La derecha de México no entiende ni aprende: Después de la vergüenza de haber guiado a los partidos históricos de México a su peor derrota, debido a su radical defensa de los privilegios corruptos de las élites, el magnate Claudio X. González Guajardo entrega la estafeta a Ricardo Salinas Pliego, otro oligarca que, para no pagar los 74 mil millones de pesos de impuestos que adeuda, comandará ahora la “resistencia en contra del régimen”, cuyo liderazgo identifica en Andrés Manuel López Obrador, y tejerá las “alianzas” con la oposición para construir su candidatura presidencial o la de un símil de Xóchitl Gálvez.
Sólo el conservadurismo mexicano piensa que es buena idea sustituir a un oligarca con disfraz progresista, Claudio X. González Guajardo, por otro que defiende los mismos intereses —los suyos en primer lugar—, Ricardo Salinas Pliego, pero complementado con un discurso de extrema derecha, abiertamente clasista y misógino, así como admirador confeso de Donald Trump, Javier Milei, Jair Bolsonaro y Nayim Bukele.
Si Claudio X. González llamaba “pinches delincuentes” a los maestros, Salinas Pliego tilda a las mujeres de “marranas”, “zorras” y “putonas del bienestar”, entre otras expresiones misóginas, y agrede e insulta con desprecio clasista a los mexicanos pobres. El primero vestía camisas informales y chalequito cuando salía a las calles; el segundo ni la tierra pisa: se la pasa en helicópteros, aviones y yates.
Es grotesco y hasta cómico el proyecto de Salinas Pliego, incluida su candidatura presidencial, pero los mexicanos deben tomarlo muy en serio, porque también representa a la derecha que clama, abiertamente, la intervención de Estados Unidos en México, incluida la acción militar en nuestro territorio. Es capaz de tomar las armas: Ya lo hizo, en 2002, cuando un comando tomó las instalaciones de Canal 40 en el Cero del Chiquihuite.
Veámos: Salinas Pliego reunió el jueves 11 de septiembre, en las instalaciones de Televisión Azteca, a un grupo de sus empleados para ordenarles difundir el naciente “Movimiento Anticrimen y Anticorrupción” que, con él al frente, quiere llevar a México a la prosperidad y que ya no sea “un país de mantenidos”. Así, tal cual.
Aunque no estuvieron presentes Alejandro “Alito” Moreno y Jorge Romero Herrera, presidentes del PRI y PAN, este encuentro representa el relevo en la jefatura de la oposición del PRIAN. No asistió tampoco González Guajardo para la entrega de la estafeta, quizá por vergüenza o porque está muy ocupado en la biografía que hace de su padre, pero sí fue María Amparo Casar Pérez, quien posó a la izquierda de Salinas Pliego. Jorge Álvarez, del partido político Movimiento Ciudadano, estuve ausente, pero sí asistió Enrique de la Madrid, que articula las alianzas.
Tampoco asistieron a ese encuentro Enrique Krauze y Héctor Aguilar Camín, los capos de la intelectualidad conservadora, pero aquí se ha documentado que tienen una relación muy cercana con eloligarca mediante el Centro Ricardo Salinas Pliego. Quienes sí posaron para la fotografía de lanzamiento fueron los escritores Rafael Pérez Gay y Francisco Martín Moreno.
Como consignó la columnista Lourdes Mendoza en El Financiero, el viernes 12, el patrón Salinas Pliego puso a sus empleados a preguntarle sobre los detalles de su “movimiento” que, de materializarse, lo haría candidato presidencial en 2030. Tendría 75 años de edad, tres menos que Trump cuando ganó su segundo periodo.
El conductor Javier Alatorre le preguntó si su iniciativa es el inicio de un partido político, pero el oligarca aclaró que es más que un proyecto electoral: “Esto es mucho más importante, estoy proponiendo una batalla cultural, intelectual, cambiar mentalidades. Cambiar la forma de pensar y de ser de los mexicanos”.
El locutor Alejandro Villalvazo le preguntó si quiere ser presidente de México —“¡la gente quiere al Tío Richie como candidato!”—, pero el magnate volvió a ser cauteloso: “Bueno, es que aquí es una audiencia amistosa. A ver, es la burbuja del Twitter, Instagram, YouTube, el algoritmo te pone a gente que piensa como tú. Entonces hay que tener mucho cuidado con esa suposición”.
Lo que sí enfatizó, a pregunta de Sergio Sarmiento, es que apoyará a los partidos de oposición: “Sí, sí lo haré y vamos a buscar también alianzas con los partidos que se quieran sumar a nosotros. Es muy importante unificar a ese más de 40% que está en contra del régimen, aunque será muy difícil”.
Salinas Pliego aprovechó la pregunta del opinador Leonardo Curzio para referirse, sin mencionarlo, al expresidente López Obrador: “Yo creo que va a llegar un momento donde vamos a tener que entrar en resistencia, resistencia en contra del régimen, porque ya se volvió una dictadura de partido único, donde el general secretario del partido manda desde Palenque”.
Es claro que Salinas Pliego ha decidido involucrar a su familia en la defensa de sus intereses. En la fotografía del lanzamiento de su movimiento estuvo su hijo mayor, Benjamín Salinas Sada, vicepresidente del Grupo Salinas, y aunque no estuvo su hija Ninfa, exdiputada y senadora, es el enlace con el Partido Verde Ecologista de México (PVEM), que analiza romper con Morena para eventualmente postularlo.
Parte de la estrategia de Salinas Pliego es hacerse la víctima y afirmar que lo quieren callar, meter preso y hasta quitarle la concesión de TV Azteca, como aseguro a pregunta del opinador Ezra Shabot: “Sí, y no es concesión, es licencia, y es importante decir licencia porque concesión es algo que te dan graciosamente y que los políticos antes le daban a sus amigos, parientes. Sí, creo que nos quieran meter presos, nos quieran torturar como en Venezuela, sí. Ser perseguido es lo peor que hay. ¿Y qué creen? Además, hace como tres o cuatro años, si no me equivoco, renovamos la licencia y la pagamos en 5 mil 500 mdp”.
Habrá quien no lo recuerde, pero la concesión de Televisión Azteca se la dio su amigo Carlos Salinas de Gortari y la ratificó Enrique Peña Nieto. Ese es Salinas Pliego. El PRIAN y la derecha no han entendido ni aprendido nada. Que les vaya bien.





