En el aprendizaje activo el espacio es importante porque se busca que el alumno y el profesor interactúen, además de que se se fomentan el pensamiento crítico, la colaboración, comunicación y creatividad.
Ciudad de México, 9 de septiembre (SinEmbargo).- No es un secreto que las nuevas generaciones se encuentran inmersas en un mundo completamente tecnológico y que la forma de captar su atención, sobre todo en un salón de clases, se ha convertido en un reto. La empresa de investigación y diseño Steelcase se enfocó a analizar esta situación y descubrió que los espacios juegan un papel importante.
Steelcase es una empresa que con 105 años ofrece un catálogo de productos y servicios de arquitectura, muebles y tecnología diseñados apoyar la sustentabilidad social, económica y ambiental.
Carla Serna, Key Account Manager of Vertical Markets de Education de Steelcase México, explicó a Magazine que “el giro de la empresa tiene varias divisiones, una de ellas que es corporativo, damos servicio a empresas más grandes para soluciones de espacios corporativos y tiene una rama de mercado para salud, además de la rama de mercado para educación”
Serna señaló que el motor más fuerte de la empresa es el área de investigación debido a que siempre buscan innovar pero basados en “investigaciones y metodologías de diseño para poder comprobar que estas soluciones funcionan en los espacios siempre y cuando estén bien aplicados”.
Respecto al Aprendizaje Activo la representante de Steelcase dijo que esta es una rama especializada de la empresa que nació hace aproximadamente 15 años al notar la brecha entre la forma de trabajar de las compañías y la forma en qué se estudiaba.
“[Steelcase] encuentra esta diferencia y dice no es lógico, estamos trabajando en espacios mucho más colaborativos y estamos estudiando en espacios tradicionales que de alguna manera no está mal pero tendríamos que ir agregando diferentes mecánicas para poder solucionar o hacer dinámicas que promuevan el aprendizaje activo”.
De acuerdo con Carla, el aprendizaje activo consiste en espacios en donde los alumnos y profesores interactúen, “en un espacio que no sea de una manera como tradicionalmente se hacía que era un poco más pasivo, donde los estudiantes se sentaban en un salón y esperaban recibir una lección”.
“En el aprendizaje activo se fomentan mucho más las cuatro habilidades que son básicas en estos días para poder solucionar problemas… estas habilidades son un pensamiento crítico, la colaboración, comunicación y creatividad”.
LA IMPORTANCIA DEL ESPACIO
Las generaciones son distintas por lo que debe existir un proceso de adaptación que Steelcase tiene muy presente y aconseja que todo campus debe pensar en el “ecosistema de aprendizaje” por lo que se debe pensar en la pedagogía y el espacio.
“El punto más importante es la pedagogía que aquí viene en cómo se van a llevar acabo las clases, con qué dinámicas, qué tipo de aprendizaje está surgiendo y todos estos temas que son mucho más enfocados a cómo dar la clase; esta soportado por el área tecnológica que ha venido a renovar la forma de aprendizaje”.
Carla Serna destaca que la tecnología debe adaptarse y adoptarse para formar parte de una clase y que no se convierta en una limitante por lo que las escuelas deben pensar cómo organizar sus espacios para utilizar todos estos medios y aplicaciones a favor de la educación.
Los espacios deben ser parte del día a día de la educación, “así como planeamos o planean los profesores el contenido de su clase, planean en que tipo de tecnología lo van usar si será un proyector o aplicaciones, de igual manera se debe planear en qué tipo de espacios se necesita para poder transmitir la información de la mejor manera”, agregó Serna. Estos deben permitir la flexibilidad y movilidad para permitir la interacción entre el profesor y los estudiantes y generar confianza.
“Nosotros hemos estado haciendo muchos pilotos para realmente dar una solución y demostrar que los espacios de aprendizaje activo funcionan mucho más que uno tradicional, sabemos que es un proceso no es algo mágico y no hay una formula exacta, cada quien tiene que pasar por un proceso de adoptar y de planear sus clases pensando en que va a ser algo mucho más activo”.
Carla refirió que las claves para preparar el espacio son cuatro. La primera es que “la curricula debe estar planeada y modificada para transicionar en configuraciones de espacio”, la segunda es utilizar múltiples pedagogías para estimular así a los estudiantes y dejarlos enganchados en la sesión, “es un hecho que el movimiento y el estar transicionando de modos y dinámicas es una forma de activar el cerebro y de alguna manera tener a las personas un poco más activas en el salón”, agregó Serna.
La tercera se refiere a fomentar varias formas de procesar la información debido a que no todos los estudiantes lo hacen de la misma manera, y la última es cómo conectar o cómo facilitar la comunicación del profesor con los estudiantes,
“El formato tradicional permitió tener una visión de los profesores desde el frente, pero las primeras tres filas son a los únicos que los profesores alcanzaban a ver y las personas que estaban sentadas hasta atrás realmente nunca sentían una conexión más profunda con el profesor… [el aprendizaje activo] hace que el ambiente sea mucho más amable, que puedas tener más confianza para presentar y para poder exponer un caso, y tanto el profesor pueda darse cuenta que están haciendo en el salón”.
