“El Mayo” Zambada fue detenido en julio de 2024 por agentes federales en Texas, en Estados Unidos, país al que llegó secuestrado por el hijo de su compadre Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera, su antiguo socio.
Ciudad de México, 27 de agosto (SinEmbargo).– “Empecé a involucrarme con drogas ilegales en 1969, cuando tenía 19 años, y planté marihuana por primera vez. Después vendí heroína y otras drogas, pero especialmente cocaína. Desde 1980 hasta el año pasado, 2024, transporté y vendí al menos un millón y medio de kilogramos de cocaína, la mayoría de los cuales fueron a Estados Unidos”, relató el lunes Ismael “El Mayo” Zambada al declararse culpable en una Corte de EU por haber liderado al Cártel de Sinaloa.
"El Mayo" Zambada entonces procedió a leer un mensaje que llevaba escrito en español, el cual fue leído en inglés por el traductor autorizado en la Corte del Distrito Este en el que reconoció haber dirigido por 50 años al Cártel de Sinaloa.
Zambada fue detenido en julio de 2024 por agentes federales en Texas, en Estados Unidos, país al que llegó secuestrado por el hijo de su compadre Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera, su antiguo socio. Joaquín Guzmán López, “El Güero Moreno”, le hizo subir a un avión mediante engaños. A la fecha, el Gobierno de EU no ha esclarecido las circunstancias en las que llegó a ese país y si tuvo participación o no en el secuestro.
Lo cierto es que el secuestro de “El Mayo”, uno de los capos de la vieja escuela, convirtió a Sinaloa en una zona de guerra, un conflicto que protagonizan las facciones rivales del Cártel de Sinaloa: los leales a Zambada García, conocidos como los Mayos, y los alineados con los hijos de Guzmán Loera, conocidos como los Chapitos. Por ejemplo, en solo un año, es decir de julio de 2024 a julio de 2025 los homicidios dolosos se dispararon un 240 por ciento, de acuerdo con las cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública.
Días después de su detención en Texas, Frank Pérez, abogado de “El Mayo”, difundió una carta del capo en la que negó haberse entregado o cooperado voluntariamente, como se dijo en un inicio luego de su arresto. “Me trajeron a este país por la fuerza y bajo coacción, sin mi consentimiento y contra mi voluntad”.
“El Mayo”, quien había evadido la justicia escondido en la sierra, aseguró en su escrito haber sido detenido cuando acudió a una reunión a la que lo invitó Joaquín Guzmán López “para ayudar a resolver las diferencias entre los líderes políticos de nuestro estado”. En el encuentro supuestamente se encontraría con el Gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha Moya, y con Héctor Melesio Cuen Ojeda, exalcalde de Culiacán y exrector de la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS), quien sería asesinado en ese lugar.
Zambada García contó que conocía a Joaquín Guzmán López, desde que era un niño, por lo cual dio a entender que no desconfió de él. Sostuvo, siempre su relato, que confiado en la naturaleza de la reunión y en las personas implicadas lo siguió sin dudar.
Contó que en cuanto entró a una habitación oscura le tendieron una emboscada. Un grupo de hombres lo tiró al suelo y le colocó una capucha de color oscuro en la cabeza. “Me ataron y esposaron, y luego me obligaron a meterme en la caja de una camioneta”, relató. “Después me llevaron a una pista de aterrizaje a unos 20 o 25 minutos de distancia, donde me obligaron a subir a un avión privado. Joaquín me quitó la capucha de la cabeza y me ató con bridas al asiento. En el avión no había nadie más que Joaquín, el piloto y yo.”
Los últimos informes de la DEA apuntaban a que Ismael Zambada estaba mal de salud. Al mismo tiempo las autoridades estadounidenses estrechaban el cerco acusándolo en febrero de 2024 en un tribunal en Nueva York por tráfico de fentanilo, sustancia responsable de la crisis de sobredosis en ese país.
Este lunes, Zambada cambió su declaración de “no culpable” a “culpable” de los cargos por narcotráfico. Posteriormente leyó su declaración ante el tribunal. “La organización que encabecé alentó la corrupción en mi país al pagar a policías, comandantes militares y políticos que nos permitieron operar libremente”, sostuvo “El Mayo” al leer en español el acuerdo de su aceptación de culpabilidad ante el juez Brian Cogan, el mismo que enjuició al corrupto exsecretario de Seguridad Pública de México Genaro García Luna y a “El Chapo”.
The New York Times afirma que Zambada García no está obligado a cooperar con las autoridades según los términos de su acuerdo de culpabilidad, y no se enfrentará a la pena de muerte. En cambio, será condenado a cadena perpetua el 13 de enero.

