México necesita un cambio profundo para madurar como Nación, en el marco de la democracia, la justicia y la prosperidad; este es el sentir de más de mil 400 empresarios de todo el país que acudieron al Encuentro Empresarial 2014 de COPARMEX, que tuvo lugar la semana pasada en la Ciudad de México.
En nuestro Encuentro Empresarial, estuvimos trabajando bajo el eje temático “La Confianza como Condición Necesaria para la Prosperidad”, lo escogimos no sólo porque este es un factor esencial para que la economía crezca, se multipliquen las inversiones y puedan crearse más empleos formales.
Este tema nos ocupa porque vemos con pesar que la desconfianza, alimentada por la impunidad y la corrupción, está dañando la capacidad creadora de los mexicanos, nuestro potencial de construir en conjunto un mejor futuro para nuestros hijos.
Tenemos la posibilidad de convertirnos en una Nación con mayor desarrollo económico, sin embargo nuestro futuro podría estar amenazado, si no logramos renovar la confianza entre nosotros y hacia nuestras instituciones.
Por eso, los empresarios convocamos a toda la Nación a construir un gran acuerdo nacional que nos permita fortalecernos como sociedad, para tener el ímpetu de afrontar los retos de este México que estamos construyendo.
Es verdad que las reformas estructurales que hemos logrado en los últimos dos años, son una plataforma importante para el despegue de México.
Nuestro reto es hallar la manera de crear nuevas condiciones para la prosperidad, de manera que los beneficios del mayor crecimiento económico no se limiten a mejores indicadores macroeconómicos, sino que la riqueza llegue realmente a las personas que más lo necesitan.
De poco servirán las nuevas leyes y reglamentos, si los ciudadanos no estamos convencidos de que estamos trabajando todos en un proyecto común de Nación, que tenemos un rumbo claro como país y que no habrá más espacio para la corrupción, la manipulación y la impunidad.
Tenemos que empezar a trabajar desde abajo, en los pueblos, las ciudades, los estados, en todo el país, uniendo esfuerzos los ciudadanos y las organizaciones intermedias; las autoridades de los tres niveles de gobierno; los jueces, los agentes del ministerio público; los policías y las Fuerzas Armadas; los partidos políticos y los representantes populares.
Los alcaldes, que son el primer contacto de los ciudadanos con las instituciones, deben ser los primeros en asegurar el cumplimiento de la ley. Tienen que trabajar coordinadamente con las autoridades estatales y federales para generar oportunidades económicas y de educación a todas las personas por igual; ahí está la clave para cerrar la brecha de la desigualdad.
Los gobernadores y los legislativos estatales, desde su proximidad con los ciudadanos, necesitan trabajar coordinadamente con la Federación para combatir al crimen, para restablecer la paz a través de la legalidad, garantizando la seguridad física y patrimonial de las familias. Al mismo tiempo, tienen que construir sus agendas de desarrollo local, con base en las vocaciones productivas de cada región, promoviendo la creación de nuevos empleos formales.
Tenemos que reestructurar a fondo y modernizar el sistema de impartición y procuración de justicia, en los tres órdenes de gobierno, para que opere con estándares equiparables a los de los países desarrollados, con investigadores, fiscales y jueces, que actúen con honestidad y transparencia, atendiendo con eficacia y eficiencia la exigencia ciudadana y democrática de castigo a quien infringe la ley, y aplicación sin discrecionalidad de las normas de nuestra convivencia.
Requerimos partidos políticos y representantes populares transparentes, honestos, íntegros, que antepongan el interés de la Nación y el Bien Común por sobre cualquier interés particular o de grupo.
Sólo si todos tenemos la capacidad de renovar la confianza de todos los mexicanos en nuestras instituciones, podremos efectivamente convertirnos en un país que progresa con mayor equidad y en paz.
El respeto a la ley, el orden y el combate a la impunidad, con una plena garantía a la libertad de expresión que permita escuchar a todos los medios de comunicación, sin sufrir por ello agresiones de ningún tipo, tiene para nuestra Nación una trascendencia equiparable a la de las reformas estructurales.
Sin un acuerdo nacional que nos lleve a convertirnos en un país de leyes, no podremos convertirnos en el México justo, democrático y próspero que podemos ser.
Juan Pablo Castañón
Presidente Nacional de COPARMEX
@jpcastanon




