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Hilda García

29/06/2012 - 12:01 am

Sí fueron “Chapucerías”, pero del lado mexicano

Vaya chasco el que nos llevamos pensando en que el hijo de “El Chapo” había sido detenido. Ante las cámaras de televisión, el encargado de de Comunicación Social de la Armada de México, José Luis Vergara Ibarra, nos presentaba a “El Gordo”. Sin embargo, y aunque todavía se debate si el detenido es o no […]

Vaya chasco el que nos llevamos pensando en que el hijo de “El Chapo” había sido detenido. Ante las cámaras de televisión, el encargado de de Comunicación Social de la Armada de México, José Luis Vergara Ibarra, nos presentaba a “El Gordo”.

Sin embargo, y aunque todavía se debate si el detenido es o no Jesús Alfredo Guzmán Salazar, “El Gordo”, hijo del narcotraficante más buscado por Estados Unidos y por México, reportes de la DEA y después de la misma PGR, aseguraban más tarde que había sido una confusión.

Todavía, queriendo comprobar si es o no, este miércoles Elodia León Vega, madre del ahora detenido, entregó a la Procuraduría una muestra de sangre para demostrar su verdadero parentesco.

El ahora arraigado es el joven Félix Beltrán León, quien fue aprehendido el pasado 21 de junio con su medio hermano por elementos de la Secretaría de Marina y poseía en el momento de la detención dos cortas, cuatro granadas, 135 mil dólares, 295 mil pesos, así como distintas identificaciones.

Una vez más, la figura de “El Chapo” y de sus familiares quedó diluida y como decíamos en dos columnas anteriores, vamos de chapuza en chapuza. Aunque ésta, parece ser de alto calibre.

Si como señaló el mismo Vergara Ibarra, que la ubicación de “El Gordo” derivó de meses de investigación e intercambio de información con agencias estadunidenses, entonces ¿qué pasó en los altos niveles de inteligencia? ¿Qué pasó en la agenda bilateral de lucha contra el narcotráfico?

Tan sólo unos días antes del anuncio de la detención, el gobierno estadounidense había abierto dos frentes en la lucha contra el narcotráfico. Uno, en Puerto Rico, donde detuvieron a 36 personas que enviaban desde el aeropuerto de San Juan drogas hacia Nueva York, Newark, Orlando, Miami y otras ciudades de la costa este en Estados Unidos. Más de una decena de los detenidos trabajaban en la aerolínea American Airlines que traficaba la droga en los compartimentos de las maletas.

El segundo frente era en México con una nueva estrategia en contra del líder del cártel de Sinaloa. Es decir, el gobierno que declaraba abierta la investigación y persecución del  hijo de “El Chapo” era el estadounidense.

A través de la Oficina para el Control de Bienes Extranjeros (OFAC, por sus siglas en inglés) del Departamento del Tesoro, el gobierno estadounidense designó como “narcotraficantes significativos” a María Alejandrina Salazar Hernández y Jesús Alfredo Guzmán Salazar, esposa e hijo, respectivamente, del presunto líder del cártel de Sinaloa, Joaquín “El Chapo” Guzmán.

En el marco legal, esto significa que se les pueden confiscar bienes y congelar cuentas bancarias en territorio estadounidense. Significa también que no podrán realizar transacciones financieras o comerciales con entidades o ciudadanos estadounidenses.

De esta manera se considera que pueden limitarse todas  las operaciones de “El Chapo” tanto en México como en Estados Unidos.

Recordemos que a sus 55 años, Guzmán Loera es considerado por el Departamento del Tesoro como el responsable de la violencia que se ha desatado en México y el suministrador del 25% de la droga en Estados Unidos.

De acuerdo con datos del mismo gobierno estadounidense, el cártel de Sinaloa domina el 50% del narcotráfico en México y el tráfico de mariguana en Chicago, Wisconsin y otras entidades de Estados Unidos. Y según la revista Forbes, al tener una fortuna de mil millones de dólares pasa a ser uno de los hombres más influyentes en el mundo.

Seguimos de chapuza en chapuza y el error de esta semana así lo confirma. ¿Qué fue lo que pasó que no se compartió información, datos, inteligencia?  ¿Cuál es el nivel de cooperación que existe entre ambos gobiernos para poder aclarar persecuciones, detenciones, arraigos y presentaciones en la estrategia bilateral contra las drogas?

Es un tema que se complica en el actual gobierno mexicano. A la chapuza que nos llevamos con la presentación se diluye la credibilidad en la lucha contra el narcotráfico, pero aún más grave cuando se destapa, debido a una balacera en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, toda una red de posibles complicidades de autoridades y agentes federales con el narcotráfico.

Si la chapucería se define como un embuste, una obra sin esmero, una imperfección, pues queda claro que a pesar de las agendas bilaterales, de compartir experiencias, información, armamento, estrategias,  la no detención de “El Chapo” por más de 11 años, es una total chapucería.

Y eso que no hemos hablado de la operación “Rápido y Furioso”, de la que el gobierno mexicano dijo conocer sólo a través de la prensa estadounidense, y en la que el presidente Barack Obama prefirió hacer uso de su derecho a veto para que no se dieran a conocer una serie de documentos ante la comisión que investiga ese operativo y sus similares que significaron el trasiego de armas a México con el objetivo de identificar a los narcotraficantes que compraban armas en Estados Unidos y que se perdieron en el camino, lo que pudo armar a varios de los delincuentes que han cobrado miles de víctimas en el país.

Hilda García
Estudio Periodismo en la Universidad Nacional Autónoma de México, obtuvo el grado de Maestría en la Univ. de Miami con el tema de los “Weblogs y la mediamorfosis periodística”.

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