EL SUR

26 indígenas fueron asesinados y 2 reportados como desaparecidos en 2019, denuncia la CRAC-PC

20/01/2020 - 1:10 pm

A los 16 asesinatos del año pasado, se suman ahora los 10 indígenas de Alcozacán muertos en una emboscada la tarde del viernes pasado cerca de Mexcalzingo.

El 10 de enero pasado la CRAC-PF, dio a conocer un registro de la violencia en su territorio durante el año pasado para llamar la atención de las autoridades federales y estatales y atendiera su llamado.

Por Zacarías Cervantes

Chilpancingo, Guerrero, 20 de enero (El Sur).- El Comité Ejecutivo de la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias de los Pueblos Fundadores (CRAC-PF) de Chilapa y José Joaquín de Herrera (Hueycantenango) contabilizó el año pasado cinco ataques del grupo delictivo de Los Ardillos a comunidades que pertenecen al sistema comunitario; 16 de sus miembros y pobladores de su territorio asesinados; 10 de Chilapa y 6 de José Joaquín de Herrera, así como 2 desaparecidos y al menos 2 heridos.

A los 16 asesinatos del año pasado, se suman ahora los 10 indígenas de Alcozacán muertos en una emboscada la tarde del viernes pasado cerca de Mexcalzingo.

Por la violencia en la zona que se recrudeció a partir del 27 de enero del 2019, cuando ocurrieron dos enfrentamientos que dejaron 12 muertos (todos del grupo adversario a la CRAC-PF), en Paraíso de Tepila y en la entrada de Rincón de Chautla, la agrupación venía solicitando a los gobiernos federal y estatal la vigilancia del Ejército mexicano, de la Guardia Nacional y de la Policía Estatal, pero desatendió su petición, según la queja de las autoridades de la CRAC-PF.

El 10 de enero pasado la CRAC-PF, dio a conocer un registro de la violencia en su territorio durante el año pasado para llamar la atención de las autoridades federales y estatales y atendiera su llamado.

El documento, avalado por el coordinador David Sánchez Luna, destaca que de todos los casos de violencia en la zona nahua de Chilapa y Hueycantenango tienen conocimiento los tres niveles de Gobierno, pero que no han hecho nada al respecto.

Reprocha que, al contrario, el Gobierno del estado “está apoyando a los delincuentes girando órdenes de aprehensión en contra de nuestros compañeros policías comunitarios que están resguardando las 16 comunidades de la CRAC-PF de la región Montaña Baja”.

Fechado el 10 de enero en la Casa de Justicia de Rincón de Chautla, la CRAC-PF exige una investigación, justicia y castigo a los responsables de los casos de violencia ocurridos el año pasado.

En su recuento menciona que el 4 de mayo fueron asesinados en Chilapa el consejero regional de la Policía Comunitaria originario de Xicotlan, José Lucio Bartolo Faustino y el consejero de seguridad originario de Buena Vista, Modesto Verales Sebastián.

El 23 de mayo fueron levantados cerca de Atzacoaloya, en el punto conocido La Capillita de San Martín, el comandante regional de la Policía Comunitaria, originario de Tula, Bartolo Morales Hilario, así como el policía comunitario de Xicotlan, Isaías Xanteco Ahuejote.

Sus cuerpos fueron encontrados embolsados y descuartizados a las 7 de la mañana del 24 de mayo en el punto conocido como Las Antenas, a orillas de la carretera federal Chilapa-Tlapa.

El 7 de julio fue levantado el comandante de la Policía Comunitaria de Alcozacán, Felipe de Jesús Tolentino Bolaños. Su cuerpo fue encontrado el 11 de julio cerca de Chilapa.

El 10 de julio fueron levantadas en el Crucero del Jagüey, de la carretera Chilapa-Hueycantenango, Juana Hernández Ambrosio y Alberta Matías Rendón, de la comunidad de Zacapexco. Sus cuerpos fueron encontrados con huellas de tortura al día siguiente cerca de la colonia Corral de Piedra, ubicada entre Chilapa y Atzacoaloya.

El 8 de agosto fue levantado Hilario Tepetitlán, originario de Alcozacán, en el crucero del Jagüey y su cuerpo fue encontrado horas después cerca de la colonia Corral de Piedra.

El 14 de septiembre fue levantado en la comunidad de Tlachimaltepec municipio de José Joaquín de Herrera el policía comunitario de Alcozacán Silviano Morales Joaquín y su cuerpo fue encontrado cerca de la comunidad de Tospanyo el 17 de septiembre.