El capo de la vieja escuela
Ismael Mario Zambada García, alias “El Mayo”, de 76 años de edad, nació en la localidad de El Álamo, en el municipio de Culiacán, Sinaloa, el 1 de enero de 1948. Antes de incursionar en el hampa se desempeñaba como empleado de una mueblería en Culiacán, Sinaloa
“El Mayo” tiene una larga historia: militó en el Cártel de Guadalajara allá por los años setenta cuando éste era encabezado por Miguel Ángel Félix Gallardo, Rafael Caro Quintero y Ernesto Fonseca Carrillo, “Don Neto”; era contemporáneo de Pablo Acosta Villarreal, “El Zorro de Ojinaga”, quien se suicidó en 1989 cuando iba a ser detenido por Guillermo González Calderoni, el famoso policía del Gobierno de Carlos Salinas de Gortari que también detuvo a Félix Gallardo.
Años más tarde, Zambada se convirtió en pieza clave del Cártel de Juárez cuando era dirigido por Rafael Aguilar Guajardo –asesinado en Cancún, Quintana Roo, en 1993 –y después durante la etapa de Amado Carrillo Fuentes, “El Señor de los Cielos”, quien presuntamente murió en 1997 tras someterse a una cirugía plástica y liposucción para no ser perseguido.
Se cuenta que Miguel Ángel Felix Gallardo, el Jefe de Jefes, sentó en una misma mesa a los principales capos de entonces sinaloenses para repartir sus zonas de acciones. A cada uno les dio una “plaza”. A Zambada le tocó Sinaloa y a El Chapo Tecate, en Baja California, relata El País.
No obstante, el periodista Diego Enrique Osorno narra en su libro El cartel de Sinaloa. Una historia del uso político del narco cómo el propio Gallardo le dijo al entrevistarlo en la cárcel que quien había convocado la reunión y asignado los lugares de trabajo habría sido Guillermo González Calderoni, jefe de la policía antinarcóticos al inicio del Gobierno del presidente Carlos Salinas de Gortari.

La paz no duró mucho porque a principios de los 90 tuvo lugar una guerra entre “El Mayo” y “El Chapo” que se aliaron contra la familia de los Arellano Félix. Resultado de esa guerra Guzmán, Zambada y Juan José Esparragoza Moreno, “El Azul”, fundaron el Cártel de Sinaloa.
A sus casi 80 años, “El Mayo” Zambada seguía vigente en el negocio del tráfico de drogas. El Gobierno de Estados Unidos lo consideraba un capo activo y cabeza central del Cártel de Sinaloa. Fue por lo mismo que EU triplicó el monto de recompensa por información que condujera a su captura.
Tras la caída de Joaquín “El Chapo” Guzmán, el Cártel de Sinaloa se dividió en cuatro bloques: Uno lo encabezan los hijos de Guzmán Loera (Ivan Archivaldo y Alfredo); otro era encabezado por Aureliano Guzmán Loera, conocido como “El Guano”, otro más por Rafael Caro Quintero, quien fue recapturado y enviado a Estados Unidos, que demandaba su captura por el asesinato del agente de la DEA, Enrique Camarena, en febrero de 1985.
Para la DEA, Ismael “El Mayo” Zambada siempre fue el verdadero jefe del Cártel de Sinaloa. La figura de Joaquín Guzmán Loera, “El Chapo”, era decorativa. El propio Joaquín Guzmán Loera dijo en las audiencias de su juicio que Zambada era el auténtico jefe de jefes de Sinaloa.
El sigilo de “El Mayo”
—¿Algunas veces ha sentido cerca al Ejército? —le preguntó en aquella mítica entrevista el periodista Julio Scherer García.
—Cuatro veces. “El Chapo” más.
—¿Qué tan cerca?
—Arriba, sobre mi cabeza. Huí por el monte, del que conozco los ramajes, los arroyos, las piedras, todo. A mí me agarran si me estoy quieto o me descuido, como al “Chapo”. Para que hoy pudiéramos reunirnos, vine de lejos. Y en cuanto terminemos, me voy.
—¿Teme que lo agarren?
—Tengo pánico de que me encierren —respondió “El Mayo” a Julio Scherer García hace 15 años, en abril de 2010, un encuentro para el cual el periodista tuvo que incursionar en la sierra para poder hablar con el capo.
Para todos era conocido que a “El Mayo” nadie lo molestaba en su natal Sinaloa. Eso contaban pobladores y periodistas especializados en narcotráfico. “Produce ganado, leche, carne y quesos de los mejores; se mueve con absoluta libertad por las calles de Culiacán y hasta se da el lujo de acudir a restaurantes y hacer sobremesa acompañado de amigos y socios”, escribió Ricardo Ravelo en un columna publicada en SinEmbargo en junio de 2024.
“El Mayo” siempre manejó un perfil bajo y un enfoque empresarial por encima de la violencia, lo que le permitió ser de los pocos capos de la vieja guardia que logró evadir la justicia durante toda su carrera criminal.

En los últimos años sufrió la pérdida de varios de sus miembros más importantes dentro de su círculo más cercano. Las autoridades arrestaron a su hermano, dos de sus hijos y un sobrino.
Sus hijos Ismael Zambada Imperial, alias “El Mayito Gordo”, y Vicente Zambada Niebla, alias “El Vincentillo”, así como su hermano Jesús “El Rey” Zambada, fueron capturados y extraditados a Estados Unidos entre 2010 y 2019. Otro de sus hijos, Serafín Zambada Ortíz, fue arrestado en Arizona 2013 y liberado en 2018. Todos llegaron a colaborar en diversas medidas con la justicia norteamericana, lo que les garantizó sentencias reducidas y liberaciones tempranas.
De hecho, “El Rey” y “El Vicentillo” fungieron como testigos en el juicio contra “El Chapo” en Nueva York en 2019.
En 2004, el gobierno de Estados Unidos ofreció 5 millones de dólares como recompensa por cualquier información que condujera a su captura En 2021, las autoridades norteamericanas subieron esta cifra a 15 millones de dólares.
“El Mayo” había demostrado ser extraordinariamente hábil para evadir su arresto. Sus fuertes conexiones en el gobierno y en la población local de Sinaloa le permitieron pasar más de 40 años en el negocio del narcotráfico sin haber pisado nunca una prisión, hasta hoy que se encuentra en EU enfrentando una cadena perpetua.





