Bestiario culinario de México

Bestiario culinario de México, comer con ojos antiguos

04/05/2025 - 6:30 am
Bestiario culinario de México

La revista-libro Bestiario culinario de México, reúne algunos testimonios de los conquistadores sobre la comida que encontraron al llegar a Tenochtitlan, su experiencia al comer carne de manatíes, serpientes, ratones, insectos etc. En esta reseña encontrarás un poco de su testimonio sobre estos manjares culinarios.

Por Alberto Álvarez Alejo

Ciudad de México, 4 de mayo (SinEmbargo).- Abrir la revista-libro Bestiario culinario de México de la Editorial Artes de México, es asomarse sin pudor a un festín donde lo gourmet se encuentra con lo grotesco. Por un lado, sus páginas despliegan un diseño elegante, un juego visual que alterna el color: blanco, negro y beige, y por el otro lado, no temen asomarse al abismo culinario del siglo XVI, donde los frailes españoles contemplaban con horror y fascinación a criaturas, para ellos desconocidas, pero para los habitantes se trataba de la comida diaria y era parte de la cultura gastronómica.

La introducción editorial, a cargo de Margarita Orellana, funciona como puerta de entrada a este curioso mundo, señalando cómo las interpretaciones coloniales —especialmente aquellas en torno al canibalismo ritual— dejaron la gastronomía indígena manchada de malentendidos. Bajo la lupa del autor Trueba Lara, cada animal servido en este extraño festín es también espejo de las fantasías y ansiedades de aquellos españoles que tuvieron que comer, o evitar, estos exóticos platillos.

Bestiario culinario de México
Índice. Revista-libro Bestiario culinario de México. no.130. Artes de México.

El lector no sólo se encuentra con preparaciones que en un entorno urbano/moderno serían impensables, por ejemplo: las ratas asadas hasta los intestinos, sino también crónicas delirantes de frailes asombrados ante iguanas que parecían dragones, charales que crujían en la boca y guajolotes cuya cresta rojiza era un remedio milagroso.

Lo que se come: insectos, ajolotes y otras especialidades

Si alguna vez quisimos imaginar qué sabor tendría México, este bestiario ofrece una respuesta amplia y contundente: chapulines tostados con sal; moscas trituradas tras ser hervidas; serpientes al carbón servidas con pinole; y el techichi, un animal pequeño parecido a un perro, criado para ser comido por los pueblos originarios y devorado hasta la extinción por los españoles, quienes no dudaron en comérselos. Aquí lo que fascina no es solo lo extraño del menú, sino el desconcierto expresado por monjes españoles entre apuntes médicos y supersticiones demenciales.

Bestiario culinario de México
Interiores. Revista-libro Bestiario culinario de México. no130. Artes de México.

Lo que se imagina: recetas para moldear la realidad

En la sección Alebrije, suplemento de Artes de México, el autor Trueba Lara abandona la perplejidad colonial y nos invita a una mesa aún más extraña: la ficción. Autoras como, Remedios Varo, Isabel Allende y Laura Esquivel se reúnen a cocinar platos donde el alimento, la magia y la literatura se mezclan como ingredientes.

De Remedios Varo probamos un platillo para inducir sueños eróticos; un ritual culinario cuyos ingredientes incluyen movimientos, susurros y pensamientos que no deben decirse en voz alta, Isabel Allende aporta el extravagante desayuno afrodisíaco de la emperatriz Catalina de Rusia, diseñado para perpetuar el amor más allá de una noche, y Laura Esquivel, nos devuelve a México con sus “Codornices en pétalos de rosa”, platillo célebre de su novela Como agua para chocolate.

Estas escritoras sugieren que no hay tanta diferencia entre seguir una receta y realizar un hechizo: ambos requieren de un ritual, fe y cierta afinidad con lo absurdo.

Bestiario culinario de México
Interiores. Revista-libro. Bestiario culinario de México. no130. Artes de México.

El apetito como viaje

Al cerrar las páginas de este Bestiario culinario de México, el lector queda con la peculiar satisfacción que produce haber probado, aunque sea con la imaginación, bocados imposibles. No es sólo un catálogo de rarezas gastronómicas ni una colección de historias, sino una enciclopedia del asombro que revela que comer nunca ha sido sólo un acto biológico; es una pulsión cultural, emocional y profunda.

Este volumen traza un recorrido singular a través de un México que existió en los platos y en las mentes de quienes probaron su carne. Un recordatorio de que detrás de cada criatura cocinada se esconde un país que sólo puede entenderse plenamente cuando se saborea, aunque, en este caso, sea a través de las palabras.

en Sinembargo al Aire

Lo dice el Reportero

Opinión

Opinión en video