Sic transit gloria mundi reza el antiquísimo adagio latinesco, algo así como: ¡Ah qué efímera es la gloria del mundo! Y es lo primero que se me ocurre al observar a tres notorios, quién sabe si notables, personajes de los tiempos recientes: Felipe Calderón, Enrique Peña Nieto y Andrés Manuel López Obrador.
Por Ricardo Rocha




