Por lo pronto, el jovencísimo mandatario de apenas 32 años parece tener prisa en demostrar que no es casual que su abuelo haya sido gobernador y que su tío político se llame Manuel Camacho, y que estaban equivocados quienes lo ubicaban como un juniorsito títere, nada más por ser muy joven y además prometido de la bonitísima y famosísima Anahí. Por ahora, parece que sus primeras acciones de gobierno no son precisamente para apantallar a su novia.
Por Ricardo Rocha




