Juan Arango: el mejor futbolista venezolano de la historia que se curtió en canchas mexicanas

16/06/2013 - 1:30 am
Foto: Facebook
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Ciudad de México, 16 de junio (SinEmbargo).- En Facebook hay una página que se llama “Una estatua para Juan Arango 18”. El venezolano ha adquirido el mote de ídolo en un país en el que el deporte más popular del mundo ocupa un segundo lugar detrás del béisbol. De fina pierna zurda, el mediocampista ha recorrido el mundo en una muestra de su determinación para hacerse de un nombre propio. En medio de una evolución de la selección Vinotinto, hay una figura que sobresale.

Juan Fernando Rango Sáenz (Maracay, 1980) sube al escenario que Franco de Vita ha hecho sueño en pleno concierto en la Universidad Metropolitana de Caracas el 10 de junio de 2010. El futbolista abraza a su paisano compositor y cantan el himno nacional de Venezuela. En marzo de 2013, Arango envió condolencias a la familia del recién fallecido Hugo Chávez. “Indudablemente el Presidente Chávez marcó la historia de Venezuela y dejará una huella imborrable. Él siempre apoyó el deporte en Venezuela haciendo, por ejemplo, posible el ser sede de la Copa America 2007”, redactó el jugador.

Arango es primero un venezolano que futbolista. El talentoso jugador del Borussia Mönchengladbach de la Bundesliga, es un tipo comprometido en lo que pasa en el entorno tan complejo de su país. Más allá de los goles que ha dado a su selección, son estás cosas sociales lo que le han dado una especie de idolatría de culto. Juan Arango tuvo que pasar por un camino largo desde los 17 años en que empezó a mostrar su talento en el profesionalismo de un deporte que en Venezuela no importaba mucho. Ahí, bajo la sombra del béisbol, Juan Arango comenzó a forjar una mentalidad que rompería esquemas en el país del comandante Chávez.

SU PASO EN CANCHAS MEXICANAS

Tras un paso por el futbol de su país, logró salir a un ambiente más adecuado para su pasión. El norte de México recibió a Juan Arango. El Monterrey, dirigido por el español Benito Floro, apostó por las cualidades ofensivas del venezolano que tenía los 20 años que indicaba su acta de nacimiento pero toda la veteranía en su pierna zurda capaz de cambiar el rumbo de un partido. Su pegada fue vital para que el mundo futbolístico le prestara atención. En suelo mexicano se curtió en un ambiente donde el futbol significa más que un juego.

Foto: Twitter
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Del 2001 al 2004, Monterrey, Pachuca y Puebla forjaron el camino de Arango hacia niveles que solo él preveía. Con mentalidad distinta, el venezolano repartió juego y dibujo golazos que dieron alegrías a la selección venezolana de futbol. La Vinotinto encaró su mejor momento de la mano de la figura joven que llamaba la atención por la normalidad en la que encaraba un partido eliminatorio en la complica zona de Confederación Sudamericana de Futbol (Conmebol). Con paso firme, Juan terminó siendo referente de un sueño colectivo. Venezuela quiere su primer mundial con Arango de bandera.

A los 25 años su vida cambió. Benito Floro, el que le abrió la puerta al futbol mexicano, hizo lo mismo con el balompié español. Técnico del Mallorca, fichó al venezolano zurdo para comandar los ataques del equipo balear. En la isla, la mentalidad de Arango evolucionó. A diferencia de muchos latinos, Europa representó la oportunidad de su vida. Una que no iba a dejar pasar. Con gran aplomo se acopló rápido al juego rápido de las canchas mojadas de una de las mejores ligas del mundo.

Cinco años en España significaron un cambio de rumbo. Venezuela dejó de ser última en las eliminatorias. La evolución de Arango invitó a toda una selección nacional a cambiar su mentalidad y enfrentar a las potencias de la zona con la cara en alto. El esfuerzo aún no corresponde a la Vinotinto con el sueño mundialista, pero Juan Arango se ha convertido en el mejor jugador que se ha puesto la playera nacional. Sus 22 goles en 115 partidos lo convierten en el venezolano con más goles y más participaciones en su selección, pero el legado de Juan va por lo mental.

En 2009, su trayectoria fue para Alemania con un equipo histórico de capa caída como el Borussia Mönchengladbach que tuvo la visión de observar un futbolista que se adaptaba a cualquier circunstancia. Arango pronto se convirtió en referente. Siempre con la 18 bien puesta, el venezolano se ganó la admiración de la siempre difícil idiosincracia alemana. En medio de tanta gloria, a Juan le queda pendiente un mundial que termine por coronar una carrera intachable de gran alcance. Los venezolanos han gritado sus goles con la boca, mientras su cabeza empieza a creer que con la zurda del mejor jugador de su historia, todo es posible.

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