Hay incontables historias de inmigrantes mexicanos que han partido en pos del sueño americano. Y la mayoría triunfan. Este triunfo consiste en ganar mínimo siete veces lo que se gana en un trabajo en México. Como es de esperar y dependiendo del grado de educación, las reacciones en torno a esta realidad son de lo más variadas.
Hay quienes nunca rompen el lazo con su país de origen y mantienen sus raíces intactas. Hay otros que vociferan que México nunca les dio nada y que se lo deben todo a su nueva patria aunque no tengan papeles.
La realidad es que nosotros los mexicanos hemos tenido de siempre una relación de amor-odio con los Estados Unidos. Y ellos la han tenido siempre con nosotros. Hay una frase famosa que dice que todos los norteamericanos tienen un amigo mexicano que no parece mexicano, que esconde una realidad. No nos conocen bien. Esto es, tienen una idea general de lo que es un mexicano y muchas de las veces esta es distorsionada.
Ahora, una característica netamente mexicana es el malinchismo. Hemos crecido con la idea de que todo lo que viene de afuera es lo mejor. Una idea distorsionada también y sobre todo culturalmente aceptada. Por eso es normal el hecho de contrastar el desarrollo de ambos países cuando se emigra a los Estados Unidos.
El mismo Octavio Paz lo escribiría en el Laberinto de la soledad. La cultura de Estados Unidos es el progreso, mientras en México seguimos viviendo distintas etapas históricas al mismo tiempo. No es lo mismo un indio huichol que un regiomontano de buena familia. O un Chiapaneco de un chilango. Somos más diversos.
Y traigo esto a colación por unas desafortunadas declaraciones de un tipo nacido en México que se cree más norteamericano que los norteamericanos.
El comediante Paul Rodríguez, levantó muchísimo polvo cuando se pronunció a favor de deportar a todos los niños que han llegado en cantidades masivas a los Estados Unidos debido a la crisis de violencia que asola Centro América.
Se necesita ser un cretino o un ignorante para simplificar la ecuación de esa manera, aquí el link
Es absolutamente ridículo que un tipo como él, que ha hecho la mayoría de su dinero representando inmigrantes ilegales o haciendo bromas sobre ellos, resulte ahora más papista que el papa.
La migración masiva de niños es una consecuencia de las políticas erróneas de su país en centro América. Repatriar pandilleros made in usa ha hecho de estos países una de las zonas más peligrosas del planeta.
Pero el parecer el comediante no ha leído sus libros de historia o no le interesa. Más bien le interesa quedar bien con sus amigos.
Pensar en los niños como números o estadísticas solo muestra su falta de humanidad. Dice que su país adoptivo tiene su corazón en el lugar adecuado. Y que dejar los niños en su país mandaría un mensaje erróneo. De ese tamaño es su estupidez.
El fondo del mensaje es terrible. Su contexto que quizá también sea una característica netamente mexicana. Yo ya arreglé papeles, que chinguen a su madre los demás, es lo que nos está diciendo entre líneas.
¿Qué pasaría si su familia fuera centro americana? ¿O que algún pariente cercano hubiese muerto a manos de las pandillas, sin ninguna esperanza de una mejor vida?
Quizá debió de reflexionar en esto antes de querer lucirse en un programa de televisión a nivel nacional.
Por lo pronto, ya tiene reservado su lugar en la lista de mexicanos indeseables. No necesita ir a orinar estatuas a otros países. Espero y tenga el suficiente dinero para vivir feliz por el resto de su vida. Porque a personas como él no debería ni dárseles un vaso de agua.
Y que recuerde que mañana que se vea al espejo se dará cuenta que con sus declaraciones sus ojos no se pusieron azules. Y que muchos de los que lo escucharon les importa un carajo que les haga la barba. Seguirá siendo un mexicano que habla inglés.






