
El domingo de la semana pasada salió del puerto de Barcelona, estado español, la Global Sumud Flotilla integrada por más de 20 embarcaciones de distintos tamaños en los que viajan más de 300 personas de 44 nacionalidades con la intención de romper el cerco criminal de Israel y llevar ayuda humanitaria a la población civil palestina de la franja de Gaza.
La Global Sumud Flotilla está integrada por esfuerzos previos de solidaridad con la población civil palestina como Magreb Sumud Flotilla, Coalición de la Flotilla de la Libertad, Global Movement to Gaza, y Sumud Nusantara. Las embarcaciones con ayuda humanitaria que salieron de Barcelona, llegaron el pasado miércoles a la isla española de Menorca donde se quedaron dos noches para reparación de algunos barcos que sufrieron daños menores en una tormenta. Desde el viernes se encaminan hacia la ciudad de Túnez, donde se unirán casi el doble de embarcaciones por lo que se espera llegarán más de 40 navíos con cerca de 700 tripulantes y cientos de toneladas de ayuda, como alimentos, medicamentos e implementos sanitarios entre otros.
Se trata probablemente del mayor esfuerzo de solidaridad internacional desde la propia sociedad civil. Ningún Gobierno está avalando o patrocinando este esfuerzo de ayuda de personas de la sociedad civil de 44 países directamente a la población civil de Gaza que padece no sólo la guerra, los bombardeos, la destrucción masiva de todas las infraestructuras y encima, la hambruna como arma de guerra, los desplazamientos y el genocidio plenamente reconocido por la comunidad de estudiosos de este fenómeno.
Hasta junio del año pasado, expertos estimaban que Israel ha lanzado más de 70 mil toneladas de explosivos sobre la Franja de Gaza, lo que supera con creces los bombardeos en ciudades como Londres, Dresde y Hamburgo juntos. El nivel de destrucción de todos los medios de vida en Gaza no tiene precedentes en la historia reciente del mundo. A pesar de la destrucción, hambruna y genocidio al que asistimos en tiempo real mediante las transmisiones en redes sociales, Israel no sólo no se detiene, sino que ha intensificado la destrucción de la ciudad de Gaza esta semana.
De ahí la importancia de la Global Sumud Flotilla que se define a sí misma como “una misión humanitaria no violenta que responde al genocidio y el asedio continuos contra el pueblo palestino […] Independiente de cualquier Gobierno o partido político, la GSF se guía por un compromiso con la justicia, la dignidad y la inviolabilidad de la vida humana”.
Entre los miembros de la Global Sumud Flotilla, se encuentran seis mexicanos: la profesora del ITESO Dolores Pérez-Lazcarro; el documentalista Carlos Pérez Osorio, el periodista Ernesto Ledesma, la comunicadora Arlín Medrano, la psicóloga Sol González y la fotoperiodista Karen Castillo.
La Global Sumud Flotilla enfrenta los riesgos no sólo de cruzar el mar Mediterráneo, sino las amenazas del Gobierno de Israel quien ha adelantado que considerará como “terroristas” a todos los integrantes de este esfuerzo de solidaridad humanitaria. El Ministro de Seguridad de Israel, Itamar Ben-Gvir, declaró que “todos los activistas arrestados en relación con la flotilla serán detenidos en las cárceles israelíes de Ketziot y Damon, que se utilizan para retener a terroristas en condiciones estrictas normalmente reservadas para los presos de seguridad”.
Y a diferencia de otros activistas detenidos en otras acciones de solidaridad con Palestina, esta vez se amenaza que permanecerán en detenciones prolongadas y se les negarán privilegios especiales como televisión, radio y comida especializada. “No permitiremos que quienes apoyan el terrorismo vivan con comodidad. Asumirán todas las consecuencias de sus actos”, amenazo el ultra-derechista Ben-Gvir. Como lo ha hecho en el pasado, Israel miente al calificar de terrorismo los esfuerzos de solidaridad humanitaria.
Ante estas amenazas, la Global Sumud Flotilla emitió un comunicado el jueves en el que condenan “enérgicamente las amenazas del Ministro de Seguridad Nacional israelí, Itamar Ben Gvir, en un intento de intimidar a nuestros participantes y tildarlos falsamente de ‘terroristas’. Dichas amenazas no sólo son infundadas e injustas, sino que constituyen una flagrante violación del derecho internacional humanitario y de los Convenios de Ginebra”.
Y en ese contexto recuerdan que el derecho internacional, señala que los 40 km de costa mediterránea de Gaza están bajo soberanía Palestina, por lo que “El pueblo gazatí tiene derecho a recibir barcos, mercancías y personas a través de sus aguas territoriales. Además, los palestinos deberían tener derecho soberano a utilizar su propio mar para el comercio, la pesca y el transporte. Sin embargo, desde 2007, los palestinos han sido víctimas de un bloqueo marítimo, aéreo y terrestre ilegal y exhaustivo impuesto por la ocupación israelí”. Las amenazas del Gobierno de Israel son reales, pues ya han detenido esfuerzos previos para llevar ayuda a Gaza y han encarcelado a las personas que iban en los navíos. Ante esto, los miembros de la Global Sumud Flotilla han exigido a sus respectivos gobiernos que los protejan de posibles ataques de Israel. El jueves el Secretario de Relaciones Exteriores de México, Juan Ramón de la Fuente, dijo que se ofrecería ayuda consular a los seis mexicanos embarcados en la flotilla.
Pero la solidaridad más importante se está gestando desde la propia sociedad civil. El líder de los estibadores del puerto de Génova, Italia, amenazó con cerrar todos los puertos de Europa si los miembros de la flota son detenidos o agredidos por Israel. Riccardo Rudino, representante de los trabajadores y estibadores del puerto de Génova, advirtió: “Tiene que quedarles claro a todos. A mediados de septiembre los barcos llegarán cerca de la franja de Gaza, en la zona crítica. Si durante tan sólo 20 minutos perdemos el contacto con los barcos, con nuestros compañeros y compañeras, bloquearemos toda Europa. Desde aquí salen cada año 14 mil contenedores hacia Israel. Bueno, no saldrá ni un clavo. Haremos una huelga internacional, cerraremos las carreteras, las escuelas”.
Se espera que la flotilla llegue a Gaza la próxima semana y se debería exigir que Israel no impida que les sea entregada la ayuda humanitaria a la población palestina de la franja. Sería gravísimo que Israel ataque la mayor misión de solidaridad civil de la historia.





