El cuerpo tiene memoria, toda la piel es erotizable, sin embargo, un sin fin de experiencias sensoriales de diversa índole podrían estar provocando alguna alteración en nuestra percepción, ya sea hipersensibilidad o insensibilidad en algunas zonas de nuestro cuerpo impidiendo que la energía fluya libremente y que gocemos en plenitud. Hay todo tipo de terapias para restablecer la sensibilidad, una muy simple y práctica puede hacerse antes del baño, al frotar por nuestra piel diversas texturas, desde la seda hasta el zacate para identificar que zonas son más o menos sensibles, este ejercicio puede realizarse en solitario o en pareja, además de estimular la circulación y exfoliar la piel, brinda un conocimiento y placer más profundos en ambas variantes. Incluso la experiencia con el agua se vuelve aún más placentera al sensibilizar la piel. Para vivir con mayor libertad y armonía hay que viajarnos. Las Cosas Simples.
Por Vanessa Bauche




