
El Gobernador de Nayarit, Miguel Ángel Navarro Quintero, es un depredador de la cultura. En su carrera política sobresale que es el típico saltimbanqui: priista de origen, perredista privilegiado, y hoy Gobernador por Morena. Forma parte del cascajo oportunista que López Obrador recogió y purificó.
Nayarit es un estado con características especiales: es tierra de poetas y próceres, y es además una entidad con una tradición socialista y antiimperialista de la que formó parte Alejandro Gascón Mercado, miembro de una familia política distinguida.
Nayarit surge como entidad federativa con la Constitución de 1917 que le consagró un artículo especial para crearlo. Hoy sufre el calamitoso Gobierno del troglodita Navarro Quintero, un funcionario que no respeta a la sociedad civil, que no consulta sus decisiones, pensando quizás que tiene el manto protector de la hegemonía morenista. Al paso que va, se convertirá en un referente del ejercicio del poder despótico del partido oficial; y van aquí unos datos más que elocuentes:
El pasado 2 de junio Navarro mandó derribar el inmueble que albergaba la Ciudad de las Artes, para levantar un estadio de futbol, bajo el argumento de que el espacio “casi no se utilizaba”. Es una obra que costó 50 millones de pesos y apenas tenía una década de haber sido construida, situación insólita en todo el país.
Activistas y defensores de la cultura en Tepic, como Artículo 27 y el colectivo en Defensa del Centro de las Artes Nayarit, señalaron que el estado no cuenta siquiera con un equipo de futbol de primera división, y que si el centro cultural no tenía muchas visitas, era por falta de promoción del mismo Gobierno, porque, dijeron, “la cultura es un derecho que se debe garantizar y, en todo caso, tendría Navarro que mejorar sus estrategias de gestión para que tengan más vitalidad”.
Otros promotores culturales de la ciudad, como Lorena Hernández, afirmaron que hay muchos espacios culturales en Nayarit que están en un estado lamentable, como la Casa Museo “Amado Nervo”, inmueble donde nació el poeta nayarita, el cual presenta un deterioro notable; y la casa museo donde nació el niño héroe Juan Escutia.
En general, las medidas aplicadas arbitrariamente por el Gobernador fueron calificadas por dichas organizaciones como “una medida regresiva” y “una ocurrencia lamentable”.
Artículo 27, en voz de uno de sus representantes, José Manuel Hermosillo, presentó hace un par de semanas un amparo indirecto para frenar la destrucción de la Ciudad de las Artes. Con ello se pretende la reparación del daño y sancionar a las autoridades responsables si se comprueba que la destrucción de ese complejo cultural, se hizo sin contar con permisos pertinentes, ni respaldo técnico y presupuestal.
Hasta antes de tramitarse el amparo, la demolición del inmueble había alcanzado el 70 por ciento del espacio artístico. Los poco más de 500 alumnos con que cuentan las escuelas de música y danza deberán ser reubicados.
En general, Morena, y en particular gobernadores como Navarro, tienen desprecio por la cultura, por el valor cohesionado de la misma para construir ciudadanía. Se mueven de manera discrecional e improvisada, y a su paso, como lo estamos viendo en Nayarit, no tienen inconveniente en atentar infraestructura cultural ya construida, generando daños más que tangibles, como el dejar a 500 alumnos sin espacios.
¿Cuántos de estos gobernadores de este tipo le esperan a México?