El 8 de octubre fue acribillado, cerca del módulo de la Policía Municipal de Hueycantenango, el policía comunitario de Zacapexco, Santos Vásquez Andraca.

Asimismo, del municipio de José Joaquín de Herrera fue asesinado el 2 de junio el ex comandante regional de la Policía Comunitaria de Ayahualtempa, Eugenio Máximo Hilario.

El 8 de julio fueron levantados los vecinos de Ayahualtempa Marcelino Pedro Rojas Reyes y David Domingo Alonso en el crucero del Jagüey y sus cuerpos fueron encontrados cerca de la comunidad de Chautla el 23 de julio.

El 7 de septiembre fue levantado el policía comunitario de Ayahualtempa, Leocadio Bolaños Hernández en Hueycantenango y su cuerpo fue encontrado en el punto conocido El Ocotito al día siguiente

El 18 de octubre fue levantado cerca del río La Hamaca que se encuentra entre Acojtapaxtlan y El Epazote, Fidel Bolaños Rojas originario de Ayahualtempa, quien todavía se encuentra desaparecido.

Al día siguiente, el día 19 de octubre, fue levantado el hijo de Fidel, Félix Isidro Bolaños Hernández cuando buscaba a su padre en Colotlipa, municipio de Quechultenango, y también todavía se encuentra desaparecido.

El 1 de noviembre fue acribillado a balazos, cerca de Ayahualtempa Samuel Rojas Dorantes originario de esa localidad.

El 18 de noviembre fue acribillado a balazos Isaac Martínez Rosendo, vecino de Ayahualtempa, en la colonia Piedra Colorada de Hueycantenango.

En cuanto a los ataques, la CRAC-PF refiere que el 27 de enero integrantes del grupo delictivo de Los Ardillos atacaron la comunidad de Rincón de Chautla “a donde llegaron 200 sicarios de ese grupo en 16 camionetas, una de las que venía por delante estaba blindada para masacrar a la comunidad pero 30 policías comunitarios respondieron la agresión.

Destaca que el enfrentamiento duró una hora con treinta minutos, y que resultó herido su compañero David Luna Virgeño. “Los agresores al ver que no podían vencer a la comunitaria echaron a correr llevándose a sus heridos y dejando cinco camionetas en el lugar de los hechos”.

En el recuento no se dice que esa vez hubo dos muertos del grupo agresor, cuyos cuerpos quedaron en la entrada de la comunidad donde ocurrió esa balacera.

Tampoco menciona que tres horas antes había ocurrido otro enfrentamiento cerca de Paraíso de Tepìla, con resultado de 10 muertos por parte del grupo adversario a la CRAC-PF.

El documento agrega que el 23 de junio el grupo delictivo de Los Ardillos atacó la comunidad de Tula, “el enfrentamiento duró 30 minutos y no hubo bajas de la Policía Comunitaria”, subraya.

Añade que el 20 de julio el mismo grupo agresor atacó nuevamente a la comunidad de Tula y que esa vez fue herido el policía comunitario Guillermo Morales Hilario. Refiere que el enfrentamiento duró una hora.

El 26 de noviembre otra vez fue atacada la misma comunidad, y esta vez duró la balacera tres horas sin que se hayan reportado muertos ni heridos.

Mientras tanto, el 27 de diciembre, menciona el escrito, el mismo grupo volvió a atacar esa localidad y entonces el enfrentamiento duró una hora y media.

Asegura que ese día llegó una patrulla de la Guardia Nacional, otra de militares y una tercera de policías estatales y que los federales y estatales “al escuchar que seguían los disparos en vez de accionar en contra de los agresores, que son Los Ardillos, y entraron a la comunidad de Tula después de media hora cuando ya no se retrocedieron cuando les dispararon desde el cerro donde estaban posicionados escuchaban los disparos”.

A estos episodios de violencia se suma la emboscada y asesinato de 10 músicos de Alcozacán la tarde del viernes pasado cerca de Mexcalzingo cuando regresaban de Tlayelpa a donde habían acudido a amenizar una tocada.

La masacre ocurrió tras insistentes llamados de la CRAC-PF en los días previos a los gobiernos federal y estatal para que instalara campamentos militares y de la Guardia Nacional en ese tramo carretero en donde han sufrido ejecuciones, asesinatos, levantones y ataques a las localidades que se encuentran a orillas de la carretera Chilapa Hueycantenango, en donde según la agrupación opera el grupo delictivo de Los Ardillos a los que responsabilizaron de la emboscada a los músicos indígenas de Alcozacan.

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