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Salvador Camarena

16/07/2013 - 5:50 am

EPN y el Pacto ¿retirarse o doblar la apuesta?

El documento dado a conocer el domingo pasado por los líderes del Partido Acción Nacional y del Partido de la Revolución Democrática es mucho más que el listado de cinco condiciones para sacar del “receso” al Pacto por México. Se trata de un grave diagnóstico de la vida electoral del país y de un emplazamiento […]

El documento dado a conocer el domingo pasado por los líderes del Partido Acción Nacional y del Partido de la Revolución Democrática es mucho más que el listado de cinco condiciones para sacar del “receso” al Pacto por México. Se trata de un grave diagnóstico de la vida electoral del país y de un emplazamiento al Presidente Enrique Peña Nieto, quien tendrá que calibrar si puede cumplir las exigencias que le pide la oposición para seguir con el plan maestro de esta naciente administración.

Madero y Zambrano reclamaron el domingo que “la civilidad democrática del Pacto debía acompañarse de civilidad democrática en los procesos electorales”. En vez de ello, en el texto dado a conocer por el panista Gustavo Madero y por el perredista Jesús Zambrano se denuncia que “en Aguascalientes, Coahuila, Durango, Quintana Roo, Veracruz, Tlaxcala, Zacatecas y otras entidades, los señores feudales actuaron bajo la lógica de ‘ganar’ (las elecciones) violando la Constitución, las leyes locales y las electorales, recurriendo al terror, la intimidación, las amenazas a electores, la compra de votos y voluntades con dinero público y privado, el control de los órganos electorales y hasta el asesinato de candidatos, dirigentes y lideres opositores”.

Según los principales líderes de la oposición, la actitud ante las “trapacerías de gobernadores priístas” “no hubo más que indiferencia o complacencia del Gobierno Federal, encabezado por Enrique Peña Nieto”.

Si la oposición es consecuente con lo expresado este domingo, estamos no ante la ruptura del Pacto por México, sino de cara a una dura prueba para el Presidente de la República. Por un lado tendrá que dar a sus socios seguridades de que investigará “exhaustivamente” lo ocurrido en las elecciones, “asignando responsabilidades a quienes violaron la ley” (esto suena tan vago como difícil de cumplir), y por otra parte se le exige no presentar sino “acordar” las iniciativas de reforma energética y hacendaria, que serían procesadas sólo después de aprobar en un periodo extraordinario una reforma política-electoral que combata y erradique las prácticas denunciadas en “todos los próximos procesos electorales.”

Aunque no haya ganado tantas primeras planas como el amago de ruptura anterior, ocurrido tras el descubrimiento de la operación de mapachería estatal en Veracruz, PAN y PRD han puesto a Los Pinos ante una compleja disyuntiva, una que podría significar el fin del Pacto. Zambrano y Madero están demandando adelantar la aprobación de la reforma electoral (en el calendario del Pacto estaba programada para el primer semestre de 2014). Además, al presentarse unidos, atajan la tentación del gobierno de garantizar con los votos del PAN la iniciativa energética. En síntesis, redefinen la marcha de las reformas y los tiempos de las mismas.

“No saben lo que están diciendo, ese es el chiste de ellos, estar siempre condicionando el Pacto, pero esto va a seguir”, respondió ayer Emilio Gamboa Patrón al emplazamiento de la oposición, según reportó Reforma.com. Pero también en entrevista este lunes Zambrano ya había dicho que ellos no pueden hacer como “si nada hubiera pasado” en las elecciones, en las que no duda en denunciar que hubo “asesinatos políticos” de opositores.

Mientras que Gustavo Madero fue más allá. Ayer dijo en Atando Cabos, el programa de radio de Denise Maerker, que si Peña Nieto quiere sus iniciativas modernizadoras tendrá que aprobar igualmente las democratizadoras.

Peña Nieto se jugó en una especie de gobierno de coalición su prestigio modernizador ante el mundo. La oposición le ha subido la apuesta. Si quiere Pacto, debe dar más y debe darlo ya. Su partido resistirá lo que más de uno considerará exigencias excesivas de dos socios que necesitan al Presidente para sobrevivir. Pero a final de cuentas, Madero y Zambrano saben que ellos pueden dejar mañana de ser presidentes de partido y no pasa gran cosa. Mientras que Peña Nieto no se puede dar el lujo de perder a los aliados que le han posibilitado un buen arranque de sexenio. ¿El Presidente apostará de nueva cuenta o se retirará de la mesa? Lo sabremos muy pronto.

Salvador Camarena
Es periodista y conductor de radio.

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