En ciudades donde la uniformidad es abusiva, donde la ambición y la sumisión parecen llenar todos los rincones, surge de pronto, en lo más mínimo e inesperado, la excepción que llena el alma. Este es un instante en un callejón de Beijing, donde la luz mostró de pronto su rebeldía y se convirtió en la visión de un poema.
Por Alberto Ruy-Sánchez







