Jaime García Chávez

La paz de la tiranía a nadie sirve

"La herencia de López Obrador, de sostenerse atizando al fuego de la caldera polarizadora y explícitamente colocarse al margen de la gobernabilidad democrática para sustituirla por la aberrante idea de que la política es destruir al adversario para poder desplazarse plácidamente, ha empezado a hacer un daño enorme que nos afecta a todos".

Jaime García Chávez

01/12/2025 - 12:03 am

Andrés Manuel López Obrador, expresidente de México, y la Presidenta Claudia Sheinbaum Pardo durante la inauguración del Tren Insurgente en la estación Santa Fe., en agosto de 2024. Foto: Presidencia.

Si la ruta que tomará Claudia Sheinbaum para gobernar es creer a pie juntillas en las propias encuestas, navegar en el mar cerrado de los grupos y tensiones que se dan en MORENA, asumir que hay contradicciones puramente artificiales orquestadas por los opositores de siempre y creerse invencible por su poder presidencial, lo más probable es que su embarcación vaya a naufragar.

La herencia de López Obrador, de sostenerse atizando al fuego de la caldera polarizadora y explícitamente colocarse al margen de la gobernabilidad democrática para sustituirla por la aberrante idea de que la política es destruir al adversario para poder desplazarse plácidamente, ha empezado a hacer un daño enorme que nos afecta a todos y que puede desmoronar al poder establecido, poniéndolo al borde de tener que utilizar la represión para salir de los conflictos, aun los previsibles y moldeables con el buen despliegue de la administración pública.

Gobierno que se sustenta en mañaneras estorbosas y apelar a llenar el Zócalo para mitigar los contratiempos, es gobierno que eleva la presión y lanza desafíos de confrontación, más allá de quién gane. No se trata de ver quién tiene más convocatoria, y menos para vertebrar, como se ve, la carrera hacia un desastre en el que, a querer y no, insisto, vamos todos.

Acabamos de vivir un capítulo de confrontación con los productores del campo y los transportistas de magnitudes mayúsculas. Nadie andaba por el simple gusto de participar de la fenomenología del relajo. Causas hay y afloran en la dimensión de paralizar gran parte de la economía del país. 

El resultado de las primeras negociaciones que se establecieron el pasado jueves, son el reconocimiento de que hubo concesiones que al inicio se veían impensables por la soberbia del poder, particularmente por el trato que se les dio a los protagonistas de las protestas de ser políticos, miembros de partidos opositores y perseguidos penalmente con carpetas de investigación. 

La presión les rindió frutos a quienes la emprendieron y el desenlace final aún no lo sabemos porque si siguen el curso de la instalación de mesas de análisis, es pensable que podrá pasar mucho tiempo sin que haya soluciones sustantivas.

En medio de esta circunstancia se da la caída del Fiscal Alejandro Gertz Manero, explicada de manera más que pueril, supuestamente concediéndole la Embajada de un “país amigo” (que luego trascendió que es Alemania por el simple hecho de que allá tiene sus raíces). La lectura que esto tiene, según sostienen algunos, es que el poder presidencial de Sheinbaum ha crecido y ahora tiene su propia Fiscal carnala en la persona de Ernestina Godoy, exfiscal en el gobierno de la Ciudad de México. 

Para qué negar lo obvio. En México el poder presidencial es vasto y grande, y siempre tiende a extenderse a costa de los otros. Pero hay variables que no están a su merced como una especie de plastilina en manos de infantes, y también comete errores de apreciación, con los cuales los conflictos se les salen de las manos de la posible gobernabilidad. 

De estos, en lo interno, el más grave es lidiar con las pequeñas o grandes soberanías que se alternan en el país y que van desde el crimen organizado, los empresarios que se niegan a caminar al son que les toque el discurso oficial; o como en el caso que me ocupa, la reciente revuelta que vimos en carreteras nacionales de gran importancia para el comercio y la proveeduría estratégica de productos y por donde circulan las mercancías que producen las grandes industrias con sus cadenas de suministro que obedecen a una logística rigurosa. 

Descreo desde hace mucho tiempo que la Cuatroté aliente la construcción de un sistema democrático. Hay muchos hechos que lo confirman. Pero no está de más recordarles a quienes están instalados en el poder lo que algún día dijo Norberto Bobbio: “Las democracias suelen favorecer a los moderados y castigar a los extremistas”, aunque se pueda sostener que “es un mal que así ocurra”. Y esto encuentra su caldo de cultivo cuando vemos la escenificación de una política de adversarios patrocinada desde la cima más alta del poder nacional. 

Es significativo que la enseñanza de Bobbio haya sido plasmada en su obra Derecha e izquierda, donde además nos afirma: 

“Pero si queremos hacer política, y estamos obligados a hacerla, según las reglas de la democracia, debemos tener en cuenta los resultados que este juego favorece. Quien quiere hacer política día a día, debe adaptarse a la regla principal de la democracia, la de moderar los tonos cuando ello es necesario para obtener un fin, el llegar a pactos con el adversario, el aceptar el compromiso cuando este no sea humillante y cuando es el único medio de obtener algún resultado”. 

Lo mejor no se alcanza en la paz de la tiranía.

Jaime García Chávez

Jaime García Chávez

Político y abogado chihuahuense. Por más de cuarenta años ha dirigido un despacho de abogados que defiende los derechos humanos y laborales. Impulsor del combate a la corrupción política. Fundador y actual presidente de Unión Ciudadana, A.C.

Lo dice el reportero