nosotros ese tiempo propio que necesitamos robar para dedicárnoslo exclusivamente a nosotros”.
“Hoy creo haber abierto la última capa que guardaba de sabiduría esa experiencia y, también, lo que encierra ese nuevo viaje que Tiresias aconseja a Odiseo, y que yo hice prematuramente”.
El mito de Sísifo me gusta, porque me permite entender la vida humana: es una gran metáfora y, por ello, qué bueno que Camus proponga que debemos imaginar que Sísifo es feliz. ¿Qué otra posibilidad tendríamos?
La historia de la pregunta de Midas nos permite entender la historia humana, pues con el Cristianismo, la respuesta cambia una vez más. Dado que con el nuevo dios esta vida es un valle de lágrimas y la verdadera está tras la muerte, lo que ocurra aquí no tiene demasiada importancia (…)
La mejor calidad de vida, curiosamente, ocurre cuando uno no se ocupa de la vida; cuando la vida se presenta cada mañana sin saludarnos y nosotros también, sin saludarla, nos dejamos ir en ella.
“En las paradojas, los hechos exhiben que, contra lo que la razón indica, los eventos ocurren precisamente negándola”.
“Arrogantes, presuntuosos, pagados de nosotros mismos, pero sobre todo ignorantes vamos los seres humanos”.
En ambos casos la fidelidad es imposible: si me mantengo fiel al que fui, los demás creerán que soy digno de confianza, que soy fiel, pues seguiré siendo el que esperan que sea, y yo, en cambio, sentiré que estoy traicionándome a mí mismo.
” […] habría que bautizarlo como la barbarie de la cancelación y evidenciar que nada hay en él de novedoso”.
“¿Qué pasa con la verdad ahora? Pues sencillamente que ya no se admite que pueda darse un decir adecuado a la naturaleza de las cosas”.
“El azar, la oportunidad y el disparo preciso han conseguido mostrar lo que no se ve y que ahora, gracias al conjunto, se revela: hay un detrás, una faceta oculta que aparece por un momento”.