
Aristóteles escribió en su ensayo sobre la Retórica que el discurso, tan desprestigiado por políticos y demagogos, debe centrarse en tres elementos clave:
Éthos:
La credibilidad y el carácter del orador, su reputación y la confianza que inspira en la audiencia.
Pathos:
La capacidad de evocar emociones en la audiencia, apelando a sus sentimientos y pasiones.
Logos:
La argumentación lógica y racional del discurso, utilizando pruebas y razonamientos convincentes.
Pero el cuerpo del discurso, debe contener la verdad y la virtud. Los otros elementos de nada sirven si no se está diciendo la verdad o no se actúa virtuosamente.
Por eso el mejor discurso que hoy se puede articular oralmente o por escrito y que contiene los tres elementos: credibilidad, produce emociones y argumentación lógica, probada y razonable, sin discusión es:
NO A LA GUERRA
NO A LA MUERTE.





